Casi el paraíso

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José C. Serrano Cuevas.

Casi el paraíso es una novela del escritor mexicano Luis Spota, publicada en 1956. Aborda el retrato de una clase social que esconde su mediocridad detrás del lujo y el poder. Se narra una historia en la que falsos condes y príncipes roban a la gente que ingenuamente se desvive por ellos, los admiran y los idolatran. El protagonista de la obra es el «príncipe» Ugo Conti, un vividor profesional.

El autor supo retratar una situación real y candente del momento histórico: una burguesía rica y rastacuera, del México que crecía y se modernizaba después de la Revolución, pero que no por eso terminaba con sus prácticas tradicionales como el robo, la traición, el asesinato, entre otras. Ese México de la mitad del siglo XX significó la gloria para los timadores de incautos irreductibles.

En días recientes tuvo lugar la instalación del Consejo de Diplomacia Turística encabezada por Los titulares de las Secretarías de Relaciones Exteriores y de Turismo, Marcelo Ebrard Casaubon y Miguel Torruco Marqués, respectivamente. El secretario Ebrard, con un gesto solemne, expresó ante 28 empresarios del sector turístico que: «las series televisivas de narcotraficantes promueven una imagen de México que no nos hace justicia» y solicitó impulsar otro tipo de guiones en el extranjero.

Por su parte, Miguel Torruco detalló que «se busca incrementar la afluencia de extranjeros que visitan nuestro país, así como la derrama económica de esta actividad». En su intervención precisó que de enero a mayo de 2019 arribaron a México 18.2 millones de turistas internacionales, 5.9 por ciento más que en el mismo período de 2018, con una derrama económica de 10 mil 110 millones de dólares (con todo y narcotraficantes).

Merced a la globalización de la información, los turistas de cualquier región del orbe, saben que en México las organizaciones delictivas que se dedican al trasiego de drogas ilegales existen y operan a toda su capacidad; inclusive, están enterados de que la mercancía que mueven los narcos llega, sin mayores complicaciones, a todos los continentes del mundo. El ingenio, la capacidad de corromper autoridades de todos los niveles, los contactos eficientes, la disponibilidad de medios para transportar los enervantes, la fuga de capos de penales de máxima seguridad, brindan un espléndido material para producir series, películas, documentales y narcocorridos.

Esta realidad es así: el narcotráfico y otros ilícitos de igual o mayor envergadura participan en la economía mundial y ahí entra México.

Algunos turistas extranjeros también beben alcohol -el tequila los pone contentos- y consumen drogas naturales y sintéticas -con fines recreativos, dicen-. Es común observar en las zonas restauranteras, de bares y centros nocturnos como varias parroquianas orinan placenteramente en la vía pública: mujeres blancas, de blonda cabellera, de rasgos faciales delicados. a simple vista, parecen ser nórdicas o gringas dipsómanas cruzadas con un discreto pasón. 

La posición que ocupa Marcelo Ebrard en el gabinete presidencial es clave para entender cómo es la dinámica social que se vive en los distintos países que ha visitado o, mediante el análisis de la información privilegiada que le llega hasta su escritorio. Si la iniciativa de borrar de un plumazo la realidad imperante en México, es suya, su horizonte de miras acusa una grave miopía; si es por mandato superior, está cercano el día en que este país se convierta en Amlolandia, como en otros tiempos el pueblo sabio la bautizó como Foxilandia: Casi el paraíso.