Con la 4T México se desacelera y pone en grave riesgo su futuro

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Adolfo Olmedo Muñoz.

“Nada hay más espantoso que una ignorancia activa”
Johann Wolfgang von Goethe.

Me van a disculpar los… votantes de la mal llamada Cuarta Transformación pero en mis más de sesenta años de oír y dialogar de política con diferentes actores, de los más variados sectores de ésta, arte-ciencia, denominada por los que saben, como “la lucha por el poder”, esto es La Política, jamás había yo visto, oído, sentido y sufrido, tanta ignorancia, tanta mediocridad, tanta improvisación, tanta hipocresía, tanto descrédito y tanta cobardía como en esta administración que encabeza Andrés Manuel López Obrador.

Podemos hablar de la idiotez perfecta; esférica, holística; visible por cualquier ángulo que se le aprecie, incluso salvando aquello de que “la excepción confirma la regla” pues desde el momento en que el líder de la recua no atina ni con la flauta, los demás, como testigos de cargo comparten una “culpa” (la chirigota social), al menos por su silencio, pues el que calla otorga, y si se otorga la razón a la sinrazón, pues se es igual que el “líder”.

Donald Trump tiene muerto de miedo a AMLO, al grado de provocarle pánico, como para no reunirse con los miembros del G-20.

A vuelo de pájaro podemos comentar sobre la inseguridad, más allá de las deplorables y lastimosas e indignas condiciones en que se mantiene, a lo que hoy por hoy, se cree el orgullo emblemático de las creaciones lopezobradoristas: la “Guardia Nacional”, cuyos miembros viven hoy como perros arrimados en zahúrdas. Cualquier “cuije” de la mafia organizada o no, vive mejor que aquellos, antaño respetables y temidos miembros de nuestras fuerzas armadas. Nuestras “armas nacionales”, les llaman de manera eufemística en algunos ditirámbicos discursos.

Cruel contraste con la cobarde impotencia oficial, para reclamar al menos (aunque sea difícil de resolver), el perverso contrabando de armas a nuestro país proveniente de la Unión Americana, solapado por las administraciones gringas, desde hace muchos años, no sólo para obtener dinero fácil, sino también para mantener a nuestro país en condiciones de peligrosa y gravosa inestabili- dad, económica y política.

No es un asunto nuevo, es verdad, pero hoy día se mantiene casi de la misma manera en que se promovía el contrabando de armas e incluso drogas, por parte de la CIA, (Agencia Central de Inteligencia), brazo perverso que mantuvo una era de terror por medio de asonadas, revueltas y golpes de estado en la mayoría de los países del continente latinoamericano, el llamado Generalato.

No deberíamos fingir ignorancia, y menos las autoridades, de los temas de contrabando de estupefacientes, pues igual que con las armas fueron, y siguen siendo instrumento de manipulación de las naciones del subcontinente sur, por los propios intereses imperialistas de los EE UU, sobre todo luego de la Segunda Guerra mundial. Entre otras razones, como consecuencia de que una gran cantidad de sus jóvenes volvían de los campos de guerra, iniciados ya en el uso de drogas, creando el mercado de drogas más grande del mundo. ¿Y quién creen que les suministraba (y suministra) los psicotrópicos?, pues en buena parte, América Latina y otros países orientales con vieja tradición en el trasiego de estupefacientes.

Inestabilidad agravada hoy en día, hasta por habladurías y bravuconerías de, otro gran estúpido, pero miembro de la casta divina del imperialismo, un tal Donald Trump, que tiene muerto de miedo al mal llamado presidente de México, al grado de provocarle pánico a AMLO, como para no reunirse con dirigentes del ámbito internacional, ni siquiera en cumbres tan importantes como la de Davos, en Suiza. Mentís para aquello de que el miedo no anda en burro.

Más que miedo, pánico que le provocó Trump con una nueva modalidad de guerra de guerrillas, ahora con “armas” e instrumentos mercantiles. Bastó una declaración vía internet por parte del palurdo mandatario norteamericano, con el amago de implementar aranceles a productos mexicanos de exportación si México no frenaba ¡ya! la migración de indocumentados centroameri- canos. Maniobra para que AMLO doblara las manitas y se convirtiera, por arte de birlibirloque, este mal llamado presidente de México, en el más fiel cancerbero para defender los intereses gringos y contravenir su propia oratoria propagandista de que México abriría en todo su mandato, los brazos para recibir humanamente a cuanto migrante lo deseara.

Lo cual, hay que decirlo, creó de inmediato una de las más graves crisis que tendrá que enfrentar, más pronto que tarde, la presente administración, con el agravante de que no se vislumbra un solo personaje con aptitudes, conocimientos y habilidades para enfrentar los retos, que el propio mandatario se ha ido creando; Con un escuálido ministerio del interior (Goberna- ción) que no tiene la más mínima idea de lo que es el manejo político de un país que como el nuestro, resulta ser un “colchón ya muy miado”, como dijeran aquellos viejos que sí sabían de política.

Un Ministerio del Exterior que asemeja mucho su “sacrificio” al de aquellos apagafuegos, o quizá se asemeja a aquellos gruesos candiles de todas las procesiones. Quién quita y “es chicle y pega” y se gana la candidatura a “la grande” (hablo de la lucha por la presidencia de México).

Algunos ingenuos se dicen para auto convencerse, que tienen en su canciller Marcelo (su carnal) a un destacado internacionalista…¡?! Otros, más madrugadores, lo justifican “porque, según ellos, AMLO lo está fogueando para que sea el próximo mandatario”.

Y qué podemos decir de un sector salud cada vez más famélico e impotente para sostener un prestigio ganado a ley, no sólo en nuestro país, sino con la admiración de muchas naciones del concierto internacional. Pronto necesitará “terapia intensiva”.

No vale ni la pena hablar mucho de la mediocridad y aberrante actuación de ese sector de la comunicación, las obras públicas, de los que deberían ser encargados de crear la infraestructura para un futuro bonancible: Los obstáculos que ellos mismos se han creado, son mucho más grandes, créamelo, que un imprevisto cerro que se interpuso en el “proyecto maravilla” con que se abriría la “cuarta transformación”, el aeropuerto de Santa Lucía.

De ninguna manera es de risa o desparpajo, el gravísimo daño que viene provocando la impunidad e inseguridad en todos los ámbitos de nuestra sociedad. Y qué decir de la errática y caprichosa política aplicada para combatir y echar abajo (ofrecido ello por el “peje” hasta el cansancio durante su campaña), la Reforma Energética, en cuyos organismos medulares han sido impuestos “funcionarios” de vergonzosa ineptitud.

Salvo en la funesta era de Antonio López de Santana, México había sido tan cobarde como ahora, en la presuntuosa “Cuatro T”, que por esto y muchas cosas más, está resultando más un “cuatróte” en el devenir histórico (de humillante desigualdad) de nuestro país con los “vecinos” del norte, para los que hemos dejado de ser “su patio trasero” para colocarnos como su recinto receptor de lo que para ellos son desechos: los migrantes provenientes de varias naciones a las que, el propio imperio capitalista, ha socavado sistemáticamente, para mantenerlos sojuzgados .

En realidad, no sé qué oscuros intereses están socavando la salud de nuestra nación. Intereses que incluso pueden ser intangibles; muy probablemente debido a la vergonzosa ineptitud de la clase política contemporánea, pero están ahí porque resultaron “electos” por una sociedad; por simple lógica, también ignorante e impreparada. Los pueblos tienen a los gobernantes que se merecen, dice un viejo “proverbio tibetano” (chascarrillo “local” usado por honorables periodis- tas y escritores que se daban cita en un café, restaurante, cantina, oficina, refugio, agencia de relaciones públicas, etcétera) que se ubicaba en la calle de Bucareli, en la ciudad de México, y que se llamaba “Tíbet Jams”, por allá de la segunda mitad del siglo anterior.

Pero lo que más asco da, es el miedo y la cobardía con que actúa el mandatario en turno, ante la horda de mantenidos, vividores, traidores y tránsfugas de la sociedad, mal llamados maestros de la “Coordinadora”, a quienes no sólo les ha solapado su descarado desprecio al régimen de derecho, convirtiéndose López Obrador, en el más grande cómplice de la impunidad en este país.

No contentos con provocar multimillonarias perdidas para la economía del país con irresponsables y gravosos bloqueos a las vías generales de comunicación: de vivir parasitariamente, de provocar irreversibles daños a la educación, les ha dado la razón, y recientemente acordó con ellos, restituir “sus plazas” y ¡pagarles retroactivamente! Salarios que de ninguna manera devengaron.

Definitivamente, Andrés Manuel López Obrador, no tiene ninguna autoridad moral para ocupar el cargo que ostenta, sus hechos, en tan corto tiempo, lo evidencian día con día. Y es que prefiero pensar que los errores se deben a su mediocridad e ignorancia y no a una posible perversa traición a la patria.