El aumento de la crueldad en los feminicidios

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Iván Nájera Agüero.

Mutilada, estrangulada, emparedada, quemada, acuchillada, con disparos, a machetazos, golpetazos, etc… son algunas de las violentas y repugnantes formas de extrema violencia que utilizan los asesinos para acabar con la vida de las mujeres que están cerca de ellos: parejas, exparejas, amigas, novias, hijas, cuñadas, suegras, etc.

Antes de hablar de feminicidios nos remontaremos a Ciudad Juárez, Chihuahua, de 1993 (año en cual la primera víctima contabilizada como feminicidio fue la niña Alma Chavira Farel), cientos de trabajadoras por lo general, mujeres jóvenes y adolescentes de entre 15 y 25 años, de escasos recursos que debieron abandonar sus estudios para comenzar a trabajar a temprana edad en las nuevas maquiladoras instaladas por la apertura del comercio debido al TLCAN, por esta razón salían muy temprano o regresaban muy tarde a casa. Empezaron a desaparecer, pero a los pocos días aparecían sus cuerpos abandonados a las orillas de la ciudad, en lotes vacíos, etc.; con marcas de tortura, cuerpos mutilados y violadas. Como sociedad y gobierno no visualizaron la magnitud de este hecho y fue tanto así que siguió creciendo a lo que es hoy, a tener altos índices de feminicidios no sólo en esa ciudad, sino en gran parte del país.

De enero a noviembre de 2019, 3 mil 454 mujeres fueron asesinadas en México, siendo tipificados por los diferentes estados como feminicidios la cantidad de 890 y el resto como homicidios dolosos (los feminicidios en el país son mayores de acuerdo con diferentes activistas contra el feminicidio). Veracruz con 152 feminicidios es el estado más peligroso, le sigue Estado de México, Nuevo León, Ciudad de México y Puebla. Coahuila en el lugar 14 a nivel nacional con 23 feminicidios y en el lugar 35 Torreón y 55 Matamoros con 5 y 4 feminicidios respectivamente estaban en la lista de los primeros 100 municipios con delitos de feminicidio, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) con cifras disponibles en el momento de escribir la presente columna.

Feminicidio no debe ser solamente una palabra para definir el tipo de homicidio o un número más para la lista; detrás de este término hay mutilaciones, lágrimas, maltratos, sangre, humillaciones, una inmensidad de violaciones, abusos sexuales por parte de algunos o la mayoría de los victimarios hacia las víctimas. Hay familiares, amigos, amigas que esperan la llegada de su madre, hija o de su amiga, compañera de trabajo o escuela, esposos que no saben dónde se encuentra su esposa; con la incógnita de si la encontrarán con vida y si ese no es el caso, saber si podrán despedirse adecuadamente de ellas al encontrar su cuerpo.

Los feminicidios no se detienen en nuestro país y lo más grave es que se están produciendo con más crueldad, uno tras otro, día tras día, algunos o en su mayoría se conocen tiempo después por redes sociales. Tal es el caso de la niña Fátima Varinia Quintana Gutiérrez, fue violada, apuñalada y lapidada por tres “hombres” en una pequeña comunidad de apenas 602 habitantes en Lerma, Estado de México (https://heraldodemexico.com.mx/pais/fatima-feminicidio-violacion-nina-12-anos-lerma-estado-de-mexico-justicia/). Incomprensible como le pudieron hacer ese daño con tanta saña a una niña indefensa llena de sueños, metas y una vida por delante para cumplirlos.

Es indignante saber que en México el feminicidio no se investiga debidamente y que pocas autoridades en los diferentes ámbitos de gobierno lo toman en serio. Sin embargo, algunas voces tratan de hacer visibles a las mujeres que son víctimas de feminicidio: quiénes son, el vacío que dejaron, los sentimientos que muchas familias enfrentan después de la terrible perdida. Un factor más es confrontar y exigir a las autoridades que poco hacen por dar respuesta a las familias, ya que se muestran indolentes y no tienen ningún interés por solucionar los crímenes y en ciertos casos prefieren decir que no hay, no sucedió nada… que no existen.

Para tomar en cuenta
Se considera feminicidio a la muerte violenta de las mujeres por razones de género, bajo las siguientes circunstancias: La víctima presenta signos de violencia sexual; la mujer presenta mutilaciones infamantes o degradantes antes o después de su muerte, o bien, actos de necrofilia; cuando existen antecedentes de violencia familiar, laboral, escolar o del sujeto activo contra la víctima; relación sentimental o de confianza entre la víctima y el sujeto activo; amenazas relacionadas al asesinato, acoso o lesiones del sujeto activo en contra de la víctima; cuando la mujer haya sido incomunicada antes de su asesinato; cuando el cuerpo de la víctima sea expuesto o exhibido en un lugar público. Fuente: CONAVIM