Injustificado atropello cultural

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J. Jesús Santos González.

Mariano Narváez González.
El motivo para quitarle su nombre a la escuela de bachilleres turno matutino es de risa.

La sociedad actual vive al finalizar el segundo decenio de este siglo, una de las crisis más profundas en los órdenes político, familiar, social, educativo y moral, debido a la pérdida de valores que todavía a mediados del siglo XX, era difícil de imaginar la decadencia que hoy enfrentan.

Si es en el aspecto político, la corrupción e impunidad, han echado hondas raíces en nuestro sistema que además de ser un escándalo diario, socava el estado de derecho y pone en riesgo el funcionamiento de nuestras instituciones.

Si en el orden familiar se trata, basta ver los altos índices de divorcios que la familia como institución básica de la sociedad afronta en la actualidad; mientras si del respeto al derecho de la propiedad privada hablamos, el incremento de los delitos patrimoniales de todo tipo (robos, fraudes, estafas y daños), saturan las estadísticas y trabajo de los juzgados.

Por desgracia, de dicha pérdida de valores, no se puede excluir al sistema educativo actual, donde por principio la falta de respeto de los alumnos hacia el maestro e instituciones por lo general -con sus honrosas excepciones-, propician con su indisciplina la pésima formación que apenas les permite a duras penas saber leer a su ingreso a la educación media o superior.

En tal entorno, la vida de los hombres cuyos legados morales cívicos y éticos son dignos de ejemplo, no escapan a tal crisis, pues sus méritos pasan desapercibidos para las nuevas generaciones quienes por lo general ignoran que gracias a su esfuerzo, sacrificio y visión del momento que les tocó vivir, fue posible que las actuales heredáramos las instituciones que concretamente en el campo educativo, dieron lustre y prestigio a Coahuila.
De ahí que como broma de mal gusto -propia de una inocentada de un 28 de diciembre-sea el hecho que sin respeto a los valores culturales que el Dr. Mariano Narváez González representó como ameritado maestro del Ateneo Fuente, Escuela Normal Superior, Ciencias Químicas y Escuela Preparatoria Nocturna de la cual fue fundador, además de otras instituciones como lo son Ingeniería Civil, Arquitectura, Economía y Contaduría Pública, todas pertenecientes a la UAC, el Consejo Directivo de la Escuela de Bachilleres turno matutino “Dr. Mariano Narváez González” que funciona en Campo Redondo, haya decidido cambiarle el nombre a dicha institución de tan eminente coahuilense por el de Preparatoria No. 1.

El motivo que tuvieron las autoridades de dicha escuela de bachilleres para llevar a cabo el mencionado cambio es para dar risa, pues según versión de su director José Alfredo Méndez, “era parte de una necesidad en la sociedad porque había mucha confusión de los alumnos que querían estudiar en cualquiera de las dos Narváez, y por error elegían el turno vespertino, queriendo estar en el matutino o viceversa, nos llegaban papelería y paquetes que pertenecían al vespertino o viceversa, entonces si para nosotros había confusión más para la sociedad. (Periódico Vanguardia. Jueves 12 de diciembre del 2019, sección Mi Ciudad.)

Dicha versión revela que a las mencionadas autoridades educativas para evitar tal confusión, les fue imposible algo sencillo y elemental, como era establecer en la papelería de dichas escuelas de bachilleres que la nocturna se ubica en el edificio situado frente a la Alameda Zaragoza, mientras que la matutina en la Unidad Campo Redondo de la UAC; y así; con tal precisión se hubiera evitado el cambiar de esta última el nombre del Dr. Mariano Narváez González.

Además de fundador de las instituciones de educación superior ya mencionadas con antelación, el Dr. Mariano Narváez fue miembro de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, del Seminario de Cultura Mexicana, de las Sociedades de Médicos y Trabajadores de la Educación, integrante de la Orquesta Sinfónica de Saltillo, políglota, amante de la cultura y las artes, y que al crear las instituciones universitarias que fundó, tuvo la visión de hacerlo en beneficio de trabajadores que querían seguir estudiando y de los miles de estudiantes de origen popular e hijos de campesinos y obreros no sólo de esta ciudad y Estado, sino de otras entidades del país, que gracias a él -quien como el que esto escribe-, pudimos tener acceso a la universidad mientras trabajábamos.

El que tal acto haya acontecido en nuestra Máxima Casa de Estudios, y sobre todo en estos tiempos en que es necesario revalorar la vida de hombres universales por su pensamiento y acción, como en este caso lo es el Dr. Mariano Narváez González, la supresión de su nombre en la Escuela de Bachilleres turno matutino, ubicada en Campo Redondo, es la más grande de las injusticias a su memoria, como lo seguirá siendo mientras los cientos de universitarios que nos formamos en los recintos culturales que el fundó, no pugnemos porque sus restos mortales descansen sus fatigas en la Rotonda de los Coahuilenses Distinguidos, donde deben de estar.