Tercera década del siglo XXI, con la esperanza de siempre

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Jesús M. Moreno Mejía.

Greta Thumberg.
Si tuviéramos que elegir una cosa, sería informarse, tratar de entender la situación en la que se encuentra el mundo en que vivimos.

Estamos instalados en el comienzo de la tercera década del siglo XXI, o sea el inicio del 2020, año bisiesto, año especial desde cualquier ángulo que se le quiera ver; para unos negativo y para otros positivo, o cuando menos con la esperanza de siempre: que lo malo vaya disminuyendo o desapareciendo poco a poco.

“Todo es según el color del cristal con que se vean las cosas”, dice el dicho popular, y si somos positivos deberíamos creer que siempre puede haber oportunidades de cambio en todo momento.

Pero no esperando que alguien venga con una varita mágica a salvar nuestro país, estado, región, ciudad o al mundo, ni aceptando lo que nos dicen los astrólogos con sus predicciones, sino adoptando cada quien actitudes positivas en nuestro actuar, pues sólo así es como podemos avanzar en el camino de la paz y el bienestar de nuestro entorno.

Se trata de un trabajo personal, “de asumir en consciencia nuestro diario vivir y hacer lo mejor posible lo que queremos hacer” (por el bien de todos), dice Juan Noé Fernández en su artículo titulado “Hoy es ahora”.

Y agrega en su colaboración periodística: “Que bueno sería que al arrancar otro año, haya sueños y surjan inquietudes; que haya mucha gente que con deseos de modificar hábitos y conductas; que se planee y se proyecten nuevos rumbos, horizontes más amplios”.

Él cree que es la mayoría de la población la que así lo anhela, pero lamentablemente no es así, y sin embargo deberíamos animar a quienes conviven con nosotros a adoptar en su consciencia el deseo de contribuir con su “granito de arena” a lograr un cambio multiplicador, pues lo bueno que hagamos otros querrán imitarlo, y no sólo las malas acciones de otros.
La tarea no es fácil, es difícil, compleja, pues debemos comenzar por hacer una introspección de nosotros mismos, pues la más de las veces no sabemos, o comprendemos, quienes somos realmente, y así perfilarnos a la tarea antes mencionada, pues la tarea es dura y en ocasiones hostil.
Comencemos por analizar la problemática actual del calentamiento global, que ciertamente le concierne especialmente a quienes lideran las grandes potencias mundiales para el control de la emisión de dióxido de carbono (CO2), ya que la Madre Naturaleza no alcanza hoy a transformar en oxígeno, como antes lo hacía, mediante los “pulmones” de Natura o sean los grandes bosques.

A partir de 2020, las naciones del Acuerdo de París deben presentar nuevos compromisos de reducción de emisiones de CO2, pues la comunidad de científicos han estado advertiendo que seguirá aumentado la temperatura global, que ya ha estado haciendo estragos en el mundo actual desde los inicios del presente siglo.

Hace cinco años (2015) los países involucrados en el mencionado Acuerdo de París, hicieron algunas consideraciones para evitar el avance del Calentamiento Global, pero todo parece indicar que los resultados a estas fechas, fueron un fracaso.

Ante tan negro panorama, la sociedad civil del mundo deberan reaccionar con sonoras manifestaciones públicas, misma que pudieran ser determinantes si es que logran convencer a los líderes mundiales.

El otro problema es la tala inmoderada de árboles en América Latina, tal como ocurre en Brasil y en nuestra patria, donde incluso han cobrado víctimas fatales en contra de quienes se oponen al desmonte de bosques.
En algunas ciudades de nuestra república también se han derribado toda clase de árboles, para dar paso a obra pública y privada, incluso con la anuencia de particulares, y es aquí donde debemos actuar, protestando por la destrucción de la escasa vegetación de que disponemos en nuestro entorno.

Porque en materia ecológica, ¿qué debería hacer la gente y las autoridades del gobierno? En Europa ha surgido una joven activista llamada Greta Thumberg, que se ha pronunciado en favor de una justicia climática, quien afirma que son las personas las que deben involucrarse en acciones que impidan la destrucción del planeta, porque hacia allá estamos encaminando al mundo, y todo por no hacer nada. Ella advierte lo siguiente:

“Creo que ahora mismo, si tuviéramos que elegir una cosa que debe hacer todo el mundo, sería informarse, tratar de entender la situación en la que se encuentra el mundo en que vivimos, e intentar presionar por un movimiento político, dirigido a líderes y gobernantes, que impidan siga el problema del calentamiento global”.

Y agrega la jovencita sueca, de tan solo 17 años de edad: “Creo que lo que debemos hacer como individuos es usar el poder de la democracia, para hacernos escuchar y asegurarnos que la gente que está en el poder, no pueda seguir ignorando lo que pasa al género humano”.

El caso es que de 84 países se han comprometido a presentar para este 2020 nuevos objetivos de recorte de emisiones de gases, en especial CO2, ninguno de los principales países industrializados, entre ellos Estados Unidos de América, China, Japón, India, Brasil, han dado sus expectativas de remediación climática para los próximos diez años.

México también tiene deterioro ambiental en grado de emergencia, en problemas de tala inmoderada, contaminación y sobre explotación de agua potable, minería tóxica, expansión de mega proyectos, fracking, erosión de suelos, ríos contaminados por desecho industrial, transgénicos, etc.

Debemos esperar que se haga una realidad el proyecto del gobierno, a plan piloto este mes de enero, denominado Sistema Nacional de Comercio de Emisiones, y la entrada en vigor de la Estrategia Nacional de Movilidad Eléctrica, que podría significar un avance en contra de la contaminación ambiental. Esperemos para ver sus resultados a mediano-largo plazo.

Seamos de pensamiento positivo, pero a su vez contribuyamos en lo que a cada quien nos corresponde, para tratar de avanzar en la lucha de impedir el deterioro ambiental que a todos nos afecta.

Hagamos a un lado a los gurúes que profetizan calamidades de corte apocalíptico que pudieran suceder en este nuevo año, sobre todo de aquellos que lo hacen con el fin de crear miedo a los incautos, aplicando la recomendación que nos hace la joven sueca, informarnos primero de lo que realmente es y hacer luego lo que nos corresponda.

¿Y usted, amable lector, que seguramente no es de las personas que ignoran el problema ecológico global, qué hace en su entorno? Porque no creemos sean ustedes de los que simplemente se cruzan de brazos.
¡Hasta la próxima!