Luis Fernando Hernández González.
“Ese es el mal de nuestra gente. No se hace política de ideas y conducta, sino política de personas.”
John William Cooke.
¿En estos tiempos políticos para sorpresas no gana uno? Y diga usted si no, al causar un amplio revuelo las expresiones del diputado Porfirio Muñoz Ledo, hombre inteligente y de vasta cultura, al apuntar el comportamiento de algunos legisladores del Congreso Federal respecto al trato a migrantes en la frontera sur del país, él solicitó, se contara con la presencia profesional de un servicio interno de psicología, en ese recinto, obviamente para el estudio y análisis de conductas que ahí se expresaban; periodistas cáusticos apuntaron que no sólo en ese recinto sino también a áreas de otros actores políticos debería de aplicarse ese tipo de análisis.
Cuando en la sociedad incursionamos en esos enigmas que motivan y estudian los comportamientos de algunos liderazgos, encontramos como ejemplo aquellos de carácter circunstancial que muchas de las veces apreciamos tanto a nivel nacional como a nivel internacional, y dígame usted si no amigo lector, cuando vemos los procedimientos de los Trump y de los Maduro por solo poner estos ejemplos, mismos que abrigan amplios sentimientos de psicopatía en sus conductas y actuaciones de orden político, social, económico y cultural, lo mismo en su ámbito interno que en su apreciación de los fenómenos externos para sus respectivas naciones.
Quienes analizan y estudian los comportamientos del sociópata lo describen como aquellas personas o individuos verdaderamente absortos en sí mismos, sin conciencia ni sentimiento alguno hacia los demás y para quién la configuración de las reglas sociales no tienen ningún significado. Al asumir actitudes depredadoras irrefrenables e imposibles de tratar y para quienes la violencia es planeada, decidida y carente de emociones.
Es así, como también su falta de emociones refleja un estado de desprendimiento, de audacia y posiblemente disociado, revelando un sistema nervioso autonómico en su comportamiento bajo y una carencia de ansiedad en sus distintos emprendimientos emocionales, como se muestra claramente en cada una de sus actuaciones
Quien pose este tipo de perfil tiende a operar con una pasmosa conducta, una actitud pretenciosa, un apetito insaciable, y una tendencia que muchas de las veces se manifiestan en sadismo, ellos no siguen ningún proyecto de vida, y parece como si fueran incapaces de experimentar cualquier tipo de emoción genuina, no responden al castigo, a la aprehensión, a la tensión ni a la desaprobación, se enfrascan en su criterio y nada les perturba en sus objetivos por buscar.
Los psicópatas carismáticos son mentirosos, tercos y sorprendentes, por lo general están dotados de uno u otro talento y lo utilizan a su favor para manipular a otros. Todos los sociópatas poseen tres características en común: Individuos muy egocéntricos, sin empatía hacia los demás, incapaces de sentir remordimiento o culpa. Esta misma conducta los lleva a ser o sentirse personas emotivas de poseer las cualidades humanas más nobles.
La lista de puntos de Robert Hare, para el estudio de comportamientos psicopáticos, nos señala que estos son:
1.- Mucha labia y encanto superficial: una tendencia a ser suaves, enganchadores, encantadores, hábiles, con facilidad verbal. El encanto psicopático no es en absoluto tímido, prudente, ni con miedo de decir algo. Un psicópata nunca enmudece. Por ejemplo, se han liberado de la convención social de hablar por turnos.
2.- Autoestima ostentosa: una visión extremadamente alta de sus propias capacidades y de lo que valen; seguros de sí mismos, testarudos, engreídos, jactanciosos. Los psicópatas son personas arrogantes que se creen seres superiores.
3.- Necesidad de estímulos o propensión al aburrimiento: una necesidad excesiva de estímulos nuevos, emocionantes y apasionantes, corriendo así riesgos. Los psicópatas a menudo tienen una baja autodisciplina para completar tareas porque se aburren fácilmente. No consiguen conservar el mismo trabajo durante más de un cierto tiempo o, por ejemplo, no terminan tareas que consideran embotadoras o rutinarias.
4.- Mentiras patológicas: moderadas o altas. De forma moderada serán perspicaces, mañosos, astutos, y listos; en la forma extrema, serán engañosos, secretos, inescrupulosos, manipuladores, y deshonestos.
5.- Engaño y manipulación: el uso del engaño para hacer trampa, estafar o defraudar a otros para su ganancia personal; distinguiéndose del punto 4, en cuanto a que aquí la explotación y la crueldad insensible están presentes, reflejando una carencia de preocupación por los sentimientos y sufrimiento de sus víctimas.
6.- Carencia de remordimiento o culpa: una falta de sentimientos o preocupación por las pérdidas, dolor y sufrimiento de las víctimas. Tienden a ser indiferentes, desapasionados, fríos, y faltos de empatía. Este punto es por lo general demostrado por su desdén hacia las víctimas.
7.- Afecto superficial: una pobreza emocional, o una gama limitada de emociones profundas; frialdad interpersonal, a pesar de dar señales de ser abiertamente gregarios.
8.- Insensibilidad y carencia de empatía: una carencia de sentimientos hacia la gente en general; es frío, despectivo, desconsiderado y sin tacto.
9.- Un estilo de vida parasitario: una dependencia financiera intencional, manipuladora, egoísta, y explotadora de otros, como se refleja en una carencia de motivación, en poca autodisciplina, y en la inhabilidad de asumir responsabilidades.
10.- Control pobre del comportamiento: expresiones de irritabilidad, molestia, impaciencia, amenazas, agresión, y abuso verbal; control inadecuado de su cólera y carácter; actúa sin pensar.
11.- Comportamiento sexual promiscuo: una serie de relaciones breves, superficiales, y una selección indiscriminada de compañeros sexuales; varias relaciones mantenidas simultáneamente; un historial de tentativas de imponerse sexualmente a otros, o una muestra de gran orgullo relatando sus proezas sexuales o conquistas.
12.- Problemas conductuales tempranos: una variedad de problemas de comportamiento antes de los 13 años, incluyendo mentir, robar, hacer trampas, estar involucrado en actos de vandalismo, abusar de otros, tener una actividad sexual, prender fuegos intencionalmente, aspirar pegamento, hacer uso de alcohol, y escapar de casa..
13.- Una falta de objetivos realistas y a largo plazo: una inhabilidad o fracaso permanentes en desarrollar y ejecutar planes y objetivos a largo plazo. Una existencia nómada, sin objetivo, careciendo de dirección en la vida.
14.- Impulsividad: comportamientos no premeditados recurrentes y faltos de reflexión o planificación; inhabilidad de resistir a la tentación, frustraciones e impulsos; una falta de reflexión sobre las consecuencias de sus acciones; es temerario, precipitado, imprevisible, errático, e imprudente.
15.- Irresponsabilidad: fracaso repetido en realizar o cumplir con obligaciones y compromisos, como por ejemplo no pagar cuentas o préstamos, realizar trabajos sin cuidado, ausentándose o llegando tarde a trabajar, dejando de cumplir con acuerdos contractuales.
16.- Fracaso en aceptar la responsabilidad de sus propias acciones: fracaso en aceptar la responsabilidad de sus acciones, que se refleja en una toma de conciencia baja, en la ausencia de escrúpulos, en la manipulación, la negación de su responsabilidad, y en un esfuerzo para manipular a otros a través de esta negación.
17.- Muchas relaciones matrimoniales a corto plazo: no se compromete en relaciones de largo plazo, lo que se refleja en compromisos inconsistentes, informales y no fiables, incluyendo el matrimonial.
18.- Delincuencia juvenil: problemas de comportamiento entre los 13 y 18 años; sobre todo en conductas que son delitos o que implican claramente aspectos de antagonismo, explotación, agresión, manipulación o una insensibilidad despiadada.
19.- Revocación de libertad condicionada: una revocación de un periodo de prueba u otra libertad condicional debido a violaciones técnicas, como por ejemplo el descuido, poco tino o el dejar de presentarse cuando lo llaman.
20.- Versatilidad criminal: una gran diversidad de tipos de ofensas criminales, sin importar si la persona ha sido detenida o condenada por su culpa; mostrando un gran orgullo al salir indemne.
Conclusión: cualquier parecido con cualquier presidente mexicano, venezolano o estadounidense es mera coincidencia.
Ojalá y en la próxima reforma política de México, se considere la salud mental de los candidatos.