El panorama crítico de la economía Nacional

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Luis Fernando Hernández González.

“Dar sentido de gobernanza a las distintas fuerzas sociales y a los factores que demanda el país, generando cohesión y armonía, es el buen arte de la política, en eso consisten las estrategias de Estado”.

Ante una economía estacionaria del país, como la que actualmente percibimos en México, con muy bajas tasas de crecimiento del 0.1% en 2019 y 0.4% para 2020, obliga a especialistas a la búsqueda de aquellos factores que sean determinantes para detonar su crecimiento, toda vez que la economía de la Unión Americana, mantiene tasas de crecimiento superiores al 3.4 % y cuyas repercusiones deberían de tener las derivaciones respectivas en nuestra economía nacional, para de esta manera corresponder a los retos productivos que demanda la dinámica de la nación tanto hacia el interior, y corresponder de igual forma con aquellas necesidades que plantea la economía hacia el exterior, generando visiones estratégicas de alcance y oportunidad para bien del país en este tiempo.

Pues como bien lo debemos de entender, es la caída de inversión el principal detonante que genera y dinamiza el crecimiento en cada una de las ramas productivas, sea ésta industrial, agrícola o de servicios; por otra parte, indispensable y necesario es vencer la incertidumbre que provocan las relaciones comerciales y los mercados exteriores a los cuales tiene accesibilidad nuestro país, para que de esta manera exista movilidad de productos y mercancías nacionales; para ello es indispensable que la autoridad defina con mayor precisión el rumbo de las políticas económicas con las que habra de estimular y alentar a la propia economía de desarrollo, a la vez que buscando fortalecer el estado de derecho, sin ánimo de debilitarlo, y por ultimo agregase a todo esto el comportamiento de debilidad que muestra en general el ramo manufacturero global en el que se encuentra México, en donde alta o baja en su crecimiento, se ve implicada a la industria local.

En el México de hoy, haciendo una revisión en detalle de los factores que más inciden en la opinión negativa para generar inversión y consecuentemente crecimiento económico, algunos expertos perciben factores que tienen que ver con la llamada confianza en la gobernanza, destacando los problemas de seguridad pública, de la incertidumbre política interna, como la inclinación hacia aquellos agentes preferenciales acaudalados, que así contempla el mundo empresarial.

Al cuestionarles a los hombres de empresa, respecto a si estamos en un momento adecuado para realizar inversiones, solo 9 por ciento contesta positivamente mientras que 53 por ciento señala que es un mal momento.
Démonos cuenta como ciudadanos que a pesar de las visitas frecuentes de líderes de organismos empresariales a Palacio Nacional o incluso de las reuniones de empresarios destacados con el presidente de la República, aun cuando dispuestos están para la aportación de compra de boletos en la rifa del avión presidencial, el común del empresariado mexicano expresa reservas respectos a las políticas internas y el mismo comportamiento de la autoridad presidencial. Uno de los factores que está en el aire es el muchas veces pospuesto anuncio relativo a la infraestructura energética, hidráulica, carretera y portuaria del país, que le daría opción al sector privado a invertir en diversos ámbitos del desarrollo, como también en la industria petrolera y eléctrica.

Pero no es el único tema que puede inspirar confianza. Bajo distintas referencias son que el presidente debe de deslindar los temas económicos e ideológicos que él tiene pre configurados, para así alentar la economía, en donde hay asuntos concretos que tienen que ver con deficiencias e impulsos en el ejercicio del gobierno y que comprenden a dependencias como salud, medio ambiente, regularización rural y urbana, comunicaciones, fideicomisos diversos para el desarrollo económico e infraestructural que demandan en su implementación y promoción para citar algunas de ellas.
Por último, para algún empresario y personas del sistema financiero, aseguran la estabilización de índole económica y comercial de los mercados a nivel mundial con sus respectivos resultados en la economía mexicana. Toda vez que al firmarse el acuerdo comercial T-MEC, será la visión planeada y estrategia que se platee para obtener resultados de aliento para la economía de la nación.

Cabe ante estos hechos el recordar aquellas lapidarias expresiones que un día allá por 1992, dijera ante su adversario Bill Clinton ante George H. W. Bush, en plena campaña presidencial de los EEUU, “ es la economía estúpido” frase que luego se popularizo, la cual se emplea para definir situaciones críticas de la materia «es la economía, estúpido» y la estructura de la misma ha sido utilizada para destacar los más diversos aspectos que se consideran esenciales y pertinentes.

Para México y el presidente López Obrador, seria plausible que sus funcionarios en este 2020 lograran superar la curva del aprendizaje y de esta forma tocar las fibras sensibles de la economía, con una política hacendaria, financiera y de estímulos, que diera sentido a un desarrollo económico con crecimiento, en donde se sume la gran cantera de posibilidades del tratado comercial T-MEC, para sacar las ventajas diferenciales entre naciones que el mismo tratado ofrece a nuestra nación.