#Poema

0
653

Meditación fugaz

Oliverio Ascascius.

Pienso en la ingratitud de un recuerdo
hecho poesía.
En la infinita lejanía de una amistad
que no pudo arraigar.
En la insipidez de una relación
que desató nostalgias.
En la superficialidad de unas palabras
que no debieron concretarse.
En lo fantasmagórico de un cariño
que murió al nacer.

Pienso en un sueño azul
hecho espuma en el aire.
En el tacto frío de la ilusión
que atosiga como la crueldad
de un día negro.
En la tristeza escondida
tras el cristal de unos ojos.
En el hastío de arrastrar
la incertidumbre por el alma.

Pienso en el vuelo trunco de la ambición
que se estrelló
en la verdad del mundo.
En la irrealidad
que se patentiza a ratos.
En el cimiento frágil
de la fortaleza.
En una secuencia de hermosas noches
diluidas en la obscuridad
que no volverán a repetirse.

Pienso en las ansias rotas
por lo desconocido.
En la alegría maltrecha
por el temor.
En la desilusión cosida en el pecho,
como la piel adherida a los huesos.

Pienso en el llanto interminable
hecho cenizas.
En unas frases hermosas
que vienen del pasado,
pero que no iluminan el presente.
En una hiriente realidad
que perturba,
como la indiscreción
de lo mundano.

Pienso en un millón de abrazos
des-abrazados.
En una pena que se nos mete
por los poros de la piel
y nos llena de melancolía.
En una vieja canción
que revive cosas muertas.

Pienso en una somnolienta caricia
que se levanta
al escuchar un nombre.
En un latido que tiembla
con la agonía de la ausencia.
En unas bocas que no pronuncian
lo que anhelan decir
por temor a delatarse.

Pienso en un dialogo que se incomunica
cuando trata de comunicarse.
En un rostro adorable
que hace acto de presencia
en la memoria.
En una sonrisa inolvidable
que no se agota
aunque se aleje.

Pienso en un beso desesperado
que no encuentra
donde posarse.
En una dulce mirada
que se pierde
en la inmensidad del adiós.
En un suspiro que sufre
porque añora el amor
de otros tiempos.

Pienso en un pensamiento tenaz
que brota por el cerebro
aunque le tapen los agujeros.
Pienso en un acto de inspiración
extraviado,
hecho pedazos
por el cruento engaño.
Pienso en una vida angustiada
por la pesadez
del vivir cotidiano,
y en el deseo ardiente
de odiar, amar, sentir,
y olvidar esas cosas.