Pascacio Taboada Cortina.
* Los empleos perdidos corresponden a la industria y a los servicios, con salarios del doble y triple salario mínimo
* El campo, abandonado. No hay programas para infraestructura de riego ni de temporal
En 18 meses del gobierno de López Obrador, se perdieron más de un millón de empleos formales y con sueldos que van de dos a tres salarios mínimos, como consecuencia de malas políticas públicas y los efectos de una pandemia inesperada que ha dejado, hasta ahora, un saldo de 235 mil personas estudiadas; 23 mil 640 enfermos activos y 8 mil 597 defunciones, según cifras de ayer.
Si bien el gobierno federal anunció la creación de 2 millones de empleos, vía programas sociales, ahora y en el futuro próximo serán necesarios 3 millones, de manera que es imperioso que todo el gobierno federal encuentre el método para cumplir con la promesa de trabajo para todos.
Para completar el escenario, en abril recién pasado, las exportaciones mexicanas se desplomaron más del 40 por ciento, las cifras más bajas en una década.
Las mayores caídas las sufrieron la industria automotriz y de petróleo crudo, con 79 y 66 por ciento, respectivamente en ese mes, de acuerdo con cifras del INEGI.
Es oportuno señalar que el 80 por ciento de las exportaciones e importaciones mexicanas, se realizan con Estados Unidos, por lo que es urgente que se hagan valer 10 Tratados de Libre Comercio que tiene vigentes México con el mundo, además del ahora denominado T-MEC, con Estados Unidos y Canadá.
A pesar de la crisis económica que ya afecta al 70 por ciento de la población mexicana (en Economía a este proceso cíclico se le llama depresión, devaluación, crisis y repunte) el gobierno de México insiste en esquemas «caprichudos» de alta inversión en obras suntuarias como «Dos Bocas», aeropuerto de Santa Lucía, «Tren Maya», entre otras; no financiamiento externo, presión impositiva interna, austeridad en gasto público del presupuesto de Egresos de la Federación, nulas inversiones en infraestructura rural (nada de recursos para obras hidráulicas agrícolas) y todo ello agravado por la pandemia.
Entre paréntesis, creemos que haría mucho más felices a los agricultores sonorenses los mil millones de pesos dispuestos por López Obrador en el pavimento de algunas calles de Hermosillo y Cajeme.
Entregar estos cuantiosos recursos fiscales a los investigadores agrícolas para matar o exterminar a la plaga de la «Roya del Trigo», que permita a Sonora seguir siendo el principal productor de este cereal en México, para la industria de la panificación.
Lo que sobra en este México nuestro «que nos tocó vivir», son discursos del señor presidente; críticas diarias a los conservadores, a los neoliberales y a contrincantes políticos.
Eso sí, reparto de miles de millones de pesos a sus seguidores; créditos a manos llenas a necesitados y a «pequeños empresarios», becas a «sembradores de hoyitos de esperanza, giras y más giras (ahora múltiples) y promesas repetidas mil veces «para que no se olviden» o, de lo contrario » los borren de la lista».