Los nuevos escenarios nacionales

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Jorge Arturo Estrada García.

“El mejor líder es aquel que sabe elegir a los mejores para hacer las cosas, y tiene la templanza suficiente para no entrometerse mientras lo hacen.” Theodore Roosevelt

¿Me preguntas por qué compro arroz y flores? Compro arroz para vivir y flores para tener algo por lo cual vivir.
Confucio.

La mayoría de las personas nunca han aprendido que uno de los objetivos principales de la vida es disfrutarla.
Samuel Butler.

No se puede tener cuerpos médicos escasos y pobremente equipados, trabajando en hospitales que ni siquiera tienen agua e higiene en los baños, mucho menos medicinas.

Estamos sumergidos en un pozo de odio. Desde hace décadas que no se reflejaba tanto encono entre diversos sectores sociales del país. Las crisis han derrumbado frecuentemente al siempre frágil sistema económico mexicano; ahora, nos encaminamos a una de grandes dimensiones. El grupo en el poder ha declarado la guerra en varios frentes a los que etiqueta como sus adversarios. En plena pandemia que mantiene al país dando tumbos, la agresividad se va escalando. Lo mismo los contagios, y los muertos por el Covid-19.

Las ciudades contaminadas por una enfermedad mortal y sin tratamiento efectivo, ni cura por el momento, son la Nueva Realidad en México. en sus calles y fraccionamientos habremos de seguir viviendo y transitando. Por lo tanto, las prioridades deben ser cambiadas de inmediato. Ya no hay lugar para obras públicas costosas no estratégicas. Lo primero, lo urgente, es construir sistemas de salud de primer nivel en lo federal y lo estatal. Será una nueva realidad. ¿Y una vida más riesgosa?

La situación es insostenible. Ya no se puede tener cuerpos médicos escasos y pobremente equipados, trabajando en hospitales que ni siquiera tienen agua e higiene en los baños, mucho menos medicinas, ni citas para los enfermos no Covid.  Eso debería cambiar inmediatamente. Así lo dejaron como herencia los neoliberales y la 4T terminó por darle la puntilla con sus recortes presupuestales a rajatabla. Es indispensable reconstruirlo. Se van a necesitar mucho.

Los escenarios se volvieron muy difíciles, las pequeñas y las microempresas se irán a la quiebra, millones de empleos formales e informales se perderán. La pobreza agobiará a cientos de miles de hogares. La clase media sufrirá para sacar adelante a su familia y se verán cancelados los sueños de casi una generación completa.

Decenas de miles de mexicanos ya echaron mano de sus ahorros para el retiro ante las emergencias económicas y de salud. A este paso, cuando sean viejos y débiles serán más pobres que nunca. El frágil Estado de Bienestar construido hasta la década de los ochenta del siglo pasado, lo desmantelaron en 30 años. El ISSSTE y el IMSS son instituciones decrépitas cuyos médicos, enfermeras y demás personal hospitalario arriesgan sus vidas para salvar las de los mexicanos contagiados. Es tan indignante conocer cómo los dejan prácticamente indefensos ante la escasez de equipo de calidad para protegerse y atender a los pacientes.

La reactivación económica ligada a Estados Unidos, en los estados más desarrollados, no será tan poderosa con un mundo en crisis y con sus mercados globales deprimidos. El nuevo tratado de libre comercio con los gringos y Canadá contiene nuevas cláusulas proteccionistas en contra de México y sus manufacturas. Las actitudes antimexicanas de Donald Trump, enfrascado en su contienda electoral por su reelección -que se le pone cada vez más difícil-, se irán multiplicando.

Las actitudes antimexicanas de Donald Trump, enfrascado en su contienda electoral por su reelección.

El presidente de nuestro país, “su fuerza moral” y sus estampitas protectoras se irán de gira por el sureste en medio de la escalada de contagios que no se detiene. A veces usará cubrebocas, asegura, y pocos le creen. Él siente la necesidad de recuperar reflectores, supervisar sus mega obras y seguir en campaña. El 2021 se renueva el congreso y los presupuesto con visión transformadora y antiliberal, que ha ido imponiendo, no pueden ser modificados.

En tanto, su vocero Covid oficial, el doctorado de John Hopkins ya dilapidó su credibilidad y exhibió su personalidad soberbia e intolerante. También, su sumisión. Su verdadero perfil es el de un político mediocre, ya falló. Las cifras que ofrezca no serán creíbles. Las cifras “domadas” que se emiten y las mentiras le estallaron en la cara. Las muertes se multiplican casi al mismo ritmo que sus excusas.

El semáforo de la emergencia nacional está en rojo, así lo estableció la federación de un día para otro. En pocas palabras, el regreso a las actividades productivas será responsabilidad de gobernadores y alcaldes, quienes en los hechos han liderado sus estados a través de la pandemia. Lo dicho, las emergencias evidencian las capacidades y las mezquindades de los personajes.  Cuando los datos, las estadísticas y los indicadores no te favorecen inventa los tuyos

 Las malas decisiones marcan la vida de las familias. En muchas ocasiones, la estatura de los gobernantes no son del tamaño de las problemáticas, en este caso la magnitud de la tragedia los ha rebasado. Trump parece estar mucho más preocupado por cómo la crisis está afectando sus propias perspectivas políticas que por aquellos que murieron, le critican los estadounidenses. 

La economía macro anuncia tormentas. El Banco de México recortó su pronóstico de crecimiento para el Producto Interno Bruto. En el mejor escenario, la economía nacional se contraerá 4.6 por ciento en 2020, su peor caída desde la crisis mundial de 2009. En el peor escenario, la contracción será de 8.8 por ciento, un nivel no registrado desde 1932, cuando bajó más de 14 por ciento. La recuperación económica correrá a cargo de los inversionistas nacionales y extranjeros de todos los tamaños. La informalidad se multiplicará, por lo que el INSABI inexistente será indispensable.

El Banco de México recortó su pronóstico de crecimiento para el Producto Interno Bruto.

La gente navega a ciegas, en lo individual y lo colectivo. La pandemia está lejos de ceder. Los efectos del regreso a fábricas y oficinas podrían generar mayores brotes de contagios. El gobierno federal está prácticamente ausente de muchas de las entidades del país. Casi su único contacto son los programas sociales. Con el acaparamiento que desde Palacio Nacional se ha hecho del presupuesto y con la pobreza en la que nos veremos inmersos, el presidente se convertirá en el gran benefactor. Con el neoliberalismo mexicano debilitado, el asistencialismo y el tamaño del dinero público repartido directamente a los ciudadanos la 4T ya maniobra para consolidarse. 

El arranque de la Cuarta Transformación pasó del triunfalismo a ser titubeante. La fe ciega comenzó a declinar entre sus seguidores y cada vez es más difícil defenderlo y justificar sus acciones y palabras.  El presidente lo sabe y se apresura en su regreso a repartir otra dosis de magia entre las masas. Claro que si va acompañada de unos pesos sería mejor.

El diagnóstico del candidato Andrés Manuel López Obrador respecto a la situación de México del 2018 fue muy acertado. Sin embargo, no ha sabido aplicar remedios efectivos. Sus recetas han sido obsoletas o sencillamente demasiado lopezobradoristas. Es decir, solamente se hace lo que él quiere y en la forma que él lo prefiere. Los errores y carencias se llenan con demagogia. Los señalamientos se combaten con agresividad. Ya hay dos países en la geografía física del país. El de la fe ciega y el que decidió salir adelante por sus propios medios y percepciones. El México del 2020 ya es otro, el Covid-19 lo cambió. Es una nueva realidad, tan injusta como siempre, pero más riesgosa.

Las medidas del gobierno federal han sido rebasadas. Los gobiernos locales, con todas sus limitaciones, carencias y pecados se han hecho cargo de las cosas. El bloque de gobernadores que se va conformando emerge como un nuevo contrapeso para el soberbio presidente. 

En lo inmediato, los ciudadanos, buscaremos mantenernos sanos y vivos ante las disyuntivas de contagiarse o contagiar. Los lugares cerrados y masivos se volvieron riesgos. Los edificios de atención al público fueron diseñados sin ventanas y para ser ventilados artificialmente lo que los convierte en potenciales focos de infección. 

Por lo pronto, tendremos ciudades contaminadas por una enfermedad mortal, para una sociedad que se olvidó de vivir sin competir y presumir. En la que sólo se vive para trabajar, a veces por salarios de subsistencia, que generan grandes riquezas en el país y en el extranjero para unos pocos. Tan inmersos y orgullosos que estamos en el discurso triunfalista de “nuestras” grandes armadoras y clústers, a las cuales sus propietarios ni siquiera han venido a visitarlas. Ni siquiera por curiosidad. Deberemos replantear las prioridades y comprender que todo cambió por ahora.

A la precaria vida de los mexicanos, siempre acechada por las crisis de seguridad y económica, ahora se le agregan el Covid y el miedo. Estaremos entrando a la etapa del “sálvese el que pueda”. Sin embargo, es tiempo de vivir y de disfrutar estar vivo. Viviendo profundamente cada momento.

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