Liberales contra conservadores 

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José Luis Rodríguez Flores.

El enfrentamiento entre conservadores y liberales ha sido una constante en México a través del tiempo; pero para entender las aseveraciones del presidente Andrés Manuel López Obrador, refiriendo continuos ataques de parte de los conservadores contra de su gobierno, dijo “el que no está conmigo, está en su contra mí”; evocaré los años previos de la emancipación de México de la monarquía española, según actas de independencia del 28 de septiembre de 1821, una acta se quemó en un incendio en 1909 en la Cámara de Diputados; otra acta, fue robada y luego recuperada por el emperador Maximiliano, sacada de México por su confesor Agustín Fischer, comprada por Florencio Gavito, quien en su testamento estipuló, que el acta fuera cedida al presidente Adolfo López Mateos, cosa que ocurrió en 1961, aún existe el documento en el archivo general de la Nación.   

Andrés Manuel López Obrador, refiriendo continuos ataques de parte de los conservadores contra de su gobierno, dijo “el que no está conmigo, está en su contra mí”

Desde la creación del virreinato de la Nueva España en 1535 y el primer Virrey, Antonio de Mendoza y Pacheco, tendrían que pasar 286 años y 63 virreyes para lograr la anhelada libertad; pero a partir de 1810 con la proclama de Miguel Hidalgo, José María Morelos, Francisco Javier Mina, Mier y Terán, Vicente Guerrero, Agustín de Iturbide, entre otros muchos valiosos mexicanos que lucharían hasta 1821, año que con la entrada del ejército Trigarante a la ciudad de México el 27 de septiembre de 1821, consumarían con el último Virrey, el número 63, Juan de O´Donoju y Oryan, la tan anhelada independencia, conformándose el Imperio mexicano, y la Suprema Junta Provisional Gubernativa integrada por 34 personas, y hasta 1º de noviembre de 1823 se constituiría la República Federal de México, creada con al más puro estilo romano, o sea,  con un triunvirato, atendido por José Miguel Adaucto Guadalupe Fernández, también llamado Guadalupe Victoria, Nicolás Bravo y Pedro Celestino Negrete, y como suplentes Vicente Guerrero y Miguel Domínguez.

 A pesar de conciliar con  la proclamación del Plan de Iguala, el  24 de febrero de 1821 por parte de Agustín de Iturbide, pacto que expresaba habría unión, orden e  igualdad entre los realistas e insurgentes, plan que fue propuesto al más importante y respetado militar mexicano insurgente, Vicente Guerrero, pero siguieron las diferencias entre Conservadores y Liberales, y fue tal el desorden en la recién creada República de México, que en el mismo año de 1829, por las diferentes corrientes de pensamiento, ocuparon la presidencia de México tres presidentes, Vicente Guerrero, José María Bocanegra y Pedro Vélez, divergencias exacerbadas que luego de la creación de la ley LERDO del 25 de junio de 1856 o Ley de Desamortización de la Fincas Rústicas, de las Corporaciones Civiles y Religiosas, con la que les quitaban todas las propiedades urbanas y rústicas a la Iglesia católica, causó enorme disgusto y sería una de las principales causas para proclamar el Plan de Tacubaya que desconocía la constitución de 1857, y causaría la guerra de tres años o Guerra de Reforma de 1858 a 1861. El 25 de junio se cumplen 164 años de fijada la Ley Lerdo. 

La guerra de reforma en 1859, inició con la desavenencia de dos presidentes, uno por el bando liberal, Benito Juárez que aceptó en Veracruz el tratado ominoso MCLane-Ocampo, firmado por el embajador americano Robert McLane y el Ministro Melchor Ocampo, tratado el cual, según intelectuales conservadores, Juárez violó la constitución, aunque para su beneplácito, el congreso Norteamericano no aprobó ese tratado, lo que protegió a Juárez de sus detractores; por otro lado el presidente del bando conservador Félix Zuloaga, firmó el tratado con el embajador francés; las diferencias agravadas entre conservadores y liberarles y el tener  dos presidentes en México, fueron entre otras causas, las que desencadenaron la cruenta guerra de reforma.

Los principales pensadores liberales eran intelectuales, políticos y militares que querían cambios profundos en la sociedad, otorgar libertades para dedicarse al trabajo, industria y comercio etc., tolerancia de religiones: José María Luis Mora fundador del Partido Liberal, Juan Álvarez, Ponciano Arriaga, Ignacio Comonfort, Santos Degollado, Mariano Escobedo, Valentín Gómez Farías, Miguel Lerdo de Tejada, Melchor Ocampo, Guillermo Prieto, Benito Juárez, José María Iglesias, Porfirio Díaz, Leandro Valle, Ignacio Ramírez, Manuel Doblado, Ramón Corona, Anastasio Parrodi, José María La Fragua, Gabino Barreda y otros.

Los principales políticos, intelectuales o militares mexicanos considerados conservadores, que se oponían al régimen federalista y querían conservar cierta injerencia española, ciertos privilegios, y siguiera dominando la religión católica, en su mayoría pertenecieron al Partido Conservador fundado por Lucas Alamán, estos son algunos que compartían la corriente conservadora: Félix Zuloaga, Manuel Payno, Miguel Miramón, Manuel Robles Pezuela, Tomas Mejía, Maximiliano de Habsburgo, Anastasio Bustamante, Miguel Barragán,  Luis G. Osollo, Antonio Haro, Juan Nepomuceno Almonte, José María Arteaga, Nicolás Bravo, Valentín Canalizo, Manuel Carpio, Triso Rafael Córdoba, Rómulo Díaz, José Mariano Salas, Juan Chávez, Leonardo Márquez, Guadalupe Villa, Mariano Paredes, pese a que la historia define que este partido dejó de existir con el fusilamiento de emperador Maximiliano, y los generales  Miguel Miramón y Tomas Mejía el 19 de julio de 1867 en el cerro de las campanas de Querétaro, con lo que se terminaría el segundo imperio mexicano, las diferencias y conflictos de criterios, han  seguido hasta nuestros días.

Se pueden considerar de los más afamados autores del liberalismo en el mundo, al filósofo francés, Lucien Jaume, al inglés John Locke, y al escosés Adam Smith. En la actualidad a mi modesto y leal entender, en México, ya no razones de peso, para tener tan marcadas diferencias de pensamientos; inclusive gran parte de la población en México no tiene resuelto su problema económico, y solo asisten a su fuente de empleo como autómatas, sin tiempo para pensar en una corriente política cosmopolita, “primero comer que ser cristiano”. Amigo lector qué opinas.

joseluisrf1@hotmail.com.