Matanza de chinos 15 de mayo de 1911

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José Luis Rodríguez Flores.

Hago breve reseña de la tragedia lamentable, pero que debemos recordar las nuevas generaciones que no nos tocó vivirla, ya que “hay que aprender la lección y no cometer el error dos veces” dice la máxima, tratar de aprender para no tropezar con la misma piedra; dice el proverbio  “somos la única especie capaz de tropezarse dos, o más veces con la misma piedra” (en sentido metafórico la piedra simboliza el obstáculo, el hombre puede tropezar con el mismo obstáculo; y caer en el error),  en consecuencia, es pertinente, conocer la historia, para tratar de evitar repetir los mismos errores dos veces.

En aquel tiempo habían sido atraídos cientos de chinos (as) por la bonanza de Torreón,  derivada de los seductores sembradíos de algodón, y crecimiento ferroviario que impulsaban a la pujante y prospera ciudad de Torreón en el centro de las regiones agrícolas y más fértiles del país, conocida por todos como la comarca lagunera… La triste tragedia relatada, ocurrió en la bella ciudad de Torreón, por odio, xenofobia infundada contra inmigrantes chinos y asiáticos, pero atroz en aquel momento, existía ira contra diferentes razas, debido a que en Sonora se habían aprobado en el congreso leyes para prohibir el matrimonio entre mexicanas y chinos.

Algunos escritores dicen infundados, que los asesinos fueron ciudadanos de Torreón, a mi modesto y leal entender fue una turba de masas, pero no solo de Torreón, sino de diversos poblados, que atraídos por la desigualdad, se sumaban todo tipo de gentes a la causa revolucionaria y luchaban a la sazón al lado de Francisco I. Madero, contra la dictadura y el fraude electoral acaecido en las elecciones de 1910, y provocado por Porfirio Díaz, causas que incitaron al estallido de la revolución mexicana. 

Ebrios de poder, algunos insurgentes (luego sería de licor) al haber ganado algunas batallas al norte de México, Batalla de Durango, Batalla de Chihuahua,  y con la toma de Torreón, muchos insurrectos ingirieron coñac adulterado, que había sido requisado por los federales; luego ya borrachos por el exceso de ingesta de aguardiente, algunos murieron, pero otros envalentonados, guiados por el hasta entonces salteador, Benjamín Argumedo, que no era de Torreón,  y que no espero órdenes del General Emilio Madero para atacar, ya que se lanzó por su cuenta a la toma de Torreón, cometiendo en su afán, pillerías, y la masacre de inmigrantes chinos más grande que nuestra historia reciente recuerde, “Las calles de Torreón a las tres de la tarde del 15 de mayo de 1911 estaban cubiertas de cadáveres”. Narraba, Delfino Ríos testigo de la masacre en 1911 (SIC), tan pronto se enteraron Emilio Madero y los altos mandos revolucionarios, pusieron un alto a la masacre, pero ya era demasiado tarde, Don Francisco Ofreció a los deudos chinos… 

Marco Antonio Pérez Jiménez, investigador de la UNAM concluye, con supuesta versión de los insurgentes referente a los chinos, supuesto que se unieron a los porfiristas, (cosa difícil de creer), pero la forma como se cometerían las mutilaciones, y asesinatos de chinos revela un odio que va más allá de la lucha, ya que asesinaron con saña a las víctimas, sin importar que entre ellas hubiera adolecentes, niños y mujeres

Es triste recordar, que luego del cruento asesinato de más de 300 chinos ocurrido en Torreón, cuando se formó la corte marcial para enjuiciar a Argumedo y sus cómplices, todos en el proceso, se unieron en sus falsas declaraciones, aduciendo que había sido el pueblo de Torreón, el que había masacrado a los chinos, quedando impune esta masacre ruin, considerado uno de las más crueles crímenes de cientos de trabajadores, pacíficos chinos, dedicados a sus diversas faenas: agricultores, comerciantes, y jornaleros, pronto sería ilegalmente exonerado Argumedo y sus compinches, pasando al olvido,  ya que él y sus cómplices se mantuvieron diciendo que la masacre fue apoyada por el pueblo de Torreón como en Fuenteovejuna; “Todo el pueblo, a una” (SIC);  en la actualidad se  utiliza vulgarmente “Fuenteovejuna, todos a una” la más grande mentira, pues para todos es conocido que la bonita población del pujante y bello Torreón son en su gran mayoría gente noble, buena, y trabajadora como  reseña la historia, que ante la barbarie muchos pobladores, trataron de auxiliar, proteger y esconder a los chinos. 

Utilicé en este artículo, considero apropiada,  la lexicalización o semejanza con Fuenteovejuna, debido a que la obra del dramaturgo Lope de Vega, compuesta hacia 1612, sobre los asesinos del comendador, durante todos los interrogatorios se resumieron en que no eran ellos responsables, sino el pueblo de Fuenteovejuna que está situado en España, o como el cerco romano sobre la ciudad de Numancia ocurrido en el año 134 a. C., o Cervantina de Miguel de Cervantes, escritor español de los siglos XVI-XVII, o los Persas de la antigua Grecia de Esquilo 472 a.  C., en referencia a la batalla de Salamina, el mayor combate naval de la antigüedad ocurrido en 480 a. de C…. 

Moraleja: no hay que tropezar con la misma piedra dos veces, o lo que es lo mismo, no hay que caer en los mismos errores dos veces.  Usted amigo lector, que opina sobre la lexicalización pertinente. 

joseluisrf1@hotmail.com