Tetrápharmaco epicúreo “cura para los miedos con 4 remedios”

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José Luis Rodríguez Flores.

La crisis del aislamiento para reducir el COVID 19, provocará dificultades que perturbarán los bolsillos, y la mentes de muchísimos conciudadanos mexicanos, y del mundo, derivada del cierre de sinfín de actividades económicas, gimnasios, cines, restaurantes, fábricas, comercios; provocando desempleo masivo, según la minuta número 76 derivada de  reunión virtual de los integrantes del consejo, presidido por el Gobernador del Banco de México, Alejandro Díaz de León, señalan que entre el 13 de marzo y el 30 de abril, se perdieron en México más de 750,000 empleos formales, según da cuenta el referido apunte, además marca una caída del PIB en México en 2020 del orden de: – 10.5%; evaluación que coincidió con nota publicada por EL ECONOMISTA del 24 de junio 2020, sobre la estimación proyectada por la consejera económica del FMI Gita Gopinath, exponiendo que este derrumbe económico, solo será superado por el de Francia estimado en – 12.5%, España e Italia, ambos con una caída proyectada del orden del -12.8%

El tetrafármaco era un antiguo remedio griego, formado por cera amarilla, resina de pino, colofonia y sebo de carnero. Estas cuatro sustancias se mezclaban creando uno de los ungüentos que se depositaba en las heridas abiertas, con el fin de facilitar la supuración de sustancias dañinas para el cuerpo.

Así que creo que se requerirá más que calma, y más que el Tetrafármaco para atenuar, la angustia y el desgaste mental, que producirán los efectos de la peor crisis después de la gran depresión de 1929, pero si en algo puede ayudar, sugiero leer a algunos sabios creadores de corrientes filosóficas, o grandes pensadores, como EPICURO, ANTÍSTENES fundador de la escuela de los cínicos, con DIÓGENES de Sinope como su más ilustre representante, obvio ARISTÓTELES, y PLATÓN, ambos discípulos de SÓCRATES, que ni ante la posibilidad de morir, al ser juzgado y condenado a tomar cicuta, veneno, no se dejó intimidar ante el tribunal, que querían cambiara sus tesis y creencias.

Epicuro estableció su doctrina en la búsqueda del placer, pero no el placer por medio de una vida disoluta, e inmoral, o encaminada a los vicios, sino una vida regida por la prudencia, evitando el dolor, siempre de una manera racional eludiendo los excesos, pues estos provocan un sufrimiento posterior. Los placeres del espíritu son superiores a los del cuerpo, y ambos deben satisfacerse con la inteligencia, procurando llegar a un estado de bienestar corporal y mental, que Epicuro lo nombró Ataraxia, que es la disposición del ánimo, gracias a la cual una persona puede mediante la disminución de la intensidad de las pasiones y deseos, que puedan alterar el equilibrio mental y corporal, y la fortaleza ante la adversidad, alcanzar el equilibrio y finalmente obtener la paz y tranquilidad del cuerpo y del alma. Dejó una vasta obra de 300 manuscritos, 3 cartas y las cuarenta máximas capitales transcrita por Diógenes Laercio…

Los 4 remedios aludidos en el encabezado o “Tetrafármaco” del latín Tetraphamakos que traducida significa remedio en cuatro partes; antaño era un compuesto de 4 ingredientes (cera, cebo, brea y resina), pero la palabra ha sido utilizada metafóricamente por la doctrina epicúrea de la época romana y griega, citada por Epicuro como la medicina necesaria o idónea para aliviar los cuatro miedos básicos de la vida, para alcanzar el Ataraxia o paz y tranquilidad mental

  1. No temas a los dioses, en la religión helenística, los dioses fueron concebidos como seres hipotéticos en un estado de dicha, entidades indestructibles que son completamente invulnerables, desde este punto de vista son meros modelos a seguir para los seres humanos, que deben “emular la felicidad de los dioses dentro la naturaleza humana”.  
  • No te preocupes por la muerte, la muerte no nos importa nada, porque lo disuelto no tiene sentidos, y lo insensible no tiene nada que ver con nosotros.

Epicuro de Samos relata en la carta a Meneceo, y dice acostúmbrate a pensar que la muerte para nosotros no es nada, porque todo el bien y todo el mal residen en sensaciones, y precisamente la muerte consiste en estar privado de sensación. Por tanto, la recta convicción de que la muerte no es nada para nosotros nos hace agradable la mortalidad de la vida; no porque le añada un tiempo indefinido, sino porque nos priva de un afán desmesurado de la inmortalidad.   

  • Lo que es bueno es fácil de conseguir, sustento y refugio, estas cosas pueden ser adquiridas por cualquier ser viviente, tanto animal como humano, con un mínimo de esfuerzo, independientemente de la riqueza. Pero cuando alguien quiere más de lo que necesita, esta limitando sus posibilidades de satisfacerse y de ser feliz. Dicho en otras palabras: la cantidad mínima de la cantidad que hace falta para satisfacer un impulso debe ser igual a la cantidad máxima de interés que una persona ha de tener por satisfacerla.   
  • Lo que es terrible es fácil de soportar, los epicúreos consideraron que no dura sin interrupción el dolor en el cuerpo, sino el dolor agudo queda durante el mínimo tiempo, y el que apenas supera al dolor en la carne no dura muchos días; las enfermedades largas en el cuerpo tienen más placer que dolor.

Hay que asimilar, los sabios pensamientos de otro filósofo griego: Diógenes de Sinope, fundador de la escuela CÍNICA y de los cosmopolitas, ya cuando le preguntaron de donde venía respondió, “soy ciudadano del mundo Kosmopolites” más tarde los estoicos tomarían la idea de Diógenes ciudadanos del mundo… Diógenes decía que “los dioses habían dado al hombre una vida fácil, pero que estos se encargaban continuamente de complicarla, al hacerla mucho más difícil”. – ¡¡Que la sabiduría era para los hombres templanza, para los viejos consuelo, para los pobres riqueza, y para los ricos ornato!!

– Dice la fábula, que el Rey Alejandro Magno se detuvo en Corinto a dialogar con Diógenes, que seguía en su tambo tomando el sol junto al gimnasio, entonces Alejandro se puso frente a él, diciendo “Soy Alejandro, a lo que Diógenes respondió: “y Yo Diógenes el Perro”, hubo murmullos ante la respuesta del sabio, pues nadie se atrevía a contestar así al Rey, luego le dijo el Rey Alejandro a Diógenes, “pídeme lo que quieras” a lo que Diógenes contesto quítate de donde estás que me tapas el sol, ho, ho, hubo “murmullos” de la multitud, y los soldados escandalizados ante la respuesta, plantearon a Alejandro Magno matar a Diógenes, Alejandro entonces dijo: “silencio ¿sabéis que digo a todos? Que si no fuera Alejandro me gustaría ser Diógenes”. Respetando al filósofo; sobre este hecho o suceso, hay una obra de Achilles Vassiliou en kalamia Corinto.

Sé que no bastará con leer estas sabias reflexiones para alcanzar la
anhelada paz, y tranquilidad  o Ataraxia, ya que al llegar el fin de mes los pagos de la colegiatura, o la mensualidad de la hipoteca de la casa, o el crédito del carro, o el pago de la tarjeta de crédito, nos estarán esperando, ¡ha! pero como ayuda saber, que cuando nacimos, llegamos al mundo encuerados, sin nada, por lo que es muy probable, podamos prescindir de aquello que pueda resultar superfluo…

Joseluisrf1@hotmail.com