Amaranta Madrigal.
Vías derrelictas son tus canas
dibujando triste blonda en tus cabellos.
Cabizbajo, el cubrebocas, oculta tu bilé
y la careta, el brillo de tus ojos.
Se ha detenido indefinidamente el tiempo
estancando los eones en tu piel sin artificios
con fragancia a sabiduría tranquila.
La calidez de una rosa entre tus manos
palpita aliento de ank hacia los chakras.
Tres llamas sanadoras en tu espíritu
anclan el Akasha en tu mirada.
Tu entrecejo brilla con la luz del infinito
y tu corazón, con el milagro de un bendito…
Los prodigios de tu alma se reinventan
danzando al son de la transmutación
tu poder, abriga en anónima distancia
a tu especie, entre indóciles lágrimas.
Aun sabiendo del dolor, elegiste nacer
y en tu intento de mantener ignota a la tristeza
te disuelves en los céfiros de pipa de lavanda
entre pócimas de carvacrol y esencias de eucalipto.
Junto a Dios en sobrenatural ritual:
Colmas con brisa libertaria de Avalón
revelando la mistérica vyda a quien te escucha.
