México polarizado en grado extremo ¿o usted qué opina?

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Jesús M. Moreno Mejía

“Las grandes discusiones
producen grandes odios”
Tito Livio.

           Vivimos tiempos ríspidos, polarizados, que nos apartan cada vez más de la unión nacional, y como afirmara hace siglos Siro Publio, “Cuando se discute demasiado, se pierde la verdad”. ¡Ah! Porque cada quién sostiene “su verdad”, cuando estamos en controversia con alguien.

Es por ello que incluimos el epígrafe de Tito Livio, historiador latino de la antigua Roma, quien en sus diálogos morales, dijo que “Las grandes discusiones producen grandes odios”, y todo parece indicar que eso está ocurriendo con las diatribas que a menudo expresan los defensores de uno y otro bando, lanzadas en contra de sus opositores, ya sea a través de la prensa escrita y electrónica, pero particularmente en las redes sociales.

Tito Livio, “Cuando se discute demasiado, se pierde la verdad”.

Hace tiempo se hablaba de dos polos opuestos en la política nacional e internacional: las llamadas izquierda y derecha, o bien el proletariado y los capitalistas, así como un sinnúmero de facciones, grupos o ramas dentro de una u otra tendencia. Luego surgieron las ramas centro-izquierda y centro derecha; la social democracia, la social-cristiana, entre otras.

En México, después de muchos años de una supuesta democracia en la que participan aún partidos de diferente corriente “ideológica”, entre los más sobresalientes: el Partido Revolucionario Institucional (PRI), el Partido Acción Nacional (PAN), surgen infinidad de agrupaciones políticas, muchos de ellos derivados del primero y otros por considerar ser nueva tendencia.

El PRI, después de 70 años en el poder, es derrotado en las urnas por al PAN, y así llega Vicente Fox a la Presidencia de la República, justo al iniciarse el siglo XXI, y el partido blanquiazul no sólo logra uno sino dos sexenios, con una votación apretada en favor de Felipe Calderón. Sin embargo, el PRI logra recuperar la silla presidencial en 2012, con Enrique  Peña Nieto.

En el siguiente proceso electoral 2018, la ciudadanía está cansada de malos gobiernos y por ello se vuelca mayoritariamente en favor de una nueva opción política, el Movimiento de Renovación Nacional (Morena) con un candidato que había venido insistiendo desde finales del siglo pasado en ser el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.

Sin embargo, la nueva forma de gobernar del  nuevo Presidente, no resulta del agrado de quienes ven perjudicados sus intereses económicos; quienes no votaron por él, que sus decisiones no son las adecuadas para el país, y hasta quienes creen seguirá los pasos de Fidel Castro en Cuba o de Hugo Chávez en Venezuela.

La nueva forma de gobernar del Presidente, no resulta del agrado de quienes ven perjudicados sus intereses económicos

Todos tenemos una u otra manera de pensar, no siempre razonada o lo suficientemente sólida, y nos dejamos influir por un polo o por el opuesto; sobre todo si hay insistencia en quienes manejan una tendencia o la otra, y eso desencadena en una polarización cada vez mayor, y es lo que estamos padeciendo.

Don Antonio de Juambelz, decano del periodismo como director del diario “El Siglo de Torreón”, nos insistía a los reporteros a su servicio que nuestra misión era la de informar objetivamente, sin tendencia alguna, y es precisamente la línea que seguimos, aun en casos de comentar un hecho o circunstancia de interés público.

Es por ello que hoy estamos opinando lo que actualmente ocurre en el seno de nuestro país, pues vemos un México dividido, crispado, al grado de ver amigos y hasta familias divididas, sosteniendo “su verdad” a capa y espada, incluso hasta llegar a odiar a quien no acepta su pensamiento, sea correcto o no lo sea.

Se manifiesta un movimiento, inicialmente minoritario pero que puede transformarse en algo mayor, pues se mezcla un descontento social con un ingrediente religioso que no va con lo que se reclama. Por ahora (al menos hasta el momento de redactar este artículo), no ha pasado de un plantón en el Zócalo de la CDMX, pero puede derivar a un enfrentamiento con grupos antagónicos a su pronunciamiento.

Es aquí donde cobra relevancia el epígrafe de este artículo, “Las grandes discusiones producen grandes odios”, y también lo que señalaba el historiador latino, Tito Livio, “Cuando se discute demasiado, se pierde la verdad”.

Es por ello que hoy dejamos nuestra inquietud al buen razonamiento de nuestros lectores, pues vemos que la polarización social que nos envuelve pudiera llega a ser peligrosa. ¿O qué opinión le merece nuestro planteamiento?

¡Hasta la próxima!