Revocación de mandato en lugar de manifestaciones

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Fernando Rangel de León.

            El plantón en avenida Juárez y Reforma en la ciudad de México, de los opositores al Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, es una burda imitación al que él hizo precisamente cerca de esos puntos pero sin obstruir la vía pública vehicular como sí lo están haciendo ahora sus detractores, y el cual es histórico por haber reunido más de un millón de personas y durado 48 días; llevado a cabo porque Fox, le robó la Presidencia, en 2006, para dársela a su compinche Calderón.

 Ese robo se hizo por medio del entonces Instituto Federal Electoral IFE, a base de logaritmos (operación aritmética para transformar una multiplicación en una suma, y una división en una resta); términos que utilizó el gobierno para embaucar al pueblo; que lo que sí entendió es que de los alrededor de 30 millones de votos en total en la presidencial del 2006, a Calderón, le dieron cerca de 15 millones de votos y a AMLO, también le dieron alrededor de 15 millones de votos, haciendo la alquimia de que la diferencia fueran 230 mil, es decir, 0.62%; siendo la más estrecha en la historia entre los dos punteros.

 Pero esa imitación de los opositores a AMLO, es extralógica; pues no tiene su liderazgo social, ni razón de ser, ni cuenta con la base social, y su objetivo es inviable; toda vez que lo que quieren con esa burda copia es la renuncia del Presidente de la República; pues ya se tiene la revocación de mandato, que él mismo la introdujo en la Constitución, y que es un instrumento de la democracia directa que tiene el pueblo.

Solo que en la revocación de mandato no nada más votarían los opositores a AMLO, sino también votaríamos los millones de mexicanos que votamos por él, más los que se han seguido acumulando; y en cuyas boletas se insertaría esto: “quieres que el Presidente de la República, continúe o no con su mandato.

No obstante, el Presidente, está respetando  el derecho de sus opositores  de manifestarse en su contra; lo que nos recuerda a Voltaire, quien dijo: “podré no estar de acuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta con mi vida tu derecho a decirlo”; y les ha dicho que pueden quedarse en el plantón todo el tiempo suficiente que ellos quieran; dudando nosotros que duren los 48 días que AMLO, estuvo con su plantón en Reforma; pues estos aprendices de manifestantes tienen alrededor de 300 flamantes y cómodas casas de campaña, en el arroyo de la avenida Juárez, frente a la Alameda Central y al Palacio de Bellas Artes, la mayoría de ellas desocupadas; y están impuestos a su zona de confort -inclusive la mayoría de ellos por las noches se hospedan en los cercanos lujosos hoteles-; no como los que acompañaron a AMLO, en julio y agosto de 2006, que están acostumbrados a toda clase de privaciones e  incomodidades, e inclusive tenían ahí algo que comer.

Que todos los opositores a AMLO, sean honestos, y que como él lo dice, júntense absolutamente todos los de las caravanas automotrices, los que tienen tomada la CNDH, los de la presa de Chihuahua, etcétera, en un solo bloque y den la cara al pueblo, como él siempre la ha dado.