Quién ganó las elecciones: ¿El PRI o la abstinencia?

0
705

Jesús M. Moreno Mejía.

“Al que no quiere entender
hay que hacerlo razonar”
Parafraseando a Juárez

            La dirigencia del Partido Revolucionario Institucional (PRI) continúa pregonando a voz en cuello, que sus 16 candidatos a diputados locales ante el Congreso del Estado triunfaron arrolladoramente, frente a los aspirantes de otros 10 partidos políticos en las elecciones del domingo 18 de octubre del presente año en todo el estado.

Y nadie les niega su dicho, pues los números no mienten, el PRI ganó en los 16 distritos electorales, pero resulta que sólo fueron a votar un 40 % de los ciudadanos que conforman la Lista Nominal del Padrón Electoral, que tiene el Instituto Electoral de Coahuila (IEC), surgiendo entonces la obligada  pregunta: ¿Ganó la abstinencia de ciudadanos o el PRI?

Lógico es que nadie esperaba que acudieran a las urnas el 100 % del listado, pero sí un porcentaje mayor al 40 por ciento, dado que una gran cantidad de personas manifestaron en reuniones familiares y de amistades su repudio al partido tricolor, solo que al final de cuentas fueron muy pocos los inconformes que acudieron a las casillas a emitir su voto por uno u otro partido político, tal vez esperando que otros lo hicieran en su lugar sin que ellos se molestaran en ocurrir a sufragar.

En base a lo anterior, y sin tomar preferencia por algún partido, la realidad es que fue el abstencionismo quien ganó realmente las elecciones, como lamentablemente ha ocurrido en anteriores procesos electorales de este tipo, dado que existe el desinterés en la mayoría de los ciudadanos.

Si es que acaso hubo violaciones en estas elecciones, deberán ser denunciadas quienes aporten pruebas, pues sin tenerlas sólo podemos especular que se dieron. Por ejemplo, que en el ejido San Luis, municipio de Torreón, se registraron largas filas de ciudadanos a votar en contraste con otras casillas.

¿Lo hicieron voluntariamente o por existir de por medio una dádiva económica o en especie? No lo sabemos, y difícilmente podríamos probar fehacientemente que así fue. “Operación Menudo”, “Operación Carrusel”, son los motes que la gente da a las acciones llevadas a cabo por los operadores políticos con los simpatizantes de su partido.

Si así es y existen pruebas para denunciarlo, deberían hacerlo y no sólo “cantarlo”, pero al parecer ningún ilícito ha sido presentado ante la autoridad competente hasta el momento de redactar este artículo.

Lo cierto es que muchos que afirmaron estar enterados en materia política (menos los del PRI), auguraban que sería el partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) el que iba a triunfar, seguido en votos por el Partido Acción Nacional (PAN), pero los resultados fueron otros:

Según el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP), el PRI obtuvo el mayor número de sufragios a favor de sus 16 candidatos de igual número de distritos electorales en Coahuila, representando el 51.45 % de la votación total; Morena sumó el segundo lugar en número de votos, o sea el 20.33 % de los sufragios emitidos, y el PAN sólo un 10.2 por ciento.

Dichos porcentajes son definitivos, pues después se analizarse en una larga sesión de escrutinio de los paquetes electorales provenientes de los 16 distritos electorales, con los incidentes ocurridos durante la jornada.

Corolario: La estructura política del PRI funcionó como la dirigencia del mismo esperaba, en tanto que los líderes de Morena y del PAN sólo se confiaron en lo que expresaron de manera pública y privada por algunos ciudadanos y en especial los seguidores de los partidos que ocuparon el segundo y el tercer lugar, así como la de los propios candidatos.

Por ser elecciones locales (también identificadas como “Elecciones Huérfanas”), no se dio el “Efecto Sunami” del 1 de julio de 2018 que ahora se esperaba, y queda en el aire lo que vendrá en las Elecciones Intermedias de 2021, mediante las cuales habrán de renovarse dentro del país: 15 gubernaturas estatales, diputaciones federales, algunas diputaciones locales, ayuntamientos y cargos auxiliares. Esperamos que la participación ciudadana se dé entonces en cuando menos un 50 por ciento del electorado.

¡Hasta la próxima!