- El mandatario coahuilense llega a la mitad de su accidentado sexenio
- “México no puede avanzar sin coordinación, ni equidad”, insiste
- Trasmite su informe en cadena estatal y a través de las redes sociales
David Guillén Patiño.
Esa fría mañana, los líderes de los grupos parlamentarios se esmeraban en fijar sus respectivas posturas en torno al tercer reporte anual contenido en un legajo de 733 páginas, incluido un anexo con indicadores, que días atrás el jefe del Ejecutivo coahuilense había enviado al Congreso para su análisis.
Un ambiente de expectación impregnaba el salón de sesiones del Poder Legislativo durante el desarrollo del protocolo para recibir a Miguel Ángel Riquelme, quien no tardaría en colocarse tras el atril desde donde soltaría, a lo largo de 47 minutos, un rosario de datos.
Una parte de las butacas era ocupada por invitados de traje y damas igualmente engalanadas, todos guardando “su sana distancia” y portando en todo momento sus obligados cubrebocas.
En arreglo a la tradicional parafernalia del caso, el presidente de la mesa directiva del Congreso, diputado Marcelo de Jesús Torres Cofiño, cedería la tribuna al primer mandatario estatal para que presentase su alocución.
Conforme se acentuaba la evidente actitud triunfalista con la que Riquelme Solís leía la versión sintetizada de su informe, se expandía en el recinto la sensación de que no todo camina bien en la administración pública estatal.
Los logros que el gobernador dio a conocer casi al final de un año que quedará marcado por el Covid-19, virus detectado en las postrimerías de 2019, no fueron suficientes para convencer a los opositores del viejo régimen de que “Coahuila es ejemplo nacional”.
Era de esperarse que el funcionario recurriera al tema favorito del momento: el combate a la pandemia, por ser, en términos políticos, el más redituable al día de hoy: “Haré énfasis –expresó– en lo hecho para salvaguardar la salud, preservar los empleos y mantener seguro nuestro territorio, pero, sobre todo, para reconocer el heroísmo del personal médico, de enfermería y trabajadores de la salud; la responsabilidad de empresarios, sindicalistas, trabajadores, campesinos, comerciantes, madres y padres de familia, de la sociedad en general, porque este informe es, en resumen, el recuento de cómo las y los coahuilenses enfrentamos el año más difícil de la historia moderna de nuestro estado”.
Abundando sobre la actual emergencia sanitaria, resaltó: “el gobierno se vio obligado a regular aspectos de la vida cotidiana para contener los contagios, proteger la salud de las personas y garantizar la actividad económica. Para esto, emitidos 22 decretos y acuerdos; entre ellos, destaca el que establece la integración, atribuciones y funcionamiento del Comité Técnico para la Prevención, Atención y Control del Covid-19”.
Gracias a estos ordenamientos legales, se reguló, dijo, la movilidad urbana, la actividad comercial, los horarios y aforos de comercio y servicios, el uso de cubrebocas, la realización de eventos, entre otras actividades, espetó el mandatario, y remató con otro dato: se han hecho 280 mil pruebas Covid-19; así, Coahuila ocupa ahora “el primer lugar en todo México” como el estado que más exámenes realiza, en proporción al número de habitantes.
Al referirse a la participación de Coahuila en la denominada Alianza Federalista, conformada por 10 gobernadores, señaló que se trabaja en reactivar la economía, así como en lo que dio en llamar un “replanteamiento del Pacto y Ley de Coordinación Fiscal”.
De este modo, volvió a su ofensiva habitual: “México no puede avanzar sin coordinación, ni equidad. Hoy, Coahuila y otras entidades de la república enfrentamos un trato injusto de parte del gobierno federal. Nuestras entidades aportan mayores recursos a la federación y no recibimos lo suficiente para atender y resolver las necesidades de la ciudadanía”.
Con la siguiente sentencia habría de ganarse los aplausos de la concurrencia, esto, en el momento más álgido de su intervención: “No vamos a ceder en nuestras demandas frente a la federación; mi obligación como gobernador es defender a los coahuilenses, y honraré este compromiso en cualquier escenario y ante cualquier instancia”.
Luego, se manifestó convencido de que, en materia de seguridad pública, “Coahuila sigue siendo ejemplo nacional”, y expuso: “nuestros cuerpos policiales se mantienen en la primera línea frente a la emergencia sanitaria; asumen nuevas funciones y formas; nuevos retos para servir a la ciudadanía”.
Y, otra vez, en el asunto de la pandemia, indicó que, desde que esta inició, “instalamos 400 filtros sanitarios en las diferentes regiones del estado. Miles de camiones y automóviles han sido revisados para verificar que la ciudadanía cumpla con las medidas de prevención. Además, durante las semanas más críticas, la Policía Estatal fue clave en la contención de los contagios, al realizar operativos para disminuir la movilidad ciudadana en las principales zonas urbanas”.
El lagunero pasó a asegurar que, “la de Coahuila, es una policía valiente, comprometida con la protección de nuestro territorio y nuestra gente. La tranquilidad que disfrutamos los coahuilenses es posible gracias a su trabajo las 24 horas los 365 días del año”, además, hubo de cacaraquear que la policía estatal es la cuarta mejor remunerada del país.
Tocando una vez más el tema de la emergencia sanitaria, recordó que han sido reconvertidos los hospitales generales del estado, lo mismo que el malogrado centro oncológico de la región.
sureste, en donde elementos del Ejército Mexicano prestan sus servicios, y dijo que en la entidad se dispone todavía de suficientes camas y hospitales móviles.
¿Y el combate a la corrupción?
En su discurso de posicionamiento, previo al informe, el líder del grupo parlamentario del partido UDC, diputado Emilio Alejandro de Hoyos Montemayor, se refirió a la capacidad real con que cuenta el gobierno del estado para prevenir y atender los contagios: “¡Cuántos problemas nos hubiéramos ahorrado si tuviéramos una mejor situación financiera en Coahuila!”, rezongó.
“Por el contrario, nos vemos obligados a enfrentar la adversidad generada por la pandemia en condiciones muy débiles: por un lado, tenemos la incomprensible austeridad que impulsa el gobierno federal, y, por el otro, está la descomunal deuda de Coahuila (por más de 43 mil millones de pesos), la que su gobierno heredó de la docena trágica gubernamental que lo antecedió”, aseveró, en clara alusión al gobernador, quien por su parte ha preferido no hablar de la corrupción e impunidad que ha caracterizado a las últimas administraciones estatales.
“La impunidad, señor gobernador, es algo que nos sigue preocupando y afectando a todos. Hoy, el que la hace no la paga, y eso no es bueno para ninguna sociedad”, enfatizó.
“Particularmente, nos preocupan los abusos policiacos y la violación de los derechos humanos por parte de la Policía Civil Coahuila, así como también la violencia de género, los feminicidios y la violencia familiar. Nuestras madres, hijas, esposas y hermanas no podrán estar seguras mientras las cifras sigan al alza”, destacó.
Respecto de las altas tasas de suicidio, tema que Miguel Ángel Riquelme no tocaría en su informe, el legislador udecista expuso: “La crisis pandémica sólo vino a agravar el problema; tenemos un problema social serio, y algo debemos hacer para atenderlo”.
Ya van 1,095 días… “¡Y nada!”
A nombre de la bancada del PAN, la diputada María Eugenia Cázares calculó que el 1 de diciembre pasado se cumplieron 1 mil 095 días desde que inició el sexenio riquelmista, tiempo que el Ejecutivo no ha sabido aprovechar para cristalizar sus reiteradas promesas.
“Los coahuilenses seguimos esperando el cambio tan anhelado y prometido: Las grandes obras anunciadas, incluso desde administraciones anteriores; la resolución del caso de la mega deuda y el castigo a sus responsables, una procuración de justicia eficiente, un estado seguro, empleos bien pagados, inversiones en todas las regiones de nuestro estado, un sistema de salud por lo menos a un nivel mínimamente aceptable, finanzas sanas y sobre todo transparentes, rendición de cuentas y apertura a la ciudadanía, combate frontal a la corrupción, protección para la mujer y verdaderos resultados contra la violencia que sufre la entidad, incluyendo la feminicida, un verdadero combate a la pobreza y no con tintes,.
electorales. Nada de eso se ha cumplido en estos más de mil días de la actual administración; antes bien, tenemos retrocesos”, enfatizó.
La oradora informó que, según datos del INEGI, la percepción de inseguridad de la población mayor de 18 años, creció en más de 58% en el periodo de marzo de 2019 a septiembre de este año. Luego también, cuatro municipios de Coahuila figuran entre los 100 con más feminicidios en México.
Adulación desbordada
Por su parte, durante su participación en tribuna, el diputado Jaime Bueno Zertuche anunció, con bombos y platillos, lo que después informaría Miguel Ángel Riquelme: se han aplicado 1 mil 100 millones de pesos para hacer frente a la pandemia. También refirió que Saltillo es la cuarta ciudad más segura del país, según un reconocido organismo que, además, considera que Piedras Negras es la localidad fronteriza más segura de la república.
Soslayando las formas y olvidando que el Congreso del Estado constituye, entre otras cosas, un poder de contrapeso respecto del Ejecutivo estatal, el líder de la bancada del PRI fue muy lejos en sus adulaciones al mandatario. Ofuscado por su falta de mesura y objetividad, Bueno Zertuche omitió información fehaciente que evidencia, si bien avances sustanciales, también preocupantes deficiencias en la administración pública de la entidad.
Haciendo gala de una efusividad desbordada, y en abierta descalificación a las posturas de sus homólogos de oposición, el diputado tricolor alardeó: “Por supuesto que no compartimos los posicionamientos aislados y personales de quienes viven en el pasado; que pretenden que, a través de la confrontación y la crítica sin fundamento, van a denostar el trabajo bien hecho y demostrado con resultados”.
Colofón
El informe gubernamental contenido en los dos volúmenes enviados por Miguel Ángel Riquelme al Congreso, da para un análisis mucho más serio y completo. La tarea de establecer y evaluar equilibradamente los resultados de su gestión, reclama sobre todo datos duros y una crítica al margen de posturas político-partidistas.
Bajo tales premisas, en este espacio volveremos a dichos temas y sus aristas, incluso en lo que se refiere al segundo informe anual del presidente Andrés Manuel López Obrador, en cuyos detalles, efectivamente, “está el diablo”, como reza el viejo refrán anglosajón.
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