Jesús M. Moreno Mejía.
“Lo que tenemos que
aprender, lo aprendemos
haciendo”. Aristóteles
“Si quieres permanecer vivo,
no puedes lograrlo en inacción”
Bagavadán
Se inicia el año 2021, mismo que consideramos de esperanzas renovadas, tanto en lo individual como en todo aquello que esperamos de la generalidad de nuestra comunidad, de nuestro estado, de la nación y del mundo entero.
Leí en el periódico El Sol de La Laguna del lunes último, información relativa a las cifras oficiales de lo que hasta el 27 de diciembre de 2020, “Se aproxima Coahuila a 4 mil muertes” (para esa fecha eran 3,977), como encabezado, y como sumario, “Se contabilizan 49,600 casos de contagios durante la pandemia por Covid-19, incluidos 189 recientemente”.
Lo anterior es alarmante a primera vista, pero aún existen personas que se resisten a creer y afirman un categórico “no pasa nada”, y por ello no respetan la sana distancia ni utilizan cubreboca. Es más, organizan festejos a los que asisten un considerable número de personas, sin guardar las precauciones sanitarias recomendadas en sus reuniones; algunas se han dado con 100 o más personas.
En la propia edición del 28 de diciembre antes mencionada, aparece otra nota informativa que en su encabezado, dice: “Dispersadas 53 fiestas en la ciudad el fin de semana”, con apoyo de la Policía.
En los últimos 28 días las autoridades sanitarias estatales han estado informando de no menos de 180 casos diarios de nuevos de contagios, y un máximo de 380 contagiados en un solo día (reporte del día 24), y en cuanto a las defunciones diarias en ese período, oscilaron entre 19 y 36 muertes cada 24 horas.
Saltillo y Torreón son los municipios que mayor número de personas contagiadas han registrado, en número que en ocasiones son mayores en uno o en otro, pero siempre en las cifras más altas de toda la entidad. Hasta el 27 de diciembre último, se sabe que existían 1,675 casos activos del SAR-COV2 o Covid-19; también identificado popularmente como Coronavirus (por la estructura del mismo, que es micrométrica).
La saturación de los hospitales, públicos y privados, ha llegado a registrar hasta un 100 % de ocupación, y si bien han bajado las cifras la contabilidad actual sobrepasa una cantidad que no es nada halagüeña: 550 pacientes a nivel estatal.
Todo lo anterior nos mueve a reflexionar que estamos frente una enfermedad altamente contagiosa, y que por lo tanto nos debemos cuidar de la mejor manera posible, máxime cuando se ha descubierto una nueva cepa del virus en Europa, que puede dispersarse en el mundo entero.
Tenemos en contra la apatía de ciertas personas que se niegan a protegerse por motivos que cada uno esgrime, incluyendo algunos que por ser asintomáticos creen no ser portadores del virus, pero no por ello dejan de ser vehículo de infección a cuanta persona sea susceptible de contagio.
Acaba de llegar una primera remesa de vacunas específicas al virus, pero eso no es ninguna garantía para asegurar que se detendrán por arte de magia los contagios, conforme se vayan aplicando. Posiblemente disminuirán los casos, pero aún no sabemos en qué proporción.
Se han hecho pruebas científicas en los laboratorios para garantizar el producto, pero ellos mismos saben que su eficacia no es de un 100 por ciento, como tampoco se descartan reacciones secundarias en algunas personas que se inoculen contra el virus.
Es satisfactorio que Coahuila y Nuevo León, hayan sido los primeros estados de la república que reciban las primeras dosis, pero tenemos que tomar en cuenta que en teoría se llevarán aproximadamente dos meses en aplicarla al personal del sector salud, y en una segunda etapa seremos los de la tercera edad; en ambos casos los más susceptibles de contagio.
En posteriores estadías se continuará con el resto de la población, sin que ello signifique dejar un lado las medidas preventivas, pues no es la cura definitiva de la pandemia, sino la reducción de casos. The New York Times publica un artículo, cuyo titular dice “No te hagas falsas esperanzas para 2021”, pero sobre el particular se refiere a la actitud que debemos tener para afrontar cualquier problema, por grave que sea.
Por cierto, hay grupos del sector salud que dicen estar agotados por la constante recepción y atención de contagiados de Covid-19; sin embargo, advierten que no abandonaran la lucha, a pesar de que son ya muchos médicos, enfermeros y personal sanitario los que han perdido la batalla por atender profesionalmente a pacientes de dicho mal.
Si los médicos, enfermeros y personal del sector salud cumplen con lo que les corresponde hacer, entonces por qué la población no hace lo que debería hacer para evitar un mayor número de contagios, remitiéndonos a artículo del The New York Times, que señala que cada quien debe poner de su parte lo que le corresponda en el 2021 para que todo mejore. ¿O usted, amable lector, qué opina?
¡Hasta la próxima!