Rufino Rodríguez Garza.
Dedicado a la memoria del Prof. Sergio Guadalupe Reséndiz Boone.
Puede que está loma tenga otro nombre, no lo sé, pero lo que tengo presente es que está ubicada en la propiedad de la familia de este apellido: Sleihman.
Se trata de un modesto promontorio con orientación oriente- poniente de una elevación que no llega a los 6 metros pero que guarda mucha información del pasado.
Creemos que se trata de un sitio multicultural pues es de épocas muy antiguas, y en cual podemos apreciar distintas figuras abstractas donde destacan los círculos, cuentas a base de puntos y algunos motivos antropomorfos de una forma muy estilizada;
Hay también otros motivos prehistóricos, pero más tardíos, destacan figuras como si fueran arqueros donde se hacen acompañar del arco y flechas, algunos de estos motivos tienen tocados lo que denota que tenían jerarquía o eran jefes o eran guerreros.
También hay motivos que en mi opinión presumo que son del siglo XVI pues en ellos ya aparece ganado traído de Europa como lo son caballos o ganado vacuno, el cual está ampliamente representado en esta modesta loma que nace a orillas de la carretera La Rosa-General Cepeda y termina en lo más parecido a un río acá en el sureste de Coahuila, El Patos.
No podemos dejar de mencionar que también se observan grabados de origen tlaxcalteca, gente que llegó en los finales del siglo XVI y que ayudaron a los españoles a colonizar y formar asentamientos y también a tratar de ayudar en la pacificación de los nativos. Ese objetivo no se logró y poco a poco los dueños originales se fueron retirando a lo más intrincado de la serranía hasta su total exterminio. En ese trágico final jugaron una parte muy importante las nuevas enfermedades que acá en este continente no se conocían, tal es el caso del sarampión o la viruela y hasta las gripes.
Otro motivo abundantemente representado es el de la cruz cristiana pues ésta se repite en varias ocasiones.
Esta loma interrumpida por el Arroyo de Patos se convierte en lo que conocemos como Sierra de Narigua de una longitud aproximada de 14 kilómetros y en el inter se localizan algunos sitios importantes con manifestaciones gráfico rupestres de estilos variados, los más conocidos son los sitios de Narigua y El Mogote.
Poco después del Arroyo de Patos hacia el poniente se encuentra toda una escena de guerra donde se pueden apreciar guerreros nativos enfrascados en una lucha desigual contra los europeos, pues estos traen caballos y portan alabardas, mosquetes y sables y los indios sólo portan lanzas, arcos y flechas. De esto hablaremos en otra ocasión.
Entre los motivos que llaman la atención está la de una serpiente mordiéndose la cola, pero con una cruz en su interior.
A esto se le conoce como “uróboros”; esta criatura fantástica tenía la forma de serpiente o de dragón, un reptil alargado y que se comía su propia cola formando la imagen de un círculo. Representa el infinito, lo cíclico, el orden, el Todo, el universo y el tiempo.
De esta manera en diversas culturas antiguas se le tenía como una manifestación del eterno retorno, de lo cíclico que eran los fenómenos naturales, así como la sucesión de los días, las estaciones, los vientos y las mareas. En fin, símbolo del infinito, pero ¿quién lo hizo, porque se encuentra allí? un misterio por resolver.
Otro elemento de tomar en cuenta son varias escenas donde hay presencia de hombres mujeres y niños, así también la fauna que hemos mencionado desde el principio de esta nota.
La loma está entre la propiedad de Julio César Sleihman Aguirre al norte; al sur del promontorio otro próspero rancho al que se le ha metido trabajo y dinero pues ahora se observa una bonita huerta nogalera, unas represas, un lago con su lancha, 7 u 8 perros, caballerizas, casas del patrón y otras para el personal, depósito grande de agua, luz eléctrica y un corral con un atajo de borregos todo debidamente cercado.
En definitiva, la loma de Sleihman guarda un mundo de información que poco a poco se irá descifrando, un lugar pequeño, pero con mucha información grabada en esas rocas que fueron los primeros cuadernos de la humanidad.
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