El primer bautizo en la parroquia de Guadalupe, en la Villa de Piedras Negras

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Rigoberto Losoya Reyes.

Al  origen de la Villa de Piedras Negras, le precede una colonia militar que se estableció el 14 de agosto de 1850, por disposición del presidente de la república, José Joaquín Antonio Florencio de Herrera y Ricardos, quien no autorizó la fundación de la Villa que el Subinspector de las Colonias Militares de Oriente levantó el 15 de junio de 1850 a solicitud de los pobladores en la margen derecha del río Bravo, que desde abril de ese año, ya se encontraban residiendo en ese lugar frente al cuartel norteamericano Duncan que localizaba en la vecina población de Eagle Pass, Texas.

El jefe del Ejecutivo, dispuso que mejor se estableciera una colonia militar para resguardar la nueva frontera y fue así que los reclutas y oficiales que llegaron organizaron la nueva población.

 Los primeros servicios eclesiásticos que se oficiaron en la colonia militar de Guerrero fueron prestados por el Capellán Fray Pablo Nava pero su estadía fue muy corta, renunció a su nombramiento porque no le sentó muy bien el clima extremoso de esta región y se regresó a la ciudad de México.

Por lo que el presbítero Sinforiano Villarreal que se encontraba en la vecina población de Guerrero, acudía cuando se le requería para oficiar matrimonios y bautizos. 

En marzo de 1851, El Ministerio de Guerra y Marina, comunica al Inspector General de las Colonias Militares de Oriente, que el gobierno de la república expidió despacho de Capellán de la Colonia de Monclova Viejo al presbítero José María Ruiz, para sustituir al franciscano Pablo Nava. Cuando se realizó el trazo de la colonia militar, se destinó un solar para la parroquia, otro para plaza de armas y otro para la oficina del capitán de la colonia.

La parroquia se construyó de piedra y ladrillo y no fue que hasta 1859, que oficialmente se inicia el registro de los santos sacramentos.

La parroquia apertura su primer libro de bautismos el 1 de enero de 1859, bajo el ministerio del presbítero Eulalio de la Merced Trujillo y Mata.

El primer niño que se bautizó en la parroquia fue José María González, el 1 de enero de 1859, hijo de don Santos González y Justa Esquivel.  Los padrinos registrados fueron Mariano Rodríguez y Josefa Galindo.  Este bautizo fue registrado con el número 1 del libro Primero. En la redacción de los bautismos, se señalaba si el niño era hijo legítimo o natural.