José Guadalupe Robledo Guerrero
A menos de tres meses del día de la elección, la “guerra” por el poder de la partidocracia se encuentra totalmente contaminada con una serie de acusaciones y contraacusaciones que únicamente se anuncian, pero no se resuelven ni se condenan a la luz del estado de derecho.
A pesar de que en 2018, la mayoría de los que votaron se pronunciaron en favor de quienes prometieron terminar con la corrupción y la inseguridad pública, a la fecha solo la “paisana” Rosario Robles Berlanga se encuentra tras las rejas sin juicio alguno, y sin ningún apoyo de sus correligionarios, ni siquiera sus leales amigos han hablado a su favor; mientras tanto los homicidios continúan a la alza y los maleantes siguen haciendo de las suyas.
En el proceso electorero se identifican dos corrientes políticas: los que llaman a salvar a México y los que aseguran que primero los pobres. Pero según la realidad, ninguno tiene sustento de lo que predican. Los que quieren salvar a México son los mismos que lo empinaron, y los otros no se han dado cuenta que los pobres siguen aumentando, y son los pobres los primeros que han muerto con la pandemia del Coronavirus.
Sin embargo, hay que reconocer que ambos bandos han hecho lo posible, y también lo imposible, para distraer a los mexicanos de los graves problemas que enfrenta la nación. Y dígame si no es cierto: Se criticó profusamente la candidatura al gobierno de Guerrero de Félix Salgado Macedonio por violaciones sexuales, pero Emilio Gamboa Patrón sigue protegido pese a las suficientes evidencias que Lidia Cacho proporcionó en su libro Los demonios del Edén de que es un pederasta, y no sólo eso, un hijo de Gamboa Patrón va como candidato a diputado federal.
Cuando el gobierno federal inició el proceso de desafuero del gobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca por delincuencia organizada, operaciones con recursos de procedencia ilícita y defraudación fiscal equiparada, los correligionarios del mandatario tamaulipeco lo defendieron, y la respuesta federal fue liberar la orden de aprehensión de Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre acusado de liderar una red de trata de personas, que le servía para darle placer al exdirigente del PRI de Edomex, conocido como “El Rey de la basura”.
Y por si esto no fuera suficiente, sacaron a la luz pública las cuentas millonarias de la familia de Manlio Fabio Beltrones Rivera. Según la información, a la hija del expresidente del PRI, la senadora Sylvana Beltrones, se le detectaron dos cuentas con 10.4 millones de dólares depositados en la Banca Privada d’Andorra según lo reveló el diario español El País. También a la esposa del político priista, Silvia Sánchez, le encontraron una cuenta con 2.8 millones de dólares. No cabe duda que los políticos poderosos con Peña Nieto, involucraron a sus familiares directos en los saqueos. Otro que utilizó el mismo método es Emilio Losoya Austin, de quien nadie sabe su paradero, ni ha sido enjuiciado.
Todo esto, puede resumirse en un refrán popular de la sabiduría de antaño: “Mucho ruido y pocas nueces”, pero también tiene cabida aquella otra frase: “Para tener la lengua larga, hay que tener la cola corta”.
Esto me recordó una anécdota de 1981. Cuando las acusaciones de enriquecimiento inexplicable contra Óscar Flores Tapia estaban a la orden del día, se convocó a una reunión en el hotel Camino Real, a donde invitaron a los periodistas defeños que estaban criticando a Flores Tapia.
Allí, el principal orador oficial fue el Presidente del Tribunal Superior de Justicia de Coahuila, José Fuentes García, quien para defender de los “ataques” periodísticos al entonces gobernador coahuilense, les dio a conocer a los invitados todos los latrocinios y delitos que había cometido en su vida uno de los asiduos críticos de Flores Tapia: el editor coahuilense Armando Castilla Sánchez.
Luego que el orador oficial terminó su perorata, uno de los periodistas invitados le preguntó ¿A qué se dedica usted? Ufano respondió “Soy el magistrado presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Coahuila”.
La respuesta del periodista no tuvo desperdicio: “Entonces lo que usted debe hacer es mandar a la cárcel a ese personaje de quien nos ha dado su ficha delictiva. Esa es su obligación no otra”. Allí terminó la poca seriedad del evento.
Por eso creo, que en lugar de denunciar por motivos electoreros a los delincuentes, lo que se debería hacer es encarcelarlos, y dejarse de hacer denuncias públicas para conseguir votos. Finalmente, se nos ha hecho creer que el actual gobierno federal está en contra de la corrupción, para qué darle vueltas al asunto.
Y aunque las buenas conciencias insisten en que los acusados tengan el privilegio de que sean considerados inocentes hasta que se demuestre lo contrario, hasta hoy los mencionados de ambas partes están muy lejos de ser inocentes, pero la partidocracia no va en pos de la justicia, sino de los votos que le pueden redituar las denuncias sin castigo.
Política aldeana
En días pasados, se dio a conocer la noticia de que la Fiscalía Anticorrupción de Coahuila le pidió a la Auditoría Superior del Estado, decretar el no ejercicio de acción penal al principal responsable del Ficreazo, que no es otro que Gregorio Pérez Mata, aquel que en 2014 como magistrado presidente del Tribunal Superior de Justicia de Coahuila hizo una inversión fallida de 125 millones de pesos en Ficrea, una financiera popular que estafó a más de seis mil ahorradores. El nombre del principal estafador es Rafael Antonio Olvera Amezcua y el dinero estafado pertenecía al Tribunal Superior de Justicia de Coahuila. Aun así, no quieren enjuiciar a Gregorio Pérez Mata y a sus cómplices.
Pregunta huérfana
Luego de las protestas feministas del 8 de marzo, todos los políticos, personajes notables y muchos mexicanos se declararon feministas, por tal razón nos preguntamos: Si todos somos feministas ¿Por qué hay tantos feminicidios y violaciones en México?
