Profesor Evaristo Velasco Álvarez.
El mes de marzo en la historia ha sido pródigo en grandes fechas; tenemos que fue el 21 de marzo de toda la vida inteligente en que el hombre ha tenido conciencia de las cosas astronómicas y astrológicas, que es considerada la fecha en que año con año nace la primavera; los campos todos se visten de gala y florece la Tierra porque se inicia la temporada de siembra, de preparar la tierra, de acomodar todo para que las semillas que se planten, caigan en tierra preparada y fértil, y para que la producción comience a generar flores y frutos varios.
En este mismo mes, en la Sierra de Ixtlán, nace el patricio Benito Pablo Juárez García, quien habría de tener una vida muy difícil, pero un espíritu indomable, quien sin dejar de ser humilde, amable y atento, defendió como león las ideas de la ilustración, creyendo que todos somos iguales y que no debe haber privilegios entre los hombres, por su piel, por su estatura, por su origen económico, por su idioma, por su religión, por su sexo ni por nada. Que todos tenemos derechos y obligaciones, y que todos debemos de cumplir con dos preceptos naturales: el primero es de ser feliz, procurando lograr que la felicidad nos envuelva siempre; el segundo es hacer felices a quienes viven en nuestro entorno.
Desprendido de estos dos preceptos, logró establecer la LEYES DE REFORMA, con las que se establecieron líneas de trabajo y conducta, que si bien no fueron ni han sido aceptadas por todos, generándose las clases sociales antagónicas, sí han marcado a México en el entorno mundial como la nación independiente, humana y generosa, ejemplo para todos. Su obra mereció que se le galardonara internacionalmente como EL BENEMÉRITO DE LAS AMÉRICAS.
Y fue también, el día 18 de marzo de 1938 que otro indio, ahora purépecha, en su encargo como presidente de México, lograra rescatar el petróleo para que nuestro país de nuevo fuera la dama solicitada por los poderosos para quedarse con sus riquezas. Don Lázaro Cárdenas del Río quien además de esta hombrada, logró unificar al país en la productividad agraria e industrial, alcanzando nuestra nación lo que se llamó: EL MILAGRO MEXICANO, donde hubo prosperidad para todos.
Luego nuestro país en los últimos 40 años comenzó a vivir una época de oscurantismo y de regresión a la ignominia, cuando los gobernantes se llenaron las bolsas de dinero sangrante y mal habido, figurando como los hombres más ricos del mundo, mientras que la pobreza crecía como plaga. Vendieron de nuevo el petróleo, la electricidad, la educación, y quisieron vender hasta el agua. Ellos, los malos mexicanos no se imaginaban que un hombre de convicciones diferentes, humilde y sencillo, pudiera llegar a la presidencia. Pero Andrés Manuel logró la hazaña, después de 2 claros robos de los comicios (2006 y 2012), y en 2018 logró que el pueblo maltrecho, ultrajado y denigrado se volviera y se volcara en las urnas a favor de López Obrador y en contra de los iluminados de siempre.
En sólo dos años él ha logrado rescatar al agonizante PEMEX, y a la sufriente CFE, enfrentando a los monstruos internacionales y a los delirantes vendepatrias. Tendremos elecciones en todo el país para renovar la cámara de diputados y también la renovación de 14 gubernaturas, de cientos de presidencias municipales y miles de regidurías, además de cientos de diputaciones estatales. El colmo sería que reviviéramos a los malos mexicanos, quienes nos prometen y nos prometen miles de cosas, y a los que ya no les creemos sus mentiras. Cerremos filas con quien nos está beneficiando, para ¡Que viva México!