Oliverio Ascascius.
Las mujeres nos gustan
unas por grandes, otras por pequeñas.
Unas por bonitas, otras por serenas.
Nos gustan aunque sean pérfidas,
aunque traicioneras y coquetas sean.
Las mujeres nos gustan
como quiera que sean,
despistadas o de plano planas,
inseguras o desconfiadas.
Todo se les perdona,
todo se les pasa…
Siempre y cuando sepan besar
y moverse como las aguas hirvientes
de los ríos infernales.