No tiene idea de lo que está hablando señor presidente

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Roberto Martínez Armendáriz.

No es nada nuevo saber que el Presidente de México Andrés Manuel López Obrador es ignorante en muchas materias y débil de sustentos. En varias ocasiones hemos sido testigos de la falta de conocimiento en temas álgidos para el país y ya no se diga de la industria de la aviación. El presidente es un simple orador (y bastante malo), que primero habla y después piensa, -si es que lo hace-.

Este pasado lunes 24 de mayo en su show mañanero hizo gala de sus talentos, al referirse que, «no es tan grave la degradación de México a Categoría 2», menospreciando los estándares internacionales, los más de 100 años de trabajo arduo en la aviación, y entre líneas su respuesta se interpreta como si esta calificación fuera un «complot» de las aerolíneas estadounidenses -o del mismo país- en contra de las mexicanas. Tan sólo hoy 27 de mayo, continúa su narrativa, al decir que… “no es tan grave ellos (EE. UU.,) tienen unas normas y las imponen en todo el mundo, como suele pasar en otras cosas”.

La degradación a Categoría 2 en México traerá inevitablemente una fuerte inestabilidad a la industria aeronáutica mexicana que se recuperaba lentamente de la terrible pandemia del COVID-19. A nivel mundial, costó una caída 65.9% de ingresos por pasajeros-kilómetro (RPK) transportados en comparación con 2019, la peor cifra registrada en la historia de la aviación comercial. 

Hasta hace apenas un año atrás, los aeropuertos y el espacio aéreo mexicano se encontraban prácticamente vacíos, lo que dejó a cientos de trabajadores de la industria aérea mexicana sin empleo, quiebras de compañías y una profunda crisis en medio de una pandemia que, según estimaciones de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), la caída en la demanda de pasajeros durante el pasado 2020 fue del 75.6%.

Antes de que entrara oficialmente la degradación en México, la primera que sufrió de la incapacidad de las autoridades aeronáuticas mexicanas fue Volaris, quien el pasado 24 de mayo registró una disminución porcentual del 4.28 ante la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), lo que representa una pérdida de más de $1.7 millones de pesos mexicanos. Un día después, Aeroméxico cayó un 5.86% en la BMV.

La degradación, podría atraer una nueva pandemia a la aviación mexicana y es que las aerolíneas no podrán expandir sus mercados internacionales que les estaba asentando bastante bien (principalmente vuelos hacia Estados Unidos). Además, de las cancelaciones de códigos compartidos que afecta a gran escala a la compañía del caballero águila, Aeroméxico, por su estrecha conexión con Delta Air Lines.

Lo alarmante es que otros países, podrían acogerse a las recomendaciones de la Administración Federal de Aviación en Estados Unidos y observar a México con malos ojos, pues dadas las circunstancias podrían ejercer un veto temporal para las aerolíneas mexicanas en sus espacios aéreos.

Desde siempre la Dirección General de Aeronáutica Civil, ahora llamada Agencia Federal de Aviación Civil, (que viene siendo lo mismo), se ha caracterizado por ser un imperio de la corrupción, y hoy el resultado refuerza el adjetivo.

Desde junio del año 2010, cuando México fue degradado a Categoría 2, las cosas no han cambiado mucho. Se continua con falta de seguimientos de accidentes e incidentes (algunos pasan por la vista gorda), ambigüedad y corrupción en las verificaciones técnico administrativas, incapacidad del personal de medicina de aviación y mecanismos prehistóricos no acordes al primer mundo, incumplimiento de los estándares mínimos de seguridad de la OACI, un gobierno sin un plan de desarrollo de infraestructura aeroportuaria, carentes de mecanismos adecuados para supervisión del quehacer aeronáutico, entre otras tantas más.

Evidentemente el Aviation Safety Assessment (IASA), ni siquiera lo conoce la misma AFAC. La República mexicana se sumará a los siete países incumplidos en materia aeronáutica, carentes de seguridad y desapegados a las normas internacionales. México como estado contratante de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), debe cumplir cabalmente con las normas, anexos y convenios.

A pulso se ganó la degradación, pero duele saber que pagarán justos por pecadores; las aerolíneas serán las más afectadas y también los usuarios del transporte aéreo, ya sin contar también al personal técnico aeronáutico, que ha sufrido bastante desde el pasado mes de marzo del 2020.

México está muy lejos de una competencia real con el mundo exterior; aerolíneas minúsculas, autoridad omisa, incumplida y corrupta, infraestructura retrasada acorde a las necesidades, rezagos educativos en materia aeronáutica, escuelas de vuelo, centros de capacitación y/o adiestramiento que gracias a la práctica del soborno siguen operando, poca oportunidad laboral, entre otras joyas.

Señores de la AFAC, es momento de hacer algo que nunca han hecho y eso se llama TRABAJAR. ¡Que para eso se les paga!

Y señor presidente, si no sabe, mejor no hable.

Roberto Martínez Armendáriz.

Periodista independiente con más de 10 años de experiencia en los medios de comunicación. Ha participado en varios proyectos de casas radiodifusoras como titular de noticieros en FM (Grupo Radiorama) y ha sido Jefe de Información de varios periódicos mexicanos. También, posee Licencia de Oficial de Operaciones de Aeronaves.