Visualizar a los prietos

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José C. Serrano Cuevas.

Merry MacMasters, periodista neoyorkina especializada en cultura con énfasis en las artes visuales, ha desarrollado su profesión en México. Estudió historia del arte en la Universidad Iberoamericana (UIA). Trabajó en Radio UNAM de 1980 a 1981, de 1982 a 1994 en el periódico El Nacional. A partir de 1994 se integró a la sección cultural del periódico La Jornada, en donde publica desde entonces.

En artículos recientes, la periodista estadunidense da cuenta de que El movimiento #Poder Prieto surgió de la necesidad de aumentar la representación de “personas racializadas”: de piel morena, indígenas o afrodescendientes en los audiovisuales, las artes y los medios de comunicación.

Destaca la labor realizada por José Antonio Aguilar, director de Racismo MX, organismo de la sociedad civil dedicado a combatir el racismo mediante la educación, la investigación y la divulgación.

Aguilar expone que «cada vez y con mayor frecuencia hemos visto cómo figuras públicas e instituciones son expuestas por el racismo. Agrega, es difícil no ser consciente de qué actitudes son racistas. Basarse en los estereotipos de personas morenas, indígenas o afrodescendientes para hacer un chiste o suponer que alguien es mejor sólo por tener un tono de piel blanco es racismo».

Durante el tiempo productivo de Racismo MX ha sido posible lograr acercamientos y puentes de comunicación, sobre todo con actrices y actores interesados en crear conciencia sobre la falta de visualización de personas racializadas, principalmente en los medios audiovisuales. Un logro indiscutible de estos acercamientos fue el surgimiento de #Poder Prieto.

La corriente que también utiliza la etiqueta #Donde hay prietura Hay Sabrosura, está integrada por alrededor de 150 personas entre escritores, miembros de la industria audiovisual, organizaciones civiles antirracistas y académicos. El movimiento realiza campañas de concientización, acercamiento a la industria cinematográfica, con la finalidad de proponer vías para aumentar la representatividad de este grupo invisibilizado.

Racismo MX pretende promover estudios con metodologías ya probadas en otras latitudes, en los que sea posible visualizar a personas morenas, afrodescendientes e indígenas, así como los papeles que podrían representar en la industria del cine.

El hecho de que Yalitza Aparicio se haya sumado a #Poder Prieto y contribuya con su voz, «ayuda mucho al movimiento, dado que su labor resuena no sólo a nivel nacional, sino internacional», apunta José Antonio Aguilar. A esta afirmación se suma la actriz mexicana Rosa María Vázquez Bustamante, quien participó al lado de Dolores del Río en la cinta Casa de Mujeres, filme que se estrenó en la década de los años 50 del siglo pasado.

La actriz nacida en Tulancingo, Hidalgo, ve la corriente como «un gran paso para inspirar tanto a los productores como grandes empresas y directores, porque a final de cuentas son ellos los que hacen mucho de lo que pone en juego la industria fílmica». Espera, la actriz, que las nuevas generaciones se sientan identificadas, porque a fin de cuentas «todos hemos vivido el racismo. Muchas veces no lo podemos identificar porque está muy normalizado».

Aguilar, economista de profesión, expresa: «Estamos conscientes de que el cambio no vendrá de un día para otro». Desde su aparición ha tenido una recepción positiva de parte de empresas, entidades de gobierno y particulares. Enfatiza en la necesidad de revertir una práctica perversa y enajenante.

El racismo en México es muy normalizado en la publicidad, crea modelos aspiracionales. Lo aspiracional blanco genera ilusiones que, como tales, son sólo volutas de humo: «La rubia de categoría» que aparece en el líquido dorado de una cerveza; el auto descapotable como talismán infalible para tener en abundancia dinero y mujeres anglosajonas. Pamplinas.