Juegos de la sucesión

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Sócrates A. Campos Lemus.

La neta existen dos tendencias en eso de los destapes con corchalatazos, uno en donde se acepta que se realicen con confianza y se permita poner condiciones en las competencias y el otro donde señalan que no es bueno acelerar los procesos de cambio antes de consolidar los proyectos que dieron con el surgimiento de la 4T y explican que no son corcholatas de nadie y se van a poner en la fila de los “suspirantes” olvidando, tal vez, que el que manda manda y si se equivoca pues vuelve a mandar, así le maten a los candidatos, total, los juegos tienen costos y peligros y en la política se gana o se pierde mucho porque los costos son muy altos a pagar… o a cobra,. en algunos casos se habla de lealtades y en otras de bondades y de intrigas palaciegas el asunto es que el que tiene mayor información tiene ventajas en el poder para poder ser…

ESO de que Marcelo Ebrard se dio el lujo de lanzarse con un grupo de “simpatizantes” de mil pesotes cada uno, para decirle al presidente, en su cara y en plena mañanera, de que él estaba en la lista y que pelearía, pues digan lo que digan tuvo que contar con el visto bueno del ya saben quién, porque por muy machotes que sean, las cosas no se hacen por cuenta propia sino con el permiso debido. La actitud doblegada de Claudia Sheinbaum tampoco es porque así sea, sino porque así se ordena y los gritos desesperados de Monreal no son cosa del presente sino también cosa de las condiciones para llevar a cabo un proceso que aparenta democracia cuando en realidad será una instrucción de dedo, porque al final de cuentas las “lealtades” no son de gratis, se dan con todo control y manejo, porque saben que el no contar con el visto bueno del que manda pues es tache negro desde el inicio y en esto, la experiencia de Marcelo y las condiciones que pasaron en los tiempos de su ex jefe, Manuel Camacho Solís, pues le dieron la razón, no se podía pelear ni acelerar los tiempos ni las presiones al presidente porque se interpretaría como una grave lesión a la lealtad y disciplina que debe guardar un empleado que quiere ocupar el puesto del mero mero. Ebrard entendió el asunto y  su ex jefe, pues pensaba que tenía toda la razón y por tanto podía acelerar y presionar y obligar al cambio y hacer que el dedo de Dios recayera sobre sus hombros y se quedó bailando en la loma… y se fue a Chiapas y a Relaciones Exteriores, porque así le ordenaron y aceptó, aunque no quisiera, porque si ya se había muerto el candidato pues cualquier otro podría morir, y así, ni para Dios ni para el Diablo…

          La realidad nos muestra que Marcelo ya dejó pasar una bateada o macaneada y dejó a AMLO tomar su lugar con un pícher cansado y dolido por los errores del juego y del manejo indebido de sus gentes en los fondos públicos, de tal suerte que al final de cuentas, sin ser muy ducho, Peña Nieto entendió que estaba en la picota y que tranzaba o se chingaba y mejor tranzó para que el proceso electoral fuera normal como venía y sin interferir ni reprimir a la gente, de tal suerte que se termina con los grupitos y los grupotes y se llegó a alcanzar la mayoría total para darle el poder a un solo hombre: el presidente, que lo ha ejercido durante tres años, hoy le toca comenzar a establecer los canales de negociación y decoración para que todos puedan bailar en la pista y tener su pedacito de poder sin que disputen los huesos de los demás y se llegue a la guerra o a la violencia. Por eso, las reuniones con los electos, sin peleas, con decoro y honestidad, porque sin duda, la lealtad distingue las razones de la paz social y del buen manejo del infeliciaje nacional, así, los grandes empresarios, banqueros y comerciantes que son el poder político, ahora, dejan de ser la mafia del poder para convertirse en los aliados del deber y el poder, y pues ahí están tan tranquilos que ni se notan, pero seguramente, ya tomaron partido por uno de los que ya andan en las carreras y competencias. Y esto me recuerda un librito de cuentos cortos que escribía por los años ochenta donde decía que: “El gobernador, manda cuando su esposa no está”. Así, los candidatos, pues ladran cuando les dejan hacerlo o cuando el dueño hace como que no ve, no escucha y no habla, porque sabe que al final de cuentas, perro con hueso no ladra, ni muerde, y solamente mueve la cola y esto es al final lo que se llama una transición tranquila, sin problemas, como debe ser cuando se tiene el control y el poder, por eso se exige lealtad y buenos modales porque el que rompe las reglas pues rompe las oportunidades y si se piensa que hoy es desleal, pues no tiene el visto bueno ni la gran oportunidad, es como cuando se enfrenta a la autoridad y los mismos narcos dicen: “pues mejor tranzamos con los buenos porque ellos siempre tendrán muchos más tiros que nosotros y es mejor tener algo a dejar la salea en el camino…” y, en política y en la vida: “duele más el cuero que la camisa” porque siempre tendremos otra oportunidad si conocemos las reglas del juego. por esa razón también, muchos políticos saben que los políticos muertos son los que están enterrados en el panteón, porque los demás andan como la llorona. llorando de esquina en esquina o dando sustos a los que andan en la pendeja… y como decían en Lecumberri: pues “apendejó y chingose” así que, si andan en el juego de la sucesión, vivos y vivillos, porque si no se quedan en el camino… en la loma, bateando en seco…