El gobierno de AMLO ineficiente e insensible

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Jorge Arturo Estrada García.

“De humanos es errar; de necios, permanecer en el error”.
Marco Tulio Cicerón.

“Considerando la natural propensión del hombre a mentir y de las muchedumbres a creer, confieso no saber cómo lidiar con esa máxima tan mentada que asegura que la verdad acaba imponiéndose”.
Jonathan Swift.

“El mundo se está convirtiendo en una caverna igual que la de Platón: todos mirando imágenes y creyendo que son la realidad”.
José Saramago.

Luego de tres años en el poder, su estilo personal de gobernar ha marcado al país de manera indeleble. Su paso por la presidencia de la república será registrado por la historia de forma contrastante. Tal vez, en lo único en que coincidirán quienes lo hagan, será en la magnitud de la tragedia que se registra en los hogares, las calles y los hospitales durante los años de Andrés Manuel López Obrador, ocupando la Silla del Águila.

Él parece empeñado en construir un presente luminoso que contraste con las largas sombras de la extensa “era oscura” del Prian. Sin embargo, la terca realidad se empeña en ponerle obstáculos a sus planes reformistas. De esta forma, para que su legado sea brillante debe encontrar rápidamente una narrativa poderosa y recuperar la iniciativa. La necesita para instalarse en el panteón de los héroes, al lado de Morelos, Juárez y Madero. Aunque, antes deberá asegurarse que su 4T trascienda a su sexenio, con él o sin él al frente. De otra forma, sería barrido a un rincón del olvido o del desprecio.

Andrés Manuel, es un político en busca de su lugar en la historia y para lograrlo debe destruir los legados positivos de sus antecesores y dejar en evidencia sólo los grandes vicios y defectos. En su visión, la Cuarta Transformación es una época en la que se pretende erradicar las desigualdades e injusticias del neoliberalismo. Es una época, en la que la corrupción fue combatida y erradicada con el ejemplo de su líder. Un líder, capaz de encabezar a un grupo de impresentables, que ya fueron redimidos y convertidos en grandes mexicanos entregados a la causa.

Se trata de una causa que lleva 18 años de gestación, y, además, es una causa que lo limpia todo y a todos. Que ha recolectado fajos de millones en efectivo, pero que es tan limpia como la revolución maderista, que también se financió recibiendo donativos. La Cuatro T, es la etapa en que México salió de la era de la oscuridad, es un renacimiento de la mano del líder. Del puro, del que tiene superioridad moral. El diferente a todos. Del que “ya no se pertenece”

Así, con sólo tres años en el Palacio Nacional, ya ha marcado una huella honda en la etapa más difícil del país en los últimos 100 años.  Para él la eficiencia no es necesaria, la fidelidad a la causa será, y es, suficiente. Estamos ante un estado gordo, codicioso e ineficiente y ante un presidente que se muestra insensible ante la muerte; y a la atención médica amplia y de calidad, a los efectos de las enfermedades sobre las personas y las familias, lejos de las estadísticas; también el feminismo se le atraganta, “es una moda, neoliberal e importada”, regatea empleos al personal médico, al igual que a la compra de medicamentos y material sanitario. El dinero que va acumulando ya será usado en sus prioridades.

Se gobierna con base en la mentira machacona desde Palacio Nacional y que se repite sistemáticamente por parte de sus seguidores a lo largo del país. En tres años, se ha construido un país virtual, con una realidad alterna, en donde las cosas suceden de acuerdo con la visión infalible del presidente. Así, el líder, no debe ofrecer disculpas ni generar empatía con quienes sufren, ya sea por la pandemia, el desempleo, la inseguridad, la carestía, por las inundaciones ni por el desastre de la línea 12 del Metro de la capital.

Su gobierno no comprende la dinámica del mundo del siglo 21. Es un proyecto involutivo, que usa métodos y personajes del pasado, rancios, para “sembrar el futuro”. Aunque el suyo, es un futuro a imagen y semejanza de la década de los setenta de siglo pasado.

La Cuatro T, construye la democracia mexicana. El líder, ya logró hacerse de la confianza del pueblo bueno y sabio, que está dispuesto a creerle hasta sus reiteradas mentiras, sin dudar ni cuestionarlo. La clase media, “tan aspiracionista y educada”, lo abandonó en las elecciones intermedias y lo traicionó en la mitad de la ciudad de México. Morena, perdió 10 millones de votos, entre 2018 y 2021, en las elecciones federales.

El sello de su gobierno refleja ineficiencia e insensibilidad. El manejo de la pandemia, la violencia y el sistema de salud han llenado de tumbas al país. Estos años serán registrados como una enorme tragedia. Una que crece sin control al tiempo que se trabaja en consolidar un proyecto político transexenal.

Nunca se tuvo control sanitario de la pandemia. Los expertos hablan de una sola ola con tres picos: el inicial, el enero y febrero y el actual. El gobierno buscó evadir la realidad y los gastos y las molestias que originaban los fallecimientos, a quienes han convertido en “muertos aceptables”. Actualmente hay 110 hospitales saturados en el país, la mitad de ellos en la Ciudad de México.

Sin embargo, los votos de Morena sin AMLO son suficientes para ganarles al PRI y al PAN aun en alianza. De ese tamaño son la fortaleza de uno y las debilidades de los otros.

Por lo pronto, Andrés Manuel, ya terminó de gobernar, y va en busca de dejar su Cuarta Transformación en la letra constitucional. También, se afana en imponer a su relevo en Palacio Nacional, en caso de que sea necesario. Además, desea dejar al país sembrado de morenistas; Intentará dejar a la corte y al congreso como afines a él. De igual manera pugnará por reconstruir un INE del tamaño de sus expectativas.

López Obrador, es un tipo acostumbrado a vencer a la adversidad. Es necio y quiere seguidores tercos como él. Tuvo la mala suerte de que le tocara la pandemia y las crisis económicas resultantes. También, los mexicanos tuvimos la mala fortuna de tener a un presidente empeñado en vencer a la realidad con sus mejores armas: la demagogia y el voluntarismo.

Así divididos, transitamos por la tragedia. Mientras, nos conducen a escenarios rijosos, electorales y anticipados.

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