José C. Serrano Cuevas.
Gabriela Rodríguez Ramírez, estudió la carrera de psicología educativa en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la maestría en antropología social en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH). Actualmente es la secretaria general del Consejo Nacional de Población (CONAPO).
El CONAPO fue instalado el 27 de marzo de 1974. Es el órgano responsable de la planeación demográfica del país, con el fin de incluir a la población en los programas de desarrollo económico y social que se formulen dentro del sector gubernamental y vincular sus objetivos a las necesidades que plantean los fenómenos demográficos.
Los principios básicos en los que se inspira la política de población emanan del artículo 4o. constitucional en el que se reconoce que la nación mexicana tiene una composición pluricultural; que el varón y la mujer son iguales ante la ley y, ésta protegerá la organización y desarrollo de la familia.
Para llevar a cabo la planeación demográfica del país, el CONAPO desarrolla, entre otras, las funciones siguientes: Analizar, evaluar y sistematizar información sobre fenómenos demográficos. Establecer las bases y procedimientos de coordinación entre las dependencias, entidades e instituciones que participen en los programas de población. Realizar, promover, apoyar y coordinar estudios e investigaciones para los fines de la política de población. Evaluar los programas que lleven a cabo las diferentes dependencias y entidades del sector público en relación a las políticas establecidas en materia demográfica, así como proponer las medidas conducentes.
El jueves 20 de julio se publicó en medios de información el posicionamiento de la titular del CONAPO, Gabriela Rodríguez Ramírez, quien, al presentar la Estrategia Nacional de Prevención del Embarazo en Adolescentes, aseveró que al año se registran 8 mil 876 hijos de «niñas madres», menores de 14 años.
El embarazo de adolescentes, de 15 a 19 años, suman 373 mil 661 al año, esto es, más de mil al día. Estas cifras, destacó la psicóloga, «son inadmisibles.» El hecho de que en la Ciudad de México nazcan 48 hijos por cada 100 mil habitantes, en estas circunstancias y, que en el estado de Coahuila se incrementen a 100 José C. Serrano
es algo que está fuera de control. Las niñas y adolescentes no tienen que estar cuidando hijos en el transcurso de la segunda década de su vida.
El fenómeno de los embarazos tempranos está vinculado a los matrimonios arreglados y a la violencia sexual. El matrimonio infantil arreglado se define como cualquier unión habitual entre dos personas, de las cuales una o ambas están por debajo de los 18 años de edad. Sus efectos no sólo comprometen la salud de la niña, sino que repercuten en lo social, lo económico y el desarrollo de las comunidades.
Las prevalencias de matrimonio infantil son altas en los países con menos desarrollo y más pobres. Sus consecuencias afectan el avance de la población infantil en materia educativa, lo que se traduce en menores oportunidades laborales, impactando con ello la economía de los hogares y, comprometiendo la salud de las niñas y sus hijos. este fenómeno se exacerba en los ambientes donde la violencia intrafamiliar es un mal endémico.
En viviendas de reducidas proporciones es común el hacinamiento de quienes ahí pernoctan: ocasión propicia para todo tipo de manoseos y prácticas sexuales indiscriminadas, hasta llegar, inclusive, al incesto.
Gabriela Rodríguez aseveró que la estrategia del CONAPO tiene dos metas contundentes: reducir en 50 por ciento la tasa de fecundidad en adolescentes de 15 a 19 años y erradicar la maternidad en menores de 14 años. La apuesta, abundó, es por un cambio de mentalidad que exige enfocarse en la autonomía de las niñas y adolescentes, en la promoción de los derechos sexuales y reproductivos, en fortalecer relaciones saludables enfocadas en lograr una vida exenta de violencia; promover masculinidades positivas en niños y hombres adolescentes, así como prevenir prácticas sexuales de riesgo.
¡De ese tamaño son los retos!