La revolución de Fidel Castro termina en una decepcionante y horrorosa dictadura

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Carlos Padilla Muñoz.

Nadie imaginaba aquel 25 de noviembre de 1956 cuando salió de Tuxpan, Veracruz, el destartalado yate Gramma con 82 hombres armados hasta los dientes para invadir la isla de Cuba y terminar con la dictadura de Fulgencio Batista, que seis décadas después Fidel Castro hubiera sometido al pueblo cubano a una de las dictaduras más crueles y depravadas.

Fidel Castro Ruz. (1926-2016).

Tampoco nadie imaginaba que los guerrilleros que querían rescatar al pueblo cubano, entre los que se contaba Fidel y su hermano Raúl Castro, Ernesto “Che” Guevara, Camilo Cienfuegos, Almeida, Calixto García, Universo Sánchez y otros barbones más, fabricarían un régimen comunista que lleno de pobreza, violaciones a los Derechos Humanos, restricciones para salir y entrar a la isla, sin libertad de expresión, sin libertad de ninguna especie, sin elecciones libre para elegir libremente a sus gobernantes. Tan denigrante que ahora los cubanos se rebelan, aunque son sometidos por la fuerza, sin que ningún organismo internacional o país alguno haga algo por evitarlo.

El pasado 11 de julio, miles de cubanos se decidieron a tomar las calles para gritar su malestar, ese que ya no pueden llevar a cuestas, ese malestar que han soportado por más de seis décadas bajo un régimen que salió peor que el que tenía Batista en los años 50s, cuando la isla era un paraíso turístico, había cosecha de caña y venta de azúcar, había automóviles del país e importados, había libertad de expresión, había comunicación con el mundo, había comida, aunque también había mucha prostitución que era parte de la industria turística.

Con la llegada de Fidel Castro Ruz al poder como Primer Ministro, cargo que tomó desde 1957, y bajo un sistema económico y político socialista-comunista, vino el Embargo económico de Estados Unidos, porque Fidel expropió fábricas, ingenios azucareros, comercios, desapareció casinos, y trató de ser productor de sus propia comida y economía, cosa que nunca pudo conseguir. Durante los primeros años, Cuba con Fidel Castro, Raúl Castro y el “Che” Guevara a la cabeza, recibió el apoyo de Rusia, aunque este no fue suficiente para contrarrestar el bloqueo de los Estados Unidos con el gobierno de Eisenhower y después con John F. Kennedy.

Ante la frustración del bloqueo y embargo, Fidel Castro empezó una política de restricciones, empezó a racionar la comida, había dinero, pero no comida suficiente, faltaba ropa, jabón, cremas, autos, libros y muchas cosas que los cubanos no podían comprar.

Miles de cubanos empezaron abandonar la isla por tierra, aire y mar, las balsas improvisadas fueron cosa de todos los días, artistas y músicos invadieron México en los 50s y 60s, Miami, Florida es prácticamente un pedazo de Cuba por tantos cubanos que escaparon.

Poco a poco el paraíso prometido por Fidel Castro a través de sus kilométricos discursos, empezó a triturarse en el aire, el bloqueo norteamericano y la amenaza de una invasión norteamericana, el país se empobreció, mientras que sus gobernantes empezaron a vivir como faraones.

Cuba vive prácticamente una esclavitud moderna, sin libertades, sin respeto por los derechos humanos, donde los medios de comunicación nacionales no existen, donde el Gobierno controla los periódicos, las televisoras, la radio, el internet y otras redes sociales. Desde el pasado 11 de julio que se manifestaron miles de cubanos pidiendo cese al hostigamiento gubernamental, el gobierno cerró el espacio cibernético para evitar que los cubanos se comunicaran con el mundo exterior.

Cuba dispuso prisión domiciliaria a partir del pasado fin de semana para varias personas sancionadas con cárcel la semana pasada en juicios sumarios y que habían sido detenidos durante las inéditas manifestaciones de mediados de julio, cientos de presos políticos han sido encarcelados por el solo delito de manifestarse públicamente y pedir que caiga el gobierno castrista en manos ahora de un testaferro de la familia Castro que sigue dominando la isla.

Que lejos están los cubanos de imaginarse una tierra libre, cuando Fidel Castro prometió quitar la dictadura de Batista, que en mucho ha sido menos perjudicial para el pueblo cubano.

No están lejos los días que habrá de caer la dictadura que oprime al pueblo cubano, para que nazca un nuevo gobierno democrático. Pronto la familia Castro tendrá que abandonar la isla, como cuando la tomó en los años cincuenta, el pueblo cubano ya no soporta más dictadura que ha impuesto Fidel Castro, un falso revolucionario que traicionó al pueblo cubano para cambiar los grilletes por otros más fuertes.

Tendrán que venir más de 82 hombres para salvar al pueblo que por muchos años soportó la esclavitud y ahora una dictadura que huele a podredumbre.

Tendrá aquí escucharse otra vez el grito de Patria o muerte. Cuánta razón tenía Ernesto “Che” Guevara al oponerse a imponer un estado socialista con disfraz de capitalista, por eso el “Che” abandonó al ejército cubano.

El Presidente Joe Biden merece créditos por haberse resistido a los pedidos de la extrema izquierda del Partido Demócrata de que levante el embargo de Estados Unidos a Cuba. Eso, en estos momentos equivaldría a premiar la represión del régimen cubano, más allá de que esas sanciones no son la causa del desastre económico cubano. Biden ha ordenado sanciones personales contra altos militares cubanos involucrados en la represión.

Estados Unidos, Europa y América Latina debería darle un mayor reconocimiento oficial a la oposición interna en la isla para convertirla en un interlocutor  clave de su política exterior hacia la isla. Los organismos internacionales como la ONU, OEA y otros deben intervenir a favor de los habitantes cubanos que han soportado lo peor en más de 60 décadas, en un sistema gubernamental mentiroso y represivo.