Nueva retórica de AMLO ante USA

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José Guadalupe Robledo Guerrero.

Después de infinidad de mensajes contra Estados Unidos, mejor dicho contra el presidente Joe Biden, Andrés Manuel López Obrador cambió repentina y radicalmente su retórica, luego de la llamada telefónica que tuvo el martes pasado con la Vicepresidenta del vecino país Kamala Harris, y la visita a México de altos funcionarios del gobierno estadunidense como el asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan; del secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas; de la subsecretaria de Estado, Uzra Zeya; del director del Consejo de Seguridad Nacional Juan González, y otros importantes personajes.

Andrés Manuel López Obrador y Kamala Harris

La “cortesía” de la administración de Biden no era para menos, pues además de los mensajes lopezobradoristas, AMLO ya había comenzado el peligroso juego geopolítico que instauró en América la Cuba de Fidel Castro, abriendo las puertas de su país a la extinta URSS, lo que generó la crisis de los misiles nucleares que puso al planeta al borde de la tercera guerra mundial en 1962, lo que le acarreó a la Isla la potencial ayuda económica soviética que mantuvieron hasta 1991, después de la caída del Muro de Berlín.

Este juego geopolítico -ahora con Rusia y China- lo siguieron luego algunos países de Sudamérica, entre los que destaca la Venezuela bolivariana de Chávez y Maduro que llevó a ese rico país a la bancarrota, la miseria y el aislamiento, que ahora tratan de remediar con el diálogo entre el gobierno venezolano y la oposición al chavismo que está por celebrarse en México con la intermediación de Noruega.

Aun cuando los mexicanos poco sabemos de las pláticas que tuvieron en días pasados los altos funcionarios de Estados Unidos y México, lo cierto es que son dos los asuntos que mayormente le interesan al gobierno de Biden: la enorme ola migratoria que cruza por el territorio mexicano hacia el “sueño americano” principalmente de hondureños, salvadoreños, guatemaltecos, mexicanos y de otros países lejanos de Asia y África; además de la inseguridad que priva en nuestro país originada por el empoderamiento que durante el gobierno de López Obrador han tenido los cárteles mexicanos, que según la CIA, el Pentágono y la DEA controlan la tercera parte del territorio mexicano.

Tan grave es el problema, que algunos senadores estadunidenses siguen insistiendo en que el gobierno de Biden catalogue a los cárteles mexicanos como terroristas, que de lograrlo, los Estados Unidos tendrían la justificación de intervenir -sin permiso alguno- en territorio nacional, para combatir a las organizaciones criminales de México por considerarlas un peligro para su seguridad nacional, el mismo status que tiene ahora la migración ilegal.

De todos modos, luego de la llamada telefónica de Kamala Harris y la visita de los altos funcionarios estadunidenses, López Obrador ya tuvo palabras amistosas para Biden argumentando que era amigo de su administración y presumiendo que le regalarían 8 millones y medio de vacunas Pfizer y Moderna, de tal forma que el gobierno mexicano se dio a la tarea de certificar la vacuna Moderna por el Cofepris, pero de ello no habló en su escueto comunicado la Vicepresidenta Kamala Harris.

Sea cual fuere la situación, lo cierto es que AMLO no cesará en seguir insistiendo en que desaparezca la OEA, para darle nacimiento a otra organización americana que él aspira dirigir, tal y como quiso hacerlo en su momento Luis Echeverría Álvarez con los pueblos del Tercer Mundo, pues sabe que tiene a su favor los votos de una parte de los países de Centro y Sudamérica que se están llenando de presidentes populistas-dictatoriales como sucede en Argentina, El Salvador, Perú, Venezuela, Nicaragua, etc., mismos que tienen graves problemas económicos, pero que cuentan con el respaldo de los sectores más pobres, que ven en ellos una esperanza de cambio y redención.

La situación en la América Latina es compleja, y aunque no agrade a muchos, su solución depende de las políticas de justicia y salvación que instrumente el país más rico y desarrollado del mundo: Estados Unidos. Por eso, los gobiernos de las naciones pobres deben convencer de la justeza de sus necesidades, no de tratar de vencer con retórica de confrontación. Alea Jacta Est.

Política aldeana

Para muchos ya quedó claro, que el supuesto tren urbano de derramadero a Ramos Arizpe que Armando Guadiana prometió que haría la 4T en Saltillo es una halada más del morenista, quien ahora está dedicado en tratar de controlar a Morena-Coahuila, para decidir los próximos candidatos a las diputaciones, senadurías y la gubernatura en nuestro estado. Pero Guadiana no es el único que quiere apoderarse de la estructura partidista de la 4T, hay otros más. A ver qué sale.

Pregunta aldeana

Disculpen la insistencia: ¿Para qué seguir trayendo a la región sureste más empresas e inversiones que produzcan empleos, si no hay dinero para obras de infraestructura urbana, no tenemos agua suficiente y, según se ve, tampoco tenemos un plan de desarrollo urbano, pues seguimos creciendo a lo tonto, ya poco falta para que permitan la construcción de fraccionamientos en el cañón de San Lorenzo? Sería bueno que nuestras autoridades comenzaran a pensar en ello, pues es el futuro del sureste coahuilense. Creo que no es mucho pedir.

Fe de errata: Por error involuntario anexé un artículo de Sócrates A. Campos Lemus en lugar de mi comentario dominical, el que fue publicado ayer domingo con mi nombre.