Luis Fernando Hernández González.
Que significado tienen para el país 30 cambios en su gabinete legal y ampliado en 32 meses de iniciada su administración, entre las que se encuentran secretarías y programas como Hacienda, Gobernación, Obras Públicas, Función Pública, Programas de Bienestar, Devolver al Pueblo lo Robado.
Antes de rendir su tercer informe cabe recordar aquellas palabras del presidente. “Si tenemos que rescatar a alguien, ¿a quién hay que rescatar? A los pobres. Por el bien de todos, primero los pobres”, dijo López Obrador el 23 de marzo de 2020, el día en que inició oficialmente el gran confinamiento en México, pobreza que en esta administración se ha agravado con 10 millones más de pobres.
Ahora vemos que la construcción del Tren Maya, la refinería de Dos Bocas y el Corredor Transístmico, las grandes apuestas de infraestructura del presidente de México, no están contribuyendo a frenar el aumento de la pobreza extrema en Campeche, Tabasco, Yucatán y Quintana Roo, los estados del sureste del país que albergan la sede de las obras estrella que planteó la construcción de éstas fue incluida en el plan de recuperación económica postpandemia en 2020, de manera que se asegurara su avance durante el periodo más crítico de la crisis sanitaria por la pandemia de COVID-19, bajo el argumento de apoyar a los mexicanos más vulnerables mediante la actividad esencial.
Son muchas cosas las que se pueden hablar del presidente Andrés Manuel López Obrador, ahora que presenta su tercer informe de gobierno administrativo y en los cuales debe de dar cuenta de resultados y considerar las circunstancias en que se encuentra la nación, tanto en sus condiciones hacendarias, políticas, económicas, sociales, gubernamentales en sus relaciones internas como de igual forma en sus aspectos de política externa.
La sabiduría del sentir social observa y aprecia a un ejecutivo desolado, solitario, vacío, perturbado y artificioso, al no ver resultados en la concreción de sus proyectos y el sentir social le cuestiona de forma permanente, delibera e interroga, lo vemos en su comportamiento día a día en su tribuna mañanera, cuestionando a la clase media por el solo hecho de tener una actitud de superación al descalificarla en forma soez de conservadora y aspiracionista, lo mismo hace con aquellos periodistas que deliberan sobre prácticas y acciones de nulos resultados y aún más ineficientes en su proceder .
Soberbia y vanidad, conceptos que han distinguido el comportamiento y actuación del presidente, que muchos de sus detractores lo dibujan con amplios comportamientos de arrogancia e impertinencia, al considerar una connotación, para su persona que lo sabe todo y que lo entiende, comportamiento político que le limitan y lo hacen perder interlocución con sus colaboradores y con la sociedad en general.
Recordemos el proverbio bíblico que aprecia que ante del quebranto se impondrá la soberbia, como de esta misma forma antes de la caída la altivez como imagen de solvencia, situación que exhibe el mandatario en más de los casos que se le señalan, producto de sus exiguos resultados en su administración que no termina a tres años de gobierno de convencer a nadie, pero sí de confrontarle a diestra y siniestra, como todos lo percibimos en cada vez más abrasivas redes sociales.
De esta forma, su generis que es peculiar en él, al no coincidir con lo que se aprecia y que tampoco concuerda exactamente con lo que se menciona al ser algo de distinta contemplación que mantiene el ejecutivo, sobre distintas temáticas del país, es así, como el presidente López Obrador, presenta su información y cuando alguien le argumenta con datos duros, su excusa es simple y llana al decir que él tiene otros datos.
Lo vemos los mexicanos cuando se presentan cifras sobre la situación económica del país, la raquítica inversión productiva, la pérdida de empleos, los efectos nocivos de la criminalidad, la actuación de su gobierno ante la pandemia.
Sin embargo, él ve la realidad del país con otros ojos y sentimiento político, en donde se ataca y se atiende eficientemente la pandemia, la economía y el empleo se recuperan como nunca, la criminalidad y los hechos delictivos al no mencionarlos por su misma negligencia los ignora, la reactivación social, escolar y laboral se reactivan al costo que sea, sin medir a cabalidad todas las medidas sanitarias para las personas sean esta adultos, infantes o jóvenes, que tienen necesidades sociales, laborales o bien escolares.
Sin embargo, en su discurso es proclive al engaño y a la mentira como se da en sus seguimientos de sus presentaciones de monólogo en sus comparecencias mañaneras, cuando asevera Que se recuperaron los empleos tras la pandemia. No hubo problemas en las elecciones. Aumentó poco el gas. La disminución de contagios va en disminución. La baja considerable de la corrupción. Son estas una serie de enunciados engañosos y discutibles, como se le ha demostrado a través del seguimiento, monitoreo y evaluación de cada una de sus expresiones anormales.
Por otra parte, como lo sostiene algunos medios informativos, es cierto que no hubo estragos durante los comicios del pasado 6 de junio, tal como dijo el mismo presidente, más se mantiene que esta campaña electoral ha sido una de las de mayor violencia en la historia electoral de la nación: fueron asesinados 102 políticos, de los cuales 36 eran aspirantes y candidatos, de acuerdo a datos de la consultora Etellekt.
Durante el proceso y en la fecha de la elección que fue el 6 de junio hubo incidentes aislados de violencia y actos de intimidación en diez estados, según reportó la Fiscalía General de la República (FGR). Por estos casos la autoridad abrió 76 carpetas de investigación.
En la campaña, también se registraron mil 66 agresiones a candidatos, que van desde amenazas e intimidaciones, hasta ataques, golpes, secuestros y homicidios.
Letra de la melodía de los caminos de la vida
Los caminos de la vida
No son lo que yo pensaba
No son lo que yo creía
No son lo que imaginaba
Los caminos de la vida
Son muy difícil de andarlos
Difícil de caminarlos
Y no encuentro la salida…