Contrapesos

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Samuel Cepeda Tovar.

De pronto una nota periodística digital, mal fundamentada y totalmente desatinada revivió el tema del endeudamiento público en Allende, Coahuila. Mal fundamentada y desatinada porque asegura que el alcalde actual planea obtener un crédito por 23 millones de pesos para luminarias led; y es que esos 23 millones ya están dentro del presupuesto de egresos de 2021, es más, teniendo en cuenta que ya estamos por entrar en el último trimestre del año, es probable que ese dinero ya se haya gastado dentro de los más de 90 millones de pesos programados para gastarse en Allende en este año que ya está por concluir.

El tema del endeudamiento público ha sido un problema para las finanzas públicas en nuestro país en sus tres niveles desde los años setenta cuando Echeverría inicia la política de “gastar para crecer”, con el consecuente crecimiento de la deuda por la desatinada idea de un keynesianismo mal interpretado, o interpretado a conveniencia, de gastar para activar el crecimiento económico.

Antero Alberto Alvarado Saldivar alcalde de Allende, Coahuila.

El problema, no obstante, no está en estas ideas, o en las pretensiones de contratar deuda por parte de presidentes, gobernadores o alcaldes, sino de la facilidad con que estos logran que el poder legislativo, según corresponda al ámbito de gobierno, les facilita el camino para tomar estas calamitosas decisiones. En otras palabras, no es culpa del alcalde de Allende la contratación de los 23 millones de pesos, sino del grupo de “levanta dedos” que lo acompañan en el cabildo y que fueron quienes aprobaron dicho endeudamiento; de hecho, todo comenzó con el cabildo 2017, quienes aprobaron el techo de endeudamiento de hasta 58 millones de pesos, es decir, ese cabildo con toda la irresponsabilidad le abrió la puerta a uno de los males más ignominiosos que tenemos en México.

Quizá por complicidad, quizá por compromiso, o tal vez por ignorancia sobre elementos básicos de finanzas públicas, o una mezcla de todas, pero al final se concretó lo que el cabildo 2018-2021 terminó de finiquitar: el endeudamiento por los 23 millones, quienes también son corresponsables de esta deuda histórica que los allendenses pagaremos durante 10 años. Los cabildos han olvidado, o tal vez desconocen la teoría de los pesos y contrapesos, y el papel fundamental que el legislativo supone ser para evitar los excesos del poder ejecutivo.

Han olvidado también que su papel no es levantar el dedo cada vez que el alcalde lo pida, sino representar los intereses del pueblo que es a quienes deben representar, pero se entiende que al ser invitados por los candidatos a la planilla de ediles, su lealtad es con quien les dio trabajo, no con quien les paga sus sueldos, que somos todos los contribuyentes. Un gobierno dividido o yuxtapuesto siempre es más recomendable que uno en donde el legislativo es la caja de resonancia del ejecutivo, pero mientras la fórmula para elegir regidores siga siendo la misma, seguiremos teniendo los mismos resultados.

Pienso que ya va siendo momento de que los regidores sean electos también por voto directo, que también hagan su propia campaña y que los ciudadanos sean quienes decidan, así tal vez evitaríamos que algunos nefastos lleguen al cargo sin méritos académicos, sociales o profesionales y por su lealtad mal encaminada terminemos padeciendo malos gobiernos. Porque podemos tener un pésimo presidente, pero si tenemos un magnífico contrapeso en el legislativo municipal todo sería definitivamente mejor.

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