El PRI en el ojo del huracán

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José Guadalupe Robledo Guerrero.

La reforma o contrarreforma eléctrica que el presidente Andrés Manuel López Obrador envió al Congreso para su aprobación, ha puesto al PRI en el ojo del huracán ante los votos que se necesitan para hacerla realidad, debido a que el Revolucionario Institucional es el partido que tiene los sufragios que se requieren. Por eso la dirigencia priista ha resentido las presiones de ambos bandos, unos para que se vote en contra y otros para que voten a favor.

En la primera semana de octubre, el dirigente del PRI Alejandro Moreno “Alito”, recibió la presión de López Obrador desde la “mañanera” al amenazarlo -como es su estilo- invocando a personajes del pasado y obviando las circunstancias del presente: o están del lado de Lázaro Cárdenas o a favor de Carlos Salinas. Por otro lado, el PAN también contribuyó, advirtiendo al PRI que si vota a favor de la reforma lopezobradorista se daría por terminada su alianza electoral-legislativa.

López Obrador y Alejandro Moreno

Frente a estas advertencias, Alejandro Moreno dijo que al PRI nadie lo presiona, y con su sonrisa para la foto les preguntó ¿Por qué tanta prisa? Hasta ahora no se sabe el por qué de la sonrisa del dirigente priista, si es porque es feliz, feliz, feliz, o por cinismo, ya que nada justifica su imagen sonriente, pues hace algunos meses perdieron diez gubernaturas, gracias a que los gobernadores salientes, para evitarse la persecución por su mal manejo del erario, entregaron la plaza (su estado) sin dar la pelea, tal y como lo hicieron hace 22 años con Vicente Fox muchos de los gobernadores priistas.

Lo cierto es que lo poco que le queda al PRI, entre ellos el estado de Coahuila, lo pondrían en riesgo o lo salvaría de acuerdo a la votación que decidan, pues no hay que olvidar que en las pasadas elecciones los priistas lograron un aumento en sus curules, debido a la alianza con su otrora enemigo, el PAN y por su supuesto interés de contener a AMLO.

También es verdad, como dicen algunos analistas, la problemática nacional y el destino de México, se está discutiendo en la partidocracia sin el concurso de la sociedad y del pueblo, que de acuerdo a la publicidad de las dos partes en conflicto, serán los beneficiarios de lo que resulte de la reforma eléctrica, pero por qué creer lo que nos dicen los politicastros electoreros de ambos bandos, si la situación de México sumido en el caos, la pobreza, la inseguridad y la ineficiencia, nos demuestra que nos han mentido.

Por otro lado, los que saben insisten que por un lado lo único que interesa de la reforma es crear las condiciones electorales para continuar en el poder, y en los otros el interés es proteger los negocios de las empresas transnacionales, y obviamente los redituables negocios de los políticos y empresarios nativos, muchos de ellos gobernantes y ex gobernantes que salieron buenos para beneficiarse desde el poder.

No hay que descartar en este asunto reformista lo que dicen los especialistas, que la reforma le acarrearía al país demandas multimillonarias por la cancelación de contratos ya pactados de antemano, básicamente en los tiempos de Enrique Peña Nieto; asimismo, dicen, ahuyentaría las inversiones por el cambio de reglas, pero el presidente López Obrador está obsesionado por devolverle el control de la energía eléctrica a la CFE, tal y como insiste en invertir en Pemex, esa empresa productiva del estado que además de fracasada por la corrupción y el mal manejo, es la más endeudada, de tal manera que está próxima a convertirse en una empresa chatarra.

En fin, la votación de los diputados del PRI, en favor o en contra de la reforma eléctrica, determinará lo que suceda en el futuro inmediato en los estados que aun gobierna, uno de ellos Coahuila. Tal vez por eso, Miguel Ángel Riquelme fue el único gobernador que se adelantó a declarar que la reforma propuesta por AMLO es retrógrada e inservible.

De todos modos, la inmensa mayoría de mexicanos no opina, no saben a ciencia cierta sobre los beneficios o perjuicios que traerá la reforma eléctrica y parece no interesarle, por tal razón, lo único que nos queda es seguir de observadores, lamentándonos de nuestras desgracias y pidiendo a la divinidad que aconseje bien a quienes deciden por nosotros.

Política aldeana

El pasado 8 de octubre, el presidente Andrés Manuel López Obrador se reunió con una delegación del gobierno de Estados Unidos encabezada por el secretario de Estado, Antony Blinken; el Fiscal General, Merrick Garland y el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, para reactivar el Diálogo de Alto Nivel sobre Seguridad entre ambos países, y “para compartir juntos responsabilidades”.

En dicha reunión, el presidente López Obrador modificó una vieja frase que dice: “Tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos”, por una de su autoría: “Bendito México, tan cerca de Dios y no tan lejos de Estados Unidos”.

Esa frase para “caerles bien” la dijo AMLO ante la delegación estadounidense de alto nivel, luego de que durante la reunión de la CELAC en México en septiembre pasado, le dio voz al presidente chino Xi Jinping, para que externara su discurso al inicio de la VI Cumbre de la CELAC, sin considerar que China es el principal adversario de Estados Unidos, y en donde se pretendía disolver la OEA, a la que pertenece Estados Unidos y Canadá.

Pregunta huérfana

¿Qué pasará con los inversionistas balconeados en los Pandora papers?

El presidente López Obrador ya dio su opinión: “que los investiguen”, pero dicen los malpensados que nunca faltan, que eso y nada, es lo mismo. Mientras tanto, públicamente se continúa evadiendo al fisco, escondiendo las riquezas, muchas de ellas mal habidas, derivadas de la corrupción, lavado de dinero y crimen organizado.