José Guadalupe Robledo Guerrero.
En México vivimos una noche
en donde todos los gatos son pardos.
Después de la masacre del 2 de octubre de 1968, surgieron en México tres planteamientos para continuar la lucha entre los dirigentes e intelectuales de izquierda, que en su inmensa mayoría eran prosocialistas de todas las corrientes nacidas en el marxismo: desde el leninismo, estalinismo, trotkismo y maoísmo hasta los cristianos por el socialismo.
El dos de octubre, fue el corolario de una década de represiones que el régimen enderezó en contra de las luchas reivindicativas y legales de los sectores más politizados: ferrocarrileros y maestros en 1958, médicos en 1964, copreros en 1967 y estudiantes en 1968. Ahí se incubaron esos tres planteamientos. El radical se fundamentaba en la lucha armada, la guerrilla; el partidista, cuya creencia principal era hacer la revolución desde dentro del sistema, a través de los partidos; y el democrático, el de las luchas reivindicativas que tenían como escenario los movimientos sociales por mejorar las condiciones de los desposeídos.
Para los jóvenes de mi generación que militaban en tales planteamientos, las condiciones objetivas y subjetivas eran determinantes en el análisis. Las objetivas se referían principalmente a la pobreza y al hartazgo; las subjetivas representaban la concientización, la organización y la asimilación de la teoría revolucionaria, por eso la necesidad del estudio y el conocimiento de la realidad, para que no hubiera desviaciones del objetivo de la lucha, que no era otro que hacer un país más próspero, democrático, plural, justiciero y libre.
Finalmente, en 2018 algunos creen que triunfó el planteamiento partidista, el de hacer la revolución desde dentro del régimen, debido principalmente a la pobreza, la ignorancia y la corrupción, penalidades que no quisieron combatir los sectores hartos, al contrario, las dejaron crecer sin ver el futuro, y el destino los alcanzó y ahora se lamentan.
El planteamiento partidista creyó que al tomar el poder, desde la presidencia se podría implantar el socialismo, que según Marx es darle a cada quien de acuerdo a su trabajo, y el comunista es darle a cada quien según sus necesidades, pero Marx planteaba que el socialismo surgiría luego de que las fuerzas productivas del capitalismo llegaran al máximo de su desarrollo.
Por eso, los intentos de hacer socialista a un país subdesarrollado han fracasado, los experimentos en América Latina son el mejor ejemplo de esta situación, Cuba, Venezuela y Nicaragua son los más ilustrativos, los que no tuvieron la capacidad de darle prosperidad, educación, salud, vivienda, empleo, democracia y justicia a sus pueblos, y lo que es peor, sacrificaron todas las libertades y derechos a cambio de instalar abominables dictaduras personales que nada tienen que ver con la teoría de Marx. Por eso hoy, la migración de esos países tiene como opción el “sueño americano” o el exilio a países capitalistas.
La pobreza y la ignorancia son ahora el crisol de los redentores mesiánicos, que con demagogia, tiranía y represión gobiernan a los pueblos que creyeron en ellos y que no pudieron satisfacer sus necesidades. México, dicen los pocos que se atreven a hablar, va por ese camino, pero todos parecen ignorarlo, a pesar de que vivimos en un país en que visiblemente gobierna un solo hombre, sin gabinete ni contrapesos, y con la complicidad de los oportunistas y abyectos de la misma partidocracia que privilegió -y sigue privilegiando- la corrupción, la pobreza y la ignorancia, pero ahora han mutado y se creen los revolucionarios socialistas en un mundo real que poco conocen, y sin tener proyecto de país.
Lo cierto es que el fracaso de estos fantoches, pavimentará el advenimiento de otros peores que ellos: el militarismo, la ultra derecha y el crimen organizado, y de sus resultados poco sabemos en México porque no queremos aprender. Lo bueno es que yo ya me voy, lo malo es que mis hijos y mis nietos sufrirán las consecuencias, pero cada quien padecerá sus errores, con la ventaja de que siempre pueden cambiar su situación.
Política aldeana
Los oportunistas del futurismo mencionan al subsecretario de Seguridad Pública, Ricardo Mejía Berdeja, como el próximo candidato de Morena para el gobierno de Coahuila en 2023, olvidando que en 2016 el INE lo hizo responsable de haber filtrado los datos del Padrón Electoral de 81 millones de mexicanos, que se divulgaron en un portal de Internet cuando militaba en Movimiento Ciudadano, incluso fue multado por 25 mil pesos. Las carpetas de investigación sobre este asunto fueron cerradas por el gobierno federal o fueron “extraviadas”. Pero esto quizás ya no tenga validez, porque Morena como la nueva iglesia redentora de los políticos, le perdona todos los pecados a quien decide militar en su seno.
Preguntas huérfanas
¿Por qué AMLO le pide a los gobernadores morenistas no ser los tapaderas de la corrupción cuando ellos son los principales corruptos?
¿Será cierto que Claudia Sheinbaum no pagó las entrevistas que le hicieron en The Economist, BBC News y El País Semanal? ¿Entonces quién las pagó?
