José Guadalupe Robledo Guerrero.
El pasado 18 de noviembre se efectuó en Washington la Cumbre de Líderes de Norteamérica con la participación del Primer Ministro de Canadá Justin Trudeau, del presidente de Estados Unidos Joe Biden y del presidente de México Andrés Manuel López Obrador, cuya agenda -según se dijo- era sobre Migración, Covid 19 e Integración Económica, diseñada por el país anfitrión.
En México se anunció el evento con bombos y platillos, más por la participación del caudillo mexicano que por las propuestas que llevaban los funcionarios que acompañaron al “enorme presidente de México”, por eso se le dio énfasis al saludo de AMLO a la veintena de sus simpatizantes; sin embargo, luego de la Cumbre la publicidad calló, seguramente porque nada había qué decir por el misterioso silencio que rodeó al final del encuentro. Hasta ahora no se sabe qué discutieron y a qué acuerdos llegaron.
En el evento hubo reuniones bilaterales y una trilateral, pero al parecer solo sirvieron para la foto y los mensajes de “hermandad” y uno que otro halago entre los participantes, pero de los resultados nada se dijo, ni siquiera AMLO habló al respecto, porque estaba urgido de llegar a México para presidir el 111 aniversario del inicio de la Revolución Mexicana, que tuvo un costo de más de 7 millones de pesos, invertidos en momentos de austeridad, para entretenimiento de las clientelas electoreras de López Obrador.
Seguramente con el paso de los días, los mexicanos interesados irán sabiendo de qué se trató la Cumbre y los acuerdos que tuvieron. Pero ya comenzaron las declaraciones y filtraciones, por ejemplo, se dijo que un funcionario estadunidense señaló que AMLO defendió la no intervención en la política interna de Cuba y Nicaragua, y que López Obrador hizo a un lado la actitud “injerencista” del embajador de EU en México, Ken Salazar, y halagó su desempeño en nuestro país.
Otra información de la Cumbre, es que López Obrador se pronunció diplomáticamente en favor de que Norteamérica se unifique para hacer frente a la expansión de China, país al que Estados Unidos quiere frenar en su área de influencia: Norteamérica.
En la Cumbre, López Obrador propuso que se resolviera la situación de 11 millones de migrantes indocumentados. Al día siguiente de la Cumbre, la Cámara de representantes de Estados Unidos aprobó, por 220 votos a favor contra 213, un reducido paquete migratorio que permita a los migrantes sin documentos que llegaron a EU antes de 2011, obtener un permiso de trabajo hasta por 10 años, sin abrirles el camino hacia la ciudadanía. Pero aún falta lo que decida el Senado estadunidense.
Sin embargo, el 19 de noviembre, hubo dos informaciones importantes que se dieron a conocer; la primera, que las cámaras empresariales más importantes de Norteamérica señalaron su preocupación, porque el gobierno mexicano quiere reducir la competencia privada en el sector energético, para favorecer a las empresas estatales en detrimento de los proveedores de energías renovables. De allí la incertidumbre de los inversionistas que representa menores oportunidades para los trabajadores del país.
La otra información, es la advertencia de Francisco Garza, presidente y Director General de General Motors en México, argumentando que si no existe un marco jurídico enfocado a la producción de energías renovables, México ya no será un destino para la inversión en corto y mediano plazo. “Estamos evaluando que si las condiciones no se dan, el dólar que se iba a invertir en México se va a Estados Unidos, Canadá, Brasil, China o Europa, y México dejará de ser un destino importante”.
General Motors es el décimo mayor comprador de energía renovable en el mundo, y se propone proveer con estas energías al 100 por ciento de sus instalaciones en EU para 2030, y a nivel global en 2035, y quiere descarbonizar su portafolio con la transición hacia vehículos eléctricos. En abril, GM anunció mil millones de dólares para que su complejo en Ramos Arizpe -uno de los cuatro que tiene en México- empiece a producir motores eléctricos, y en 2023 fabrique autos completos de este tipo.
Aun cuando la Cumbre de líderes no ha dado información sobre sus tratos y negociaciones, los cierto es que las Cámaras empresariales y General Motors, ya advirtieron lo que sucederá si AMLO sigue empeñado en carbonizar la producción energética, en detrimento de las energías limpias y renovables. Nuestra región, el sureste de Coahuila, será una de las afectadas por la obsesión de López Obrador de darle a Pemex y la CFE la prioridad del carbón y el petróleo, en detrimento de energías limpias. Allá él y su clientela electorera.
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