…entonces podrás decir que eres hombre

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Oliverio Ascascius. 

Cuando tu boca
acostumbrada
a guardar
silencio
en los momentos de injusticia,
se abra
como el estruendo de un rayo,
entonces podrás decir que eres hombre.

Cuando tu perezoso corazón
haya vivido las más variadas sensaciones
de risa, llanto, dolor, amor y odio,
entonces también podrás decir que eres
hombre.
Podrás decir que eres hombre,
cuando tus ojos indiferentes a la belleza
perciban de pronto en la más humilde
de las flores,
la más bella de las rosas,
o percibas un aroma misterioso
que se eleva en espirales hasta sentirlo,
sin necesidad de olerlo.

Cuando tu razón cotidiana
sienta deseos de originalidad,
y cuando tu vida gris,
como las tinieblas de un cementerio
en penumbras,
sienta la imperiosa necesidad de vivir
aunque la vida le haga daño,
entonces, también podrás decir que
eres hombre.

Cuando sepas devolver el golpe que te
humilla,
y cuando tu conciencia se yerga
en medio de la mediocridad de las cosas
y la poca humanidad de los hombres,
entonces podrás decir que eres hombre.

Cuando tu mente somnolienta
ensombrecida por la influencia
de enseñanzas caducan y obsoletas,
y tus deseos reprimidos por conceptos
tiranos
logren desprenderse del yugo
que los tiene encadenados,
entonces es cuando podrás decir
que eres libre,
y cuando seas libre,
entonces
podrás decir
que
eres
hombre.