José Guadalupe Robledo Guerrero.
A principios de 1998 entrevisté a uno de mis profesores de la Preparatoria Nocturna, Roberto Vega Mandujano, a quien recuerdo desde su primera clase-conferencia, en donde habló sobre el movimiento estudiantil de 1968, dos años después de la cobarde matanza, y desde entonces se ganó mi atención y respeto.
Vega Mandujano es parte de una pequeña lista de profesores que influyeron en la formación juvenil de los estudiantes preparatorianos, entre otros Ascencio Loera Salazar, Leopoldo Vega Urbina y Gilberto Cortés de la Fuente.
Vega fue miembro de esa generación casi extinta de hombres cultos, amantes de las bellas artes y libres pensadores. De aquellos sindicalistas que luchaban por el bienestar de los trabajadores de la educación y que promovían la concientización de sus educandos. A esa pléyade de hombres buenos y de gran cultura pertenecía Arturo Ruiz Higueras y Mariano Narváez González.
A ellos y a otros más se debe la creación de escuelas de educación media y superior, que fundaron con el noble fin de darle estudio a los trabajadores asalariados, por eso las constituyeron con turnos nocturnos. Posteriormente algunas de estas escuelas fueron absorbidas por la Universidad Autónoma de Coahuila, entre ellas: La Preparatoria Nocturna, Arquitectura, Ingeniería Civil y Economía.
A pesar de su importancia educativa e intelectual, esta generación de maestros se encuentra olvidada.
En cierta ocasión, Flores Tapia me confiaría el por qué los nombres de estos destacados coahuilenses no estaban en algunas calles como sucede con otros personajes menos importantes e incluso impresentables. Su respuesta no tiene desperdicio: “Porque siempre criticaron al gobierno”.
Pese a la reveladora respuesta de Flores Tapia, en su tiempo estos personajes pusieron en alto la cultura y la educación coahuilense, y además de haber sido prestigiosos profesionistas, también se destacaron como literatos, historiadores, poetas, pintores, críticos de arte, músicos, y estudiosos de la ciencia, la filosofía y el arte.
De ese grupo, el más cercano amigo de Vega Mandujano fue Arturo Ruiz Higueras, a quien definió en la entrevista para El Periódico de Saltillo: “Fue un hombre verdaderamente culto, de gran talento, no brilló más porque era muy modesto, no le gustaba exhibir su inteligencia. Fue campeón nacional de basquetbol. Era muy bueno para jugar billar, un carambolista formidable. Vega inició musicalmente a su sobrino Salvador Neira Zugasti, que ahora es un gran pianista de renombre, y profesor en el Conservatorio de Viena”.
Vega recordó a su admirado amigo: “Arturo era muy bohemio y apreciaba la música, la belleza y el ballet. Cuando nos pagaban viajábamos a Guadalajara, le gustaban sus museos y la arquitectura de la ciudad. Me invitaba a Monterrey a platicar con el poeta español Pedro Garfias, un hombre sencillo y humilde. A veces íbamos a la ciudad de México a platicar con León Felipe”. Y se lamentó: “Cuando murió Arturo Ruiz Higueras, murió mucho de mí, lo estimaba bastante, pues además de amigo y compañero, era mi maestro”.
En la amena plática, Roberto Vega también recordó a Mariano Narváez González “Dedicó lo mejor de su vida a la educación de los trabajadores, al ejercicio de la medicina, al estudio profundo de las matemáticas, a promover la cultura y la ciencia. Hablaba varios idiomas. Tocaba todos los instrumentos musicales. Era un gran hombre”.
En esa ocasión recordé cuando conocí a Mariano Narváez. Fue a inicios de los 70 cuando Gilberto Cortés de la Fuente, profesor de la Preparatoria Nocturna, me invitó a conocerlo y me llevó a una cantina ubicada en lo que se conocía como “El Triángulo de las Bermudas”, lugar donde confluyen las calles de Xicoténcatl, Ildefondo Fuentes y Colón.
Allí en una mesa estaba Narváez González con un par de amigos y nos sumamos a ellos. Estaban platicando de cuestiones culturales, educativas y científicas. Parecía una escena kafkiana, las artes, la filosofía y la educación eran el cosmos que se analizaba en la mesa de una cantina de barrio.
Ese día supe que Mariano Narváez era poliglota, hablaba varios idiomas, entre ellos inglés, francés, alemán, y estudiaba el ruso, además conocía una lengua muerta, el arameo “que fue la lengua con la que predicó Cristo”. Ese día me enteré, que Narváez González era un gran amante de la música, “tocaba todos los instrumentos musicales”. Mariano fue el organizador de la Orquesta Sinfónica de Saltillo, que se constituyó en los tiempos del gobernador Raúl López Sánchez.
Pese a sus amplios y profundos conocimientos, Mariano Narváez era un hombre sumamente modesto, no le gustaba figurar ni hablar en público, rechazaba los discursos. Según Vega Mandujano “Mariano nunca fue oficialista, fue un intelectual proletario de ideas avanzadas y muy solidario”.
Para Roberto Vega, las condiciones que favorecían el desarrollo del arte, la ciencia y la buena educación terminaron cuando Melchor de los Santos Ordóñez y su grupúsculo se apoderaron de la Universidad Autónoma de Coahuila.
En la entrevista, Roberto Vega contó cómo había conseguido las dignificantes prestaciones para la Sección 38 del SNTE en el gobierno de Eulalio Gutiérrez Treviño, las que pusieron a esa sección sindical como ejemplo nacional del SNTE.
Por esos días, el neoliberal de Rogelio Montemayor -con la complicidad de los dirigentes sindicales del SNTE- estaba cancelando las prestaciones que había conseguido Vega Mandujano en perjuicio -como siempre- de los trabajadores de la educación.
Vega Mandujano de entrada criticó a las nuevas dirigencias sindicales “En los setenta, el estatuto sindical establecía que el dirigente que terminaba su gestión sindical se retiraba. Ahora ya no, los que terminan se reacomodan en otros cargos, sobre todo en donde hay dinero”.
Para Vega Mandujano las fallas que tenía la educación en 1998 “Son las escuelas normales para la educación primaria, y de allí la falla sigue para arriba. A las normales llegaban a trabajar personas con ciertas capacidades, ahora eso se promueve a través de influencias sindicales. En nuestro tiempo había estímulo para ponerse a estudiar. Actualmente las normales no tiene profesores preparados. Nosotros tuvimos maestros muy buenos, eran dedicados y esforzados, nos hacían pensar y nos estimulaban a estudiar”.
“Para cambiar la situación, dijo, comenzaría por quitar a todos los comisionados. En tiempos anteriores, los directores de educación empezaron a nombrar comisionados, incluso a quienes hacían líos, y decían ‘esa profesora es muy problemática, comisiónala’, entonces se les pagaba el sueldo sin hacer nada. A otros los comisiona el sindicato. En nuestros tiempos no había comisionados, éramos sindicalistas porque nos gustaba”.
Vega Mandujano estuvo en contra de que Montemayor nombrara como Secretario de Educación Pública a Óscar Pimentel González. Para Vega “El último director de Educación que impulsó en Coahuila la educación y la cultura fue Ramón Ortiz Villalobos, hombre muy culto, de muchas luces, de muchos estudios. Había inspecciones reales a los profesores”.
“Cada que entra un secretario de Educación quita planes de estudio e impone otros. Las materias humanistas casi desaparecieron… Por eso ahora están insistiendo en los valores éticos”.
Según Vega, el desorden y el deterioro de la educación mexicana comenzó con el Presidente Luis Echeverría Álvarez.
Vega Mandujano abordó lo que estaba sucediendo en la Sección 38 “La legislación que se hizo en 1975, cuando yo era el Secretario General de la 38, nos ha favoreció a los trabajadores de la educación. Por esa legislación estoy disfrutando mi pensión, igual que muchos de mis compañeros que todavía vivimos; además si morimos, por diez años más le seguirán pagando nuestro salario a nuestra esposa. Pero los actuales dirigentes sindicales, encabezados por Alfonso Cepeda Salas, acaban de hacer un convenio con el gobierno estatal para anular esta prestación. Los profesores que ingresen a partir de ahora, ya no tendrán ese derecho”.
“… Las pensiones se terminaron en una ocasión, pero luchamos y logramos que el gobernador Eulalio Gutiérrez Treviño no sólo nos diera suficiente dinero para crear el Fondo de Pensiones, sino que nos ayudó para que ese fondo beneficiara a varias generaciones”.
Vega Mandujano, confesó no saber qué le había pasado al SNTE para que sus dirigentes abandonaran la lucha sindical y la defensa de sus agremiados, “Ahora aceptan todo lo que el gobierno les dice. Cuando fui Secretario General, la Sección 38 casi no tenía relaciones con el Comité Nacional, porque aquí se manejaban los asuntos sindicales. Ahora es al revés, todo lo maneja el Comité Nacional”.
Y recordó “En 1975, cuando fui a México con Carlos Jonguitud y le presenté la legislación que había aprobado el gobernador Eulalio Gutiérrez, luego de leerla sorprendido me preguntó: ¿Se la firmó el gobernador? ¿Cómo le hizo, éstos son muchos beneficios? Logramos que don Eulalio lo firmara y que Flores Tapia lo sostuviera, pero ahora ya lo dieron por terminado los actuales dirigentes y el gobernador Rogelio Montemayor”.
La anulación de las conquistas laborales de los grandes sindicatos de nuestro país y la venta de las empresas del gobierno mexicano, comenzaron con neoliberalismo de Miguel de la Madrid Hurtado, pero se consolidaron con Carlos Salinas, para que los siguientes Presidentes de México siguieran afectando a los trabajadores y vendiendo el patrimonio nacional. En Coahuila, el primer gobernador neoliberal fue Rogelio Montemayor Seguy.
(Continuará).
Humberto Roque y los otros “calefactos”…