Oliverio Ascascius.
¿Podemos tener dos sueños y un sólo amanecer?
¿Podemos tener dos amores y por uno perecer?
¿Podemos tomar dos almas y por una suspirar?
¿Podemos vivir dos historias y en las dos igual gozar?
¿Podemos estar en dos dimensiones
y sentir que la vida en una
es el complemento de la otra?
¿Podemos ir de boca en boca
y apaciguar la sed que ambas nos provocan?
¿Podemos amar a quien nos ama
y amar más a quien nos amó primero?
¿Podemos estar en dos noches
y en dos dimensiones?
¿Podemos ir y venir, dar y recibir?
¿Podemos tener dos cuerpos y dos almas,
un cuerpo y un alma del que amamos
y un cuerpo y un alma de quien también nos ama?
¿Podemos viajar en dos naves y tener dos finales?
¿Podemos sentir y pensar,
sentir que recibimos
y pensar que podemos sentir
más de lo que vivimos?
¿Podemos unir y desunir,
vivir con quien queramos
y revivir lo que sentimos
al ser nuevamente amados?
¿Dos inciensos, dos dichas
dos viajes, dos amores
dos vivencias, dos escencias,
dos lluvias para dos veranos
un principio y una creación sin final,
un principio,
y la incertidumbre de amar bien o amar mal?
