Rigoberto Losoya Reyes.*
Durante la guerra de Secesión o guerra civil estadounidense (1861-1865), se dio en la Villa de Piedras Negras, un extraordinario auge comercial desarrollado por comerciantes extranjeros que se establecieron en este lugar atraídos por el mercado del algodón que se importaba a través de la aduana fronteriza. En ese periodo, don Santiago Vidaurri, gobernador de Coahuila y Nuevo León, tenía el pleno control de la aduana y redujo los aranceles, lo que trajo como consecuencia, un incremento en las importaciones de los comerciantes que vinieron a establecerse en esta Villa, atraídos por el mercado del algodón para su exportación a Europa.
Los comerciantes a su vez vinieron a representar una importante demanda en todo género de mercancías, carretas de transporte, mulas, caballos, monturas, fuentes de empleo, conductores de carretas, armas y municiones para su resguardo, materiales de construcción y carruajes americanos.
Los comerciantes radicados en Texas optaron por instalar sus casas comerciales y agencias de representación para importar ganado, compra venta de semillas y granos, sin embargo, también hicieron sentir su presencia algunos europeos como, alemanes, españoles y hasta un comerciante francés, Auguste F. Fretelliere, de quien se afirmaba, llegó con el ejército de Maximiliano y decidió quedarse e instaló su negocio.
En 1863, los comerciantes Rinehold Becker y George Enderle, tenían una casa comercial en la Villa de Piedras Negras y solían abastecer sus almacenes en la ciudad de Monterrey por lo que frecuentemente se dirigían a esa población en su tren de carretas para recoger su mercancía.
De igual forma, La firma Herman and Gilbeau, se dedicaban al comercio del algodón al por mayor y en ocasiones invertían en barras de plata que traían de Real de Catorce.
La sociedad de F. Groos & Co. Comerciantes que importaban pacas de algodón.
El aventurero August Santleben llegó a la Villa de Piedras Negras, procedente de Texas, en busca de fortuna, y cita en su obra “A Texas Pioneer” que se dedicó a varios oficios, entre ellos, talar árboles contratado por otro norteamericano, para fabricar vigas que se empleaban en la construcción de viviendas. En una ocasión fue contratado para excavar un pozo y por casualidad, encontró agua potable y como el venero era tan abundante, se dedicó a venderla a veinte centavos y medio el barril. Sin embargo, su mejor habilidad la vino encontrando como conductor de vehículos de transporte tirados por caballos. Frecuentemente era contratado para conducir los vehículos de los comerciantes de la Villa e inclusive, llegó a reconocer que era un magnifico negocio que fundó una línea de diligencias en asociación con el Capitán Adolph Muenzenberger (Sic) para dar servicio entre México y Estados Unidos.
El 1 de agosto de 1867, inició sus actividades de transporte de pasajeros, cartas, dinero y paquetería. La línea de diligencias A. Santleben & Company se registró y obtuvo los permisos del gobierno mexicano y del estado de Texas.
El vehículo de transporte se identificaba con una placa metálica con el número 25 con la leyenda “República Mexicana”, dentro de un círculo. La compañía pagaba el 2% de impuestos municipales y el 10% de impuestos federales. En esos días, la aduana de Piedras Negras era administrada por Nicolas Grisanti y la de Eagle Pass, estaba a cargo de Thomas B. McManus. Al terminar la guerra civil norteamericana, el flujo comercial disminuyó, sin embargo, el comercio se había consolidado en la región de tal forma que varios comerciantes extranjeros decidieron quedarse en la frontera mexicana. Uno de ellos, fue el comerciante James Wilson Riddle, quien, en 1886, tenía un gran Cajón de Ropa y una ladrillera en Piedras Negras. Su matriz estaba en Eagle Pass, Texas. Con la construcción del ferrocarril en la década de 1880, se fortaleció la presencia de comerciantes en la frontera, ofreciendo una gama muy extensa de mercancías importadas de los Estados Unidos y de Europa. De acuerdo con una publicación fechada en 1899, en la ciudad de Torreón, Coahuila, se encontró la presencia de varios comerciantes extranjeros destacándose los españoles Domingo, Ricardo y Antonio Trueba, agentes Comerciales e importadores de Europa. José Goodman, con su establecimiento: “El Puerto De Liverpool” un gran cajón de ropa, que también operaba en Eagle Pass, Texas. S. Kranzthor, importador de mercería y ferretería. W.L. Layman, originario de Nueva York, daba servicio en su Botica Del León. La Carrocería Francesa, que vendía herramienta, artículos de ferretería propiedad de Auguste F. Fretelliere. Lamentablemente, esta prosperidad desapareció con La revolución constitucionalista que trajo la bancarrota para los comerciantes nacionales y extranjeros que tuvieron que cerrar para huir del país en busca de su seguridad personal. Uno de ellos, el comerciante don Hilario Delgado, el doctor Lorenzo Cantú y otros.
Fuentes consultadas:
Portillo, E. (1994). Anuario Coahuilense para 1886.Consejo Editorial para la Cultura y las artes del gobierno del estado de Coahuila.
Prado, A. (1899). Prontuario de la Municipalidad del Torreón. Tipografía del gobierno en palacio. Saltillo, Coahuila.
Santleben, A. (1910). A Texas Pioneer. Bancroft Library. The Neale Publishing Company.
Documentos de la familia Aline B. Carter.Biblioteca de la Universad de Texas. Recuperado de https://legacy.lib.utexas.edu/taro/utsa/00042/utsa-00042.html
WILSON I. RIDDLE. Recuperado de: http://jack0204.tripod.com/gen/Heskew/w_i_riddle.html.
* Historiador de Piedras Negras, Coahuila.
rigobertolosoyareyes@gmail.com