Precandidatos para 2023

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José Guadalupe Robledo Guerrero.

Los saltillenses que saben de las cuestiones electoreras, aseguran que para estas fechas está claro que el candidato del PRI para la gubernatura del Estado será el ex alcalde saltillense Manolo Jiménez Salinas, ahora Secretario de Inclusión y Desarrollo Social de Coahuila, pero si le pregunta a los laguneros, algunos afirmarán que el “tapado” es Eduardo Olmos Castro, diputado Presidente de la Junta de Gobierno del Congreso del Estado. Incluso hay quienes insisten en que el candidato debe ser el diputado federal Jericó Abramo Masso.

A decir verdad, ni Manolo Jiménez ni Eduardo Olmos han dicho que aspiran a gobernar Coahuila, o que están buscando la candidatura del PRI. Eduardo incluso se ha mantenido con un bajo perfil, y Manolo no contestó -en una entrevista que concedió el pasado diciembre al periódico El Universal- si aspiraba a gobernar Coahuila. Sin embargo, el que levantó la mano para ser el elegido priista fue Jericó Abramo.

En octubre pasado, luego de la aprobación del Presupuesto de Egresos de la Federación, entrevisté a Jericó y allí sin tapujos dijo aspirar a la candidatura del PRI para el gobierno de Coahuila, señalando que pese a sus aspiraciones y a los méritos que tiene, se ha mantenido institucional en este tema, pero señaló que tiene muy buenas relaciones con el dirigente de Morena, quien -aunque no lo dijo- seguramente ha recibido invitación a cambiar de partido.

Manolo Jiménez, Eduardo Olmos y Jericó Abramo Masso

Después de haber dicho claramente que está en la jugada en pos de su aspiración, Jericó ha seguido insistiendo en que quiere ser el candidato a la gubernatura, y así es como las redes se han llenado de propaganda sobre el particular. Incluso, luego de la entrevista platiqué en corto con Abramo Masso quien a pregunta mía dijo haber escuchado que el favorito es Manolo Jiménez, pero advirtió “a mí no me lo han dicho”, ¿Quién te lo debe decir?, pregunté, “quien es el indicado para ello”, respondió.

Aunque para algunos priistas saltillenses no hay duda que será Manolo el elegido, lo cierto es que hay incertidumbre de quién será el candidato, por tal razón los aspirantes andan haciendo acuerdos y juntando voluntades para hacer realidad su aspiración política. Quizás los más abiertos en estos menesteres es Manolo y Jericó, quien con mensajes crípticos ha advertido la posibilidad de cambiar de partido si la decisión no lo favorece, o si no hay negociación para mantener la unidad. Esto mismo se lo escuché decir en su momento a Enrique Martínez y a Humberto Moreira.

Esta incertidumbre y la realidad de que el PRI tiene frente a sí a Morena, que será el principal adversario a vencer en las próximas elecciones de 2023, y que también ha ventilado los nombres de algunos aspirantes que quieren la candidatura, entre ellos se ha “destapado” al delegado de la federación Reyes Flores Hurtado, al Senador Armando Guadiana Tijerina, al Subsecretario de Seguridad Ricardo Mejía Berdeja, al “niño azul” Luis Fernando Salazar Fernández y a la alcaldesa de Múzquiz Tania Flores Guerra, más los que se acumulen.

Hasta ahora los destapes y menciones en favor de los aspirantes morenistas han sido de buenos deseos, pues nadie sustenta su creencia, solo atinan decir que su favorito “tiene la simpatía de AMLO”, porque finalmente el presidente será el gran elector del candidato de Morena al gobierno de Coahuila.

Respecto a los aspirantes del PRI hasta hoy se han mantenido institucionales, esperando que con el tiempo de revele el nombre del candidato; sin embargo, para algunos se ven barruntos de división, sobre todo en lo que respecta a Jericó Abramo, quien se siente fuera del proyecto de sucesión, y fuera de las negociaciones que el alto mando priista siempre acostumbra realizar para mantener la unidad de su partido.

Lo único cierto, es que las elecciones para la gubernatura de 2023 será una prueba para la fortaleza que el PRI tiene en Coahuila, y aunque nadie quiere reconocerlo, la situación no se ve fácil, menos aún si hay división en el partido que gobierna Coahuila, pero hay algo importante que se debe tomar en cuenta: el gobernador Miguel Ángel Riquelme, es un político que privilegia la unidad, y eso ya es un buen principio para confiar en la solución de los problemas de división.

Política aldeana

El viernes pasado se dio a conocer que Hugo Morales Valdés, titular de la Comisión de Derechos Humanos de Coahuila, fue a la Ciudad de México a entrevistarse con Ricardo Mejía Berdeja, subsecretario de Seguridad del Gobierno Federal, para ofrecer -en conjunto- cursos de capacitación a los cuerpos policiacos de nuestro estado, respaldados por organizaciones internacionales defensoras de los derechos humanos.

Para los observadores, este acto se antoja como futurismo, pues Hugo Morales hasta ahora ha sido un funcionario gris, que pocos conocen y que nada ha hecho digno de mencionarse. Por eso los malpensados se preguntan si alguien le daría permiso al titular de la CDHEC, o se fue por la libre a visitar al lagunero que se menciona como uno de los tantos precandidatos de Morena para el gobierno de Coahuila. ¡Ah qué laguneros!, solo ellos saben a qué están jugando, pero estos juegos se ven desligados de la realidad y sobre todo de la institucionalidad, por ser funcionarios del gobierno estatal.

Pregunta aldeana

¿Por qué no le funcionaron a López Obrador las estampitas religiosas y el “no mentir, no robar y no traicionar” para evitar contagiarse por segunda ocasión de Covid?