López Gatell frente a demanda social de justicia, por equivocar la política de atención a la pandemia de COVID 19

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  • Entrevista con la Dra. Laurie Ann Ximénez Fyvie, autora del libro: “Un delito irreparable: La criminal gestión de la pandemia en México”.
  • “El Dr. Hugo López Gatell debería estar en la cárcel”, afirma la investigadora.

Jorge Martínez Cedillo.

Sobre las negligencias cometidas por el gobierno federal sobre la terrible gestión que se le ha dado a la pandemia en México y que ha llevado al fallecimiento de más de 650 mil personas, según cifras oficiales en el exceso de mortalidad y de contagios. El libro da soporte a esas demandas, por su puntualidad y certeza en la calificación de las medidas sanitarias que no aplicaron los responsables de controlar y erradicar la enfermedad.

Entre otras cosas, se han dado iniciativas ante la Fiscalía General de la República, para que se investigue el desempeño profesional y como empleado público, del doctor Hugo López Gatell, por su probable responsabilidad por homicidio que podría calificarse de múltiple. Por lo pronto, se abrió una investigación referente a homicidios de personas que son defendidas por el abogado Javier Coello Trejo.

Hugo Lopez-Gatell‬

Si esto prospera, podrían fincarse muchas otras demandas de ciudadanos que sufrieron la pérdida de familiares debido a la negligencia y falta de tacto médico, por conducto de una estrategia equivocada durante la campaña contra el Coronavirus.

En opinión de la doctora Laurie Ann Ximénez, jefa del Laboratorio de Genética Molecular de la UNAM, el señalado López Gatell debía estar tras las rejas. “Es una persona que supo cómo solucionar el problema sanitario; cuenta con la preparación y capacidad para entender qué medidas se tenían que seguir para controlar la catástrofe y no lo hizo”.

Sin embargo, obró en contra de los esfuerzos de toda una nación, al hacerle “segunda voz al Presidente de la República”, con ideas tan absurdas, como que “el uso del cubrebocas no servía”, “que sólo daba la sensación de seguridad contra el contagio”; “que los pacientes asintomáticos no contagiaban”; “que los niños no se enfermaban ni morían de Covid”; “que no era necesaria la aplicación de terceras dosis”, y otras muchas falsedades.

Con todo esto, dijo la investigadora Laurie Ann Ximénez, se ha demostrado que las mentiras de López Gatell, han llevado a mucha gente a la muerte. “Si bien el Presidente de la República puede no estar consciente de que este discurso es mentira, sin duda López Gatell sí lo sabía”, afirmó.

El último censo de mortalidad, la semana pasada, da fe de la cifra de fallecimientos, que es de 655 mil 062, muertes, a consecuencia de una criminal gestión de la pandemia en nuestro país. “Por todo ello, si alguien pregunta si López Gatell debe estar en la cárcel, la respuesta es sí, por la muerte de centenas de miles de personas que no debieron morir, si la pandemia se hubiera manejado de una forma más responsable, académica y prudente en México”.

¿Qué fue lo que debieron hacer y no hicieron las autoridades de la Secretaría de Salud en el país? La doctora Laurie Ann Ximénez respondió: “Fueron muchas cosas. Una de las primeras medidas debió haber sido el establecimiento de una estrategia con medidas de contención epidemiológica en todo México, empezando por la aplicación masiva de pruebas para identificar el tamaño de la pandemia”.

Se trata de una metodología que todo mundo sabe. Es efectiva para detener brotes epidémicos, en este caso pandémicos; enfermedades infecciosas que se transmiten entre los seres humanos. Al aumentar notablemente la capacidad de realizar pruebas, se identifica al mayor número de enfermos, a quienes debió someterse a esquemas de aislamiento y seguir con el rastreo de contagios. “Estas medidas no significan inventar el ‘hilo negro’ durante la pandemia. Son parte de una estrategia que se sabe desde siempre, fortalecida por la experiencia. Se ha hecho en brotes de Influenza, Cólera y otras”, afirmó.

Lo único que se les ocurrió a las autoridades sanitarias y gobiernos locales, fue que los hospitales mantuvieran una capacidad suficiente para tener camas. Esto, por supuesto, no es una estrategia de salud pública. “Hay que evitar que la gente acabe en el hospital, no tratarla en el hospital, por la sencilla razón de que esta enfermedad no se puede tratar exitosamente a nivel hospitalario. “Se trata a nivel preventivo y en un concepto de atención temprana”.

Todo ello, destacó, debe respaldarse con las experiencias y recomendaciones de organizaciones internacionales, como la Organización Mundial de la Salud, o regionales, como la Organización Panamericana de la Salud y, de manera muy importante, conocer y aplicar las experiencias de países que lograron contener los contagios con cubrebocas y una serie de medidas sanitarias y de sana distancia, e incluso la cancelación de vuelos provenientes de naciones afectadas por el virus y la exigencia práctica de pruebas anti-Covid.

Obviamente se debió impedir, bajo cualquier circunstancia, la realización de concentraciones de gente, tanto de tipo político como de presentación de espectáculos para la diversión, deportivos o académicos, hasta en tanto se tuviera la seguridad del dominio de la pandemia. Por desgracia, se hizo lo contrario.