Reforma energética garantizaría la seguridad alimentaria nacional

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Abigail A. Correa Cisneros.

El nuevo régimen que propone el gobierno federal en su Reforma energética estaría impulsando el crecimiento del campo y garantizaría la seguridad alimentaria nacional. Así lo considera el subsecretario de Autosuficiencia Alimentaria de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Suárez Carrera.

Desde su punto de vista, la aprobación de esta iniciativa es crucial si se quiere eliminar las desigualdades entre el campo y la ciudad o entre regiones y tipos de productores del campo. El funcionario encabezó la conferencia 32 del ciclo Autosuficiencia Alimentaria e Innovación Tecnológica con Prácticas Sustentables, que organiza la Secretaría de Agricultura.

En la conferencia, cuyo tema fue “Reforma eléctrica y sus implicaciones en el medio rural”, Víctor Suárez consideró clave que se impulse la confiabilidad del sistema eléctrico nacional como un sistema de servicio público nacional, ya que la planeación y control quedaría a cargo de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), y también la soberanía nacional en minerales estratégicos, “pues concibe que el litio y otros minerales serán bienes del dominio de la nación de manera inalienable e imprescriptible”.

El director general de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlett Díaz, afirmó que la reforma eléctrica que impulsa el Ejecutivo federal no representa de ninguna manera una expropiación para aquellos que hoy desde conglomerados privados ofertan ya el 46 por ciento de la energía en el país.

“Ese 46 por ciento es negocio, representa un mercado más grande que el de toda Argentina y Venezuela. No hay expropiación. Se les invita a que participen en un sistema de competencia entre ellos y bajo control y regulación del gobierno mexicano; pueden crecer o invertir, pero bajo el control de gobierno, pues la electricidad en conjunto se convertirá en un sistema de interés público”, afirmó.

El gobierno ha destacado, con la finalidad de que se apruebe la reforma, que hay un saqueo a Nación, permitido y gestado desde el salinismo, cuando comenzaron a impulsar las sociedades de autoabasto y los generadores independientes, mismos que se fortalecieron con la reforma de 2013. De esta forma se indujo la privatización de actividades que eran exclusivas del Estado, es decir, la transmisión, distribución y entrega de la electricidad.

El gobierno actual busca poner fin a estos abusos, sostienen las autoridades, porque se siguen otorgando beneficios ilimitados al sector privado, con fórmulas de abasto de energía que han puesto en desventaja a la CFE, pues ésta no recibe de dichas figuras de inversión privada pago alguno por el uso de su infraestructura de transmisión –una infraestructura pagada por recurso público durante décadas– y además la Comisión debe solventar las intermitencias diarias en dicho abasto de privados, lo cual merma económicamente a la paraestatal.

De seguir así, la CFE está condenada a la extinción, aseguró su director general; y en manos privadas -fundamentalmente de empresas como Ibedrola, otras italianas, así como fondos de inversión internacionales cuya cara no es visible- lo que ocurrirá será que la inversión en energía se concentre en los espacios territoriales que resulten de interés de negocios, como grandes ciudades, y se abandone a las localidades rurales, generando una mayor desigualdad social en México y también una desigualdad entre los agentes del medio rural.

En cuanto a la explotación del litio, México cuenta con una riqueza de 1.7 millones de toneladas, y con ello ocupa el lugar número 10 entre los países líderes globales en este mineral, mismo que encabeza, junto con el grafito y el cobalto, la lista de los 17 minerales que el Banco Mundial cataloga estratégicos para la transición energética necesaria para afrontar el cambio climático.

Sin embargo, es un tema en el que hay que profundizar, pues la explotación de este mineral en otros países ha representado la aniquilación del ecosistema. Aunque el gobierno de Andrés Manuel López Obrador asegura que no se realizarán expropiaciones y que la misma reforma pondrá freno al saqueo minero histórico en las últimas tres décadas.

Argumentan que la extracción de litio favorecería las acciones contra el cambio climático, al ser un mineral utilizado en autos eléctricos. Se prevé que en 2028 la presencia de estos vehículos, catalogados como una mercancía fundamental para la transición energética, pasará a ser de entre 50 y 200 millones de autos y para 2040 alcanzarán hasta 900 millones.

De allí que el litio tienda a encarecerse agudamente y resulte estratégico para los 23 países del mundo que cuentan con esta riqueza mineral. Actualmente una tonelada de carbonato de litio se vende en China en 41 mil 60 dólares, cinco veces más que lo observado hace un año.

Pero la extracción es peligrosa. En algunas zonas de México donde ya se realiza se pieza que habrá litio hasta dos décadas, durante las que se podría contaminar mantos acuíferos y acabar con la flora y fauna del lugar.

Es importante considerar que se utilizarán enormes cantidades de agua, de la que México ya no puede destinar a estas actividades porque el líquido escasea. Otro punto para analizar es el impacto a la salud ambiental. El cuerpo humano tiene alrededor de 7 miligramos de litio y a partir de 15 ya es altamente tóxico, por lo que, si se llegan a contaminar los mantos acuíferos o los ríos, ese litio puede llegar a las comunidades que quedarían expuestas a envenenamiento.

Desde el Centro

La Red de Bancos de Alimentos de México (Red BAMX) destacó que el desperdicio de alimentos también afecta el uso de agua. Se estima que 34 por ciento de los alimentos que se producen en México se desechan y el volumen de agua utilizada en estos sería suficiente para abastecer a la población mexicana durante 2.4 años. Mientras en el país hay 28.6 millones de mexicanos que viven en inseguridad alimentaria. En México se desperdician 20.4 millones de toneladas que equivalen a 491 mil millones de pesos. En 2020 un estudio indica que de 79 alimentos de la canasta básica se pierden 23.7 millones de toneladas, lo cual representa 2 por ciento del PIB.…

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