Un anillo… soldado y guardián

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Enrique Gómez Dena.

Te obsequié y puse en manos
Antes pedí tu anuencia. . .
Un anillo de acero inoxidable
En su exterior grabado el texto
Del “Padre Nuestro”
No para ponerse al dedo
Cual adorno. . . ¡No!
Era para lucirse en cadena
Colgado al cuello. . .
Tú tan de la iglesia
La que en rezos llora
Y ruega por todos. . .
Tú la de mirada tierna
La de paso seguro y lento
Tú la que tu refugio
Lo es y lo ha sido siempre
El confesionario. . .
Que libera tus penas
Para vivir tranquila
Y purificar el alma. . .
que ese anillo colgado
ahí en tu cuello
sea soldado y guardián
y cuando en tus rezos
tu mano lo aprisione
Te obsequié y puse en mano
Antes pedí tu anuencia. . .
Un anillo de acero inoxidable
En su exterior grabado el texto
Del “Padre Nuestro”
No para ponerse al dedo
Cual adorno. . . ¡No!
Era para lucirse en cadena
Colgado al cuello. . .
FIN.