Profesor Evaristo Velasco Álvarez.
Como lobo herido, Rusia da una voltereta en este enfrentamiento que los Estados Unidos y sus aliados de la OTAN han implementado en Ucrania, aprovechando que el presidente Vlodomir Zelensky es un mediocre que busca más el figurín y la pose que defender en realidad a Ucrania y a los ucranianos quienes le otorgaron su confianza para que los representara.
Ante la avalancha de ataques descarados de Estados Unidos, azuzando a los países miembros de la OTAN a poner condiciones para que Rusia doblara las manos y se rindiera, ésta ha optado por cerrar la llave al gas, y toda Europa ahora sufre las consecuencias. El precio de la gasolina se ha elevado hasta a $55.00 euros el galón en los Estados Unidos y a más de $50.00 pesos el litro en Europa.
En consecuencia, el presidente de la OTAN declara que ellos se retiran de este conflicto, porque no es asunto de ellos; mientras que Joe Biden decide mejor retirarse del territorio, aunque parece que sus aliados siguen presionando, muy desmejorados y muy golpeados ya, pero pretendiendo ser leales a los Estados Unidos, quienes enfrentan el gravísimo problema de los energéticos en su propio país.
¿Qué va a pasar ahora que todo Europa está colapsando en su economía por la cuestión energética, por la carestía y elevación de precios del gas y de las gasolinas? Seguramente que Francia, España, Alemania, Italia, y demás países miembros de la OTAN, recularán en sus bravuconadas contra Rusia y se replegarán en sus propias fronteras, mientras que le rogarán a Putin les siga beneficiando con sus productos energéticos.
Pero si todo estaba muy sencillo; todo era un problema provocado por el presidente Zelensky, en sus afanes protagónicos, importándole muy poco el bienestar de su pueblo, y queriendo retar a Rusia, creyendo que su aliado Estados Unidos sería suficiente fuerza. Por eso mejor entendamos que el verdadero poder de los pueblos está resumido en el apotegma juarista: “Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno, es la paz”. Sigámoslo para ¡Que viva México!
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