José Guadalupe Robledo Guerrero.
El pasado 17 de marzo, la borregada de la “cuarta transformación” de la Cámara de Diputados, aprobó un paquete de modificaciones entre la que destaca la llamada “cobranza delegada”, que no es otra cosa que los patrones les descuenten de los salarios de los trabajadores los créditos solicitados.
El dictamen fue aprobado con 237 votos a favor de Morena y partidos aliados, y 201 en contra de algunos legisladores de Morena, así como de PAN, PRI, PRD y MC. El caso levantó un enorme revuelo por sus efectos lesivos a los derechos de los trabajadores y por entrar en contradicción con varias disposiciones legales.
La genial idea surgió en el Senado de la República promovida por el corrupto Partido Verde Ecologista de México, debido -según se ha dicho- por intereses que tienen con las Sociedades Financieras de Objeto Múltiple (SOFOMES), que dicho sea de paso, son sociedades anónimas en donde tiene cabida todo tipo de lavado de dinero.
Para las leoninas sociedades de crédito, no conformes con cobrar los intereses que les da la gana por los préstamos que le hacen a los necesitados, ahora quieren que los patrones se conviertan en sus agentes de cobranza y lesionen arbitrariamente lo más sagrado de los trabajadores: su salario, el cual debe ser intocado.
A pesar de que la región sureste de Coahuila es una ciudad de obreros, no hubo una voz de la dirigencia cetemista o de la CROC que protestara ante el embate en contra de sus representados. Salvo Jericó Abramo Masso, no escuchamos otra oposición al respecto de los políticos que andan en campaña por la gubernatura del estado. También los “socialistas” de clóset y de cubículo se quedaron callados, y no levantaron la voz cuando menos para saber que están vivos.
Solo algunas voces sensibles abordaron el artero dictamen aprobado por el mayoriteo de Morena y sus aliados, el Partido del Trabajo y el Partido Verde Ecologista, en contra de los intereses salariales de los trabajadores mexicanos
Curiosamente, luego de ser aprobada la modificación por la Cámara de Diputados, el presidente López Obrador señaló que la vetaría, y haciendo coro al mandatario salió la inútil secretaria de Trabajo, Luisa María Alcalde Luján, a decir que “La Ley Federal del Trabajo es muy clara: no pueden ser embargados los salarios de los trabajadores”. Pero todo este episodio se antoja preparado, como un circo o una obra de teatro, de las que mucho acostumbraron los priistas: crear un problema para luego resolverlo, y quedar como salvadores.
Los trabajadores industriales u obreros son el sector que produce la riqueza en el país, por lo tanto, es al que los tres poderes de México deben proteger, pero esta verdad de Perogrullo parece no ser entendida por los dóciles y oportunistas “representantes populares”, sobre todo por aquellos cuyas ideas oníricas es transformar el sistema a través de dádivas y votos comprados.
De todos modos, es claro que el dictamen aprobado por la Cámara de Diputados en contra de los trabajadores no prosperara, porque además de que es ilegal, también es arbitrario. Esta vez los diputados morenistas y sus aliados tendrán que asumir que hicieron el ridículo y se exhibieron tal cual son: oportunistas y simuladores. Lo cual no es extraño, son los mismos que desde otros partidos exhibieron su corrupción e impunidad.
Política aldeana
Según los enterados de las cuestiones electoreras, el circo de la Revocación de Mandato es la fiesta de López Obrador, de Morena y sus aliados, por tal razón -dicen los conocedores- que la disfruten solos, para qué invitan a los demás.
Pregunta huérfana
¿Para qué tantas críticas por la falta de vialidades rápidas para llegar al aeropuerto Felipe Ángeles, si se puede llegar en 20 minutos utilizando helicópteros de empresas privadas como bien lo informó “El Peje”?