José Guadalupe Robledo Guerrero.
El Instituto Nacional Electoral (INE) se encuentra en proceso de elegir a un consejero. En dicho proceso se apuntó por enésima ocasión el sicario Alberto Campos Olivo, para ser un consejero del Instituto Electoral de Coahuila (IEC), lo que me hizo recordar la agresión que sufrió mi familia en el sexenio del exgobernador Rogelio Montemayor Seguy, en respuesta a mis críticas sobre la corrupción instaurada en su gobierno.
Les cuento: El 10 de junio de 1995, día de la Libertad de Expresión, fui objeto de otra agresión. Alrededor de las 23 horas un par de sujetos, desde un vehículo en marcha, balacearon un automóvil de mi propiedad que se encontraba frente a la puerta de mi casa. El velador de un negocio, Román Mora Sosa, presenció la agresión y logró ver a los agresores, anotar el número de placas y las características del vehículo de los sicarios.
Cuando llegué a mi casa encontré a mi familia, esposa y cinco hijos menores de 15 años, aterrorizados. Al día siguiente, acompañado de algunos periodistas fui a denunciar el caso con el Procurador Medina Ainslie, pero poco interés le dio al asunto. El entonces director de la Policía Ministerial, Héctor Gutiérrez Cabello “El Peque”, se apresuró a decir que me había auto agredido, sin investigar el caso como era su obligación. Desde entonces, “El Peque” se convirtió en un activo en las nóminas oficiales, hasta la fecha.
Al darme cuenta que la Procuraduría nada haría por esclarecer mi caso, con ayuda de un policía amigo, Francisco Javier Rodríguez “El Bebo”, comenzamos a investigar los datos que nos dio el velador, y encontramos el automóvil de los agresores. El vehículo estaba a nombre del profesor Félix Campos Corona, para entonces fallecido, y el testigo reconoció el automóvil y a uno de los agresores, Alberto Campos Olivo, hijo del finado político priista.
Al agente del Ministerio Público designado para el caso, Alfonso Olegario Zamora Salas y al Procurador Medina Ainslie les entregué los resultados de la investigación, en la que incluía al otro agresor que “trabajaba” en el PRI, pero aún con el caso resuelto, en la Procuraduría nunca lo esclarecieron. Por el contrario, el agente del MP obstaculizó, tergiversó y dilató el proceso, por eso solicité que lo retiraran del caso. Estaba claro que la agresión se había ordenado desde el gobierno estatal.
Quince días después, Montemayor me citó en su despacho, luego que publiqué una carta abierta. Para entonces ya no tenía relación con el gobernador, el conflicto en el Hospital Universitario de Saltillo nos había enfrentado, porque impedimos que lo privatizara.
Acudí a la cita, Montemayor preguntó lo que ya sabía, le expliqué lo que había pasado y me quejé de la indiferencia de la Procuraduría. Señalé que era la segunda agresión que me hacían en su gobierno. Montemayor preguntó ¿De quién sospechas? De su Secretario de Gobierno, le respondí. Para evadir el asunto, Montemayor preguntó ¿Y qué más hay? En ese momento me retiré del despacho gubernamental sin decir una palabra más, estaba claro.
Días después despidieron de la Procuraduría a Francisco Javier Rodríguez “El Bebo”, el policía Ministerial que por amistad me ayudó a investigar la intimidación.
Nuestra investigación concluyó que uno de los agresores era Alberto Campos Olivo, que trabajaba en el Tribunal Superior de Justicia con el magistrado Zenaido Soto; y el otro era un “trabajador” del PRI. Nunca se aclaró la cobarde e intimidatoria agresión, mucho menos se investigó.
Al contrario, en el sexenio de Enrique Martínez, al sicario Alberto Campos Olivo lo convirtieron en juez, y lo utilizaron para algunos trabajos sucios, pero no pudo continuar la carrera judicial, pues fue despedido acusado de prevaricación y se refugió en las actividades priistas sin ninguna relevancia.
En 2016, Campos Olivo se apuntó como aspirante a consejero en el INE, para ser consejero electoral de Coahuila, y fue vetado por sus antecedentes de sicario y priista; posteriormente en 2021 volvió a inscribirse para conseguir ser consejero en el INE, y nuevamente fue vetado por lo mismo.
Por eso creo que el sicario priista Alberto Campos Olivo será rechazado nuevamente como aspirante a consejero del INE, por lo que seguirá siendo profesor en la Facultad de Jurisprudencia ¿qué les enseñará este sujeto a los futuros abogados?
Política aldeana
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