José C. Serrano Cuevas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud como «estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades».
Esta definición data de 1948 y, si bien ha sufrido numerosas críticas, es aún la más conocida y aceptada globalmente por la comunidad sanitaria y la población en general.
La OMS establece que «el goce máximo de salud que se pueda lograr es uno de los derechos fundamentales de todo ser humano». En el momento actual, esta visión del concepto de salud parece novedosa, pero Aristóteles en sus postulados ya establecía que el ser humano tiende a la Eudaimonía (felicidad) y esto, puede equipararse a que todo ser humano dirige sus actos hacia el mantenimiento de la salud.
En 1974, M. Lalonde desarrolló el modelo de Laframboise, el cual explicaba la necesidad de establecer elementos dentro del campo de la salud que permitieran analizar los problemas de la persona y la población en general. Lalonde identificó y describió los elementos que conforman el campo sanitario del individuo y la comunidad. Trazó un esquema conformado por cuatro aspectos: la biología humana, el medio ambiente, los estilos de vida y los sistemas sanitarios.
El opuesto más conocido de la salud es la enfermedad. La OMS la define como «alteración o desviación del estado fisiológico en una o varias partes del cuerpo, por causas en general conocidas, manifestada por síntomas y signos característicos, y cuya evolución es más o menos previsible».
En 1948, la Primera Asamblea Mundial de la Salud propuso que se estableciera un «Día Mundial de la Salud» para conmemorar la fundación de la OMS. Desde ese año el Día Mundial de la Salud se viene celebrando cada 7 de abril.
Una resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas (la A.2/Res. 35 de AMS), se planteó como objetivo llevar la atención de los gobiernos, así como de sus pueblos, para la promoción efectiva de la cobertura sanitaria universal. Llevar al seno mismo de las comunidades, donde quiera que se encuentren, los servicios de atención a la salud necesarios.
Aun cuando se ha creado conciencia a nivel mundial, acerca de la necesidad urgente e inmediata de estos servicios, en el mundo todavía existen millones de personas que requieren servicios de salud y no tienen un debido acceso a ellos. Millones de personas se ven obligadas a hacer una elección entre la salud y otros servicios básicos como alimentación, techo y vestido.
Tras padecer diversas crisis sanitarias las naciones las han enfrentado en condiciones adversas, por ello, la OMS solicita a los líderes que garanticen que todos los habitantes del planeta tengan condiciones de vida y de trabajo propicias para la buena salud. Al mismo tiempo, insta a esos líderes a monitorear las inequidades en salud y a garantizar que todas las personas puedan acceder a servicios de calidad cuando y donde los necesiten.
Durante la conmemoración del Día Mundial de la Salud, el pasado 7 de abril, el doctor Jorge Alcocer Varela, secretario de Salud, (el más discreto de los integrantes del gabinete presidencial) expresó que «nuestro mundo es desigual. ¿Quiénes son los vulnerables?, ¿qué hay de los adultos mayores?, ¿cómo sufren las minorías, los pueblos originarios, las mujeres y los trabajadores explotados en sectores clave?»
Continuó: «Nunca mejor que este tiempo para hablar de salud. Un mundo saludable es inseparable de un mundo más justo».
El médico investigador piensa que, desafortunadamente, en estos tiempos se ha privilegiado el mercado que incentiva estrategias y políticas de producción masiva para consumo humano que han obstaculizado el derecho a la salud de las personas, las familias y las comunidades. A ello se deben los altos índices de alcoholismo, tabaquismo, diabetes, obesidad y muertes por accidentes viales.
El doctor Alcocer Varela expresó en su discurso: «El Sector Salud no puede ser más un ente pasivo, Salud debe ser un agente activo que salvaguarde a nuestras comunidades, cure a nuestra sociedad y salve al planeta».
Bien hace el secretario de Salud en no meterse en el embrollo de organizar o participar en mítines para promover la consulta del revocatorio que tanto le urge al presidente de la República. Bien hace en no meterse en bobadas inútiles.