Juan Manuel Covarrubias Ramírez.
“Tú conoces la situación de nuestro país, empieza a cambiarla día a día, durante este mes nos uniremos todos para sentir, imaginar y pensar cómo deseamos con el corazón que sea nuestro México. No debemos dejar que nuestro hogar se resquebraje. La sabiduría de tu corazón y la fuerza de tu pensamiento, son indispensables para trasformar nuestra realidad. Dediquemos en este mes, cada día, unos segundos a la paz, al amor y a la tranquilidad que tanto necesitamos. Juntemos nuestras voluntades. Tú tienes la energía, Tú tienes la fuerza para transformar a México, porque nuestro hogar es México. Y el corazón de México eres Tú”.
Cuando uno es niño, se distingue por la inocencia y el porqué, y cuando vamos creciendo los problemas que siempre son por el fenómeno más común de la sociedad: la envidia, como decía un compañero “la envidilla” y por la responsabilidad que uno como adulto se presiona para salir adelante, y eso nos hace olvidar la inocencia que teníamos de niños y siempre queriendo saber de todo, por el porqué.
Pero si de niños éramos muy inquietos y nos decían traviesos y ahora hiperactivos, que paso, pues perdimos la inocencia y conocimos la maldad. Pero que es la maldad, es “el daño intencional, planeado y moralmente injustificado que se causa a otras personas, de tal modo que denigra, deshumaniza, daña, destruye o mata a personas inocentes”, pero esto es normal en el ser humano.
Pues voy a tratar de explicarlo, desde un punto diferente la psicología social, si en la naturaleza existen enfermedades, ocasionadas por hongos, bacterias y virus, pero también existen micro organismos benéficos, que también son hongos, bacterias y virus, entonces como se sabe que uno es patógeno y otro es benéfico, bueno por sus genes, el arreglo de sus características para ser parásitos saprofitos, que viven a costa de otro ser vivo, hasta acabarlo y seguir con otro.
Y como saben los parásitos que su fin es dañar a tejidos sanos, pues por sus genes, los psicólogos dicen que el medio ambiente hace a las personas malas, y ponen como ejemplo a la inseguridad, pero ellos nunca hablan de genes, así que si pasamos la genética de un microorganismo, a un organismos superior como el ser humano, el ser humano es malo por el ambiente, pero nunca por la genética, como ven.
Que raros cuando pasan a organismos superiores, por eso hay tanto daño a los niños con sexualidad temprana, niños maldosos, y en los jóvenes, lo atractivo lo muestran con su cuerpo, creando una forma de maldad a su alrededor y de ahí vienen las desapariciones.
Pero cual es la alternativa, pues mucha comunicación con sus padres, y mucha comprensión de los padres, porque los hijos quieren divertirse, y por eso escuche una versión de la cenicienta siglo XXI, donde el hada madrina le dice que regrese antes de medianoche, porque si no se pierde el encanto, así el hada madrina de todos nosotros nos dice que no andemos en lugares peligrosos, donde se vende droga a los adolescentes que tienen la inocencia de un niño y que no conocen la maldad.
Así que a cuidarse y cuidar a sus hijos, porque la maldad si existe y es genética, y si le sumas el ambiente, se vuelve un caos, moraleja, si no quieren problemas, no los provoquen y ni los busquen, con cuidadito es más sanito. Feliz día del niño a los chiquiviejos, por el niño que todos llevamos dentro.
Para entendernos, “Los corruptos en México somos todos, los que lo hacen y los que lo permitimos”, para evitar seguir siendo cómplice de la corrupción, como mexicano, con este artículo, lo voy a aclarar. Y recuerden la ignorancia es la peor enfermedad de la sociedad.
Su servidor es “Ni tan de izquierda para defender lo indefendible, ni tan de derecha para justificar lo indefendible”, solo lo bueno, lo positivo, lo asertivo, los resultados, en fin, mucho trabajo, por eso, ahora voy a escribir cada quince días.
La crítica te enaltece, la opinión te denigra y la suposición te muestra la ignorancia de la sociedad “En el mundo siempre habrá personas que te van a amar por lo que eres y otras que te van a odiar por la misma razón”.
A mis dos lectores no lo olviden, escríbanme para sentirme querido.
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