José Guadalupe Robledo Guerrero.
Hace un par de días, circuló en las redes sociales una noticia falsa de “última hora”, en donde se aprecia una foto pasada de Jericó Abramo Masso con Ricardo Mejía Berdeja, y se informa que el saltillense se había integrado a la campaña del torreonense.
Horas después, por la misma vía, Jericó contestó que era una mentira tal información, y para no variar su discurso, responsabilizó de la pifia a su villano favorito: Manolo Jiménez Salinas, lo que me hizo recordar aquel pleito insuperable que tuvieron hace décadas los abuelos de ambos políticos priistas, mostrando una vez más lo certero de aquella frase que reza: “En política dos personas se pelean cuando quieren al mismo tiempo, la misma mujer, el mismo negocio o el mismo cargo”.
Lo cierto es que ya comenzaron a aparecer en Coahuila estos libelos, que lo único que logran es desinformar, confundir a los ciudadanos, polarizar los ánimos de los votantes y dividir a los pueblos. Por tal motivo, algo tendrán que hacer los que compiten por la gubernatura del estado, controlando a sus fanáticos y desarrollando campañas civilizadas, congruentes con lo que será el proceso que se avecina: una justa democrática.
También es verdad, que luego de las elecciones del pasado domingo, las fuerzas políticas del PRI y de Morena, comenzaron a prepararse para contender electoralmente en 2023 tanto en el Estado de México como en Coahuila, en donde no hay duda que ambos partidos están equilibrados, por eso es vital que se destierre de nuestro estado la polarización y las falsas noticias, pues finalmente gane quien gane la elección, los coahuilenses seguiremos viviendo y conviviendo, y qué mejor que lo hagamos en paz, sin resabios ni resentimientos.
En mi generación, una parte de los dirigentes juveniles, descubrimos una fórmula que al ponerla en práctica nos trajo buenos resultados: Unidad-Crítica-Unidad. Esta fórmula la utilizamos los grupos universitarios durante el movimiento por la Autonomía de la entonces Universidad de Coahuila, y fue el origen de la victoria.
La citada fórmula no implica la abstención a criticar, denunciar o señalar los hechos de corrupción e impunidad del pasado y del presente, pues esto es necesario para invocar la acción de la justicia, porque han sido muchos años de sordera, y por lo tanto de actos dañinos a la sociedad y al estado, pero también servirán para inaugurar un verdadero debate para evitar que esas nefastas prácticas vuelvan a aparecer en el desempeño gubernamental.
Por otro lado, al parecer, lo que pretenden las falsas informaciones y los libelos que transitan por las redes cibernéticas, es desviar la atención de los verdaderos problemas, propósitos y temas que deberán debatirse en las próximas elecciones en Coahuila, a fin de que los ciudadanos conozcan la verdad sobre los asuntos que muchas especulaciones han levantado a través de los años por la falta de transparencia y por el grado de saqueo, corrupción e impunidad con que se han manejado los gobiernos estatales.
En Coahuila no hay duda que la gubernatura del estado será disputada entre el PRI y Morena, que son los partidos responsables de que el proceso electoral sea civilizado, y tampoco hay duda que tanto Manolo Jiménez como Ricardo Mejía serán los candidatos que compitan por la gubernatura de Coahuila, y que ambos políticos se perciben con buenas intenciones y perfiles adecuados para el momento que vive nuestro estado y el país. Entonces, para qué meterle ruido al proceso, para qué manchar la sucesión democrática, más aún cuando Miguel Ángel Riquelme tiene una aceptación digna de presumirse.
Por eso mi predica en el desierto, es que los candidatos privilegien la política por encima de los resentimientos de la aldea, muchos de ellos convenencieros. No olvidemos que la polarización le abre las puertas al oportunismo, que después de la elección será una gran carga para el triunfador y para la sociedad.
Por último, no solo Jericó ha padecido el “fuego amigo”, en la misma tesitura se encuentra Manolo Jiménez Salinas y Ricardo Mejía Berdeja, allí están los agazapados y los encapuchados murmurando sus pequeñas rencillas y sus minúsculos odios personales, los cuales son muy fáciles de detectar y ubicar… y también de controlar, para eso sirve la política, el liderazgo y el poder. Lo demás son patadas de ahogado y ganas de estar jodiendo desde la oscuridad de las catacumbas.
Política aldeana
Luego de las elecciones del pasado domingo, tanto tirios como troyanos salieron a presumir la victoria. Ambos al unísono gritaron ¡Ganamos!, seguramente porque no se percataron de que el verdadero triunfador fue el abstencionismo, que llegó en Oaxaca al 62 por ciento, eligiendo al gobernador con menos del 30 por ciento del padrón electoral. Esto fue como retornar a los procesos electorales que se tenían cuando el PRI era el partido hegemónico.
Preguntas huérfanas
¿Por qué insisten en competir contra Ricardo Mejía Berdeja sus compañeros de Morena: Luis Fernando Salazar, Armando Guadiana y Reyes Flores?
¿Creerán que pueden cambiar la decisión del gran elector o quieren negociar algún cargo o simplemente lograr la relevancia que nunca tuvieron?